Yodo

Glándula tiroidea 

La mayor parte del yodo se encuentra en la glándula tiroidea, siendo un constituyente esencial de las hormonas sintetizadas en la misma, hormonas que regulan la temperatura corporal, la tasa metabólica, la reproducción, el crecimiento, la producción de células rojas o la función muscular y nerviosa. Su deficiencia, todavía frecuente en algunos grupos de población, determina la hipertrofia de la glándula tiroides conocida con el nombre de bocio y puede alterar el desarrollo fetal.

Yodo

Las fuentes dietéticas más importantes son los pescados y mariscos. El contenido en otros alimentos es muy variable y depende de la concentración de este elemento en el suelo y en las dietas de los animales de procedencia.

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Cinc (Zn)

El cinc es un mineral extraordinariamente versátil que forma parte de más 100 enzimas, relacionadas con el crecimiento, la actividad de la vitamina A o la síntesis de enzimas pancreáticos. Virtualmente, todas las células contienen cinc, pero las mayores concentraciones están en el hueso, en la glándula prostática y en los ojos. Sin embargo, la mayor proporción, un 60% de todo el existente en el organismo, se encuentra en el tejido muscular, ya que éste representa una parte muy importante de la masa celular.

Es fundamental para el sistema inmune, para el crecimiento y desarrollo. Es esencial para mantener el sentido del gusto y, por tanto, el apetito, para facilitar la cicatrización de las heridas y para el normal desarrollo del feto, entre otras importantes funciones.

Cinc

Se encuentra presente en gran número de alimentos, fundamentalmente asociado con proteínas, siendo las carnes rojas, los pescados, la leche y las leguminosas, buenas fuentes de este elemento. Las ostras son especialmente ricas en cinc. La fibra y los fitatos de los cereales pueden limitar su absorción. En los últimos años se ha producido un ligero descenso en la ingesta de cinc en España y los 11.4 mg contenidos actualmente en la dieta únicamente cubren un 84.9% de las ingestas recomendadas. A pesar de este déficit dietético, las manifestaciones clínicas no son, en general, habituales y las existentes, que afectan principalmente a personas de edad, no están suficientemente detectadas. En la dieta, este mineral procede principalmente de cereales (36%), carnes (27%), lácteos (14%), verduras (6.6%) y leguminosas (4.2%)

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Selenio (Sn)

Es uno de los antioxidantes del organismo trabajando junto con la vitamina E y el enzima glutatión peroxidasa, que previene la formación de radicales libres. Algunos estudios sugieren que su deficiencia puede aumentar el riesgo de padecer enfermedad coronaria y algunos tipos de cáncer.

Se encuentra en alimentos ricos en proteínas, como carnes, pescados y cereales. El contenido de selenio en los alimentos de origen vegetal varía según la concentración de este mineral en el suelo.

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Sodio (Na)

La sal ha sido el conservante tradicional y para la mayor parte de la gente es un agente palatable que mejora el sabor y la aceptación de los alimentos. Es uncomponente habitual de la dieta, cuyo consumo en exceso está relacionado con la hipertensión arterial, uno de los principales factores de riesgo cardiovascular. Las necesidades en un adulto se estiman entre 500‐1500 mg/día de Na.

Todos los líquidos del cuerpo contienen sodio, incluso la sangre, y su papel es crítico para regular el balancehídrico. El sodio es el principal catión de los líquidos extracelulares del organismo. Es necesario para latransmisión nerviosa y para la contracción muscular.

El sodio se encuentra en algunos alimentos de forma natural ‐en cantidades relativamente bajas‐ o añadido en forma de sal para su conservación o también para aumentar su aceptación: aceitunas, bacon, panceta, jamón serrano, lomo embuchado, pescados salados o ahumados, precocinados, aperitivos salados (patatas fritas, cortezas, frutos secos, etc.). Por ejemplo, 100 gramos de patatas en crudo no tienen más de 10 mg de sodio; sin embargo, la misma cantidad de patatas fritas contiene más de 200 mg de Na. La carne de vacuno tiene unos 60 mg/100 g; cantidad que se incrementa extraordinariamente cuando se prepara en forma de hamburguesa = 990 mg/100 g. En conjunto los alimentos pueden aportar hasta el 70% de todo el sodio que comemos.

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Pero además, el sodio procede también de la sal que se añade a los alimentos en el momento de cocinarlos o de la que se añade directamente en la mesa que, en conjunto, constituye aproximadamente un 25%. Porcentajes mucho menores proceden del agua que bebemos y de los medicamentos. Por todo lo anterior, la dieta generalmente aporta más sal de la que el cuerpo necesita y una ingesta alta se asocia con hipertensión arterial.

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La glándula tiroides es una glándula endocrina en forma de mariposa ubicada en la parte frontal del cuello, justo debajo de la nuez de Adán. Produce hormonas que regulan el metabolismo, es decir, la forma en que el cuerpo utiliza y almacena la energía de los alimentos.

Las dos hormonas principales producidas por la glándula tiroides son la triyodotironina (T3) y la tiroxina (T4). Estas hormonas son cruciales para el funcionamiento apropiado de prácticamente todos los órganos del cuerpo y desempeñan un papel clave en el control de la temperatura corporal, la frecuencia cardíaca, el metabolismo y la función cerebral.

Cuando la glándula tiroides produce demasiada hormona (hipertiroidismo) o muy poca (hipotiroidismo), puede desencadenar una serie de problemas de salud. El hipertiroidismo puede causar síntomas como pérdida de peso, ansiedad, aumento de la frecuencia cardíaca y problemas oculares, mientras que el hipotiroidismo puede provocar fatiga, aumento de peso, depresión, piel seca y otros síntomas.

Las enfermedades de la tiroides son comunes y tratables. El médico puede diagnosticar problemas de tiroides mediante análisis de sangre para medir los niveles de hormonas tiroideas y, en algunos casos, mediante pruebas de imágenes como ecografías o gammagrafías.

El tratamiento para los trastornos de la tiroides varía según el diagnóstico específico. Puede incluir medicamentos para regular los niveles hormonales, y en algunos casos, terapias más avanzadas o cirugía para tratar afecciones graves. Si tienes inquietudes sobre tu glándula tiroides, es importante hablar con un profesional de la salud para recibir orientación y tratamiento adecuados.

 

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