Vencer las resistencias
La inevitable resistencia
No hay luz sin sombras ni camino sin contratiempos. El polvo forma parte del camino, el sudor es parte consustancial del caminar, las torceduras de tobillo son un riesgo muy probable de la caminata; pero si lo que se desea es alcanzar una meta que se considera importante, no hay otro remedio que manchar las botas de polvo, impregnar la ropa de sudor y exponerse al riesgo de alguna torcedura. No hay otro remedio. Del mismo modo, la resistencia forma parte consustancial de las interacciones humanas. Desde los niños pequeños que tienen que pasar por la etapa evolutiva del negativismo para consolidar su personalidad hasta los negociadores de más alto nivel que dominan como nadie el arte del tira y afloja para ir aproximándose a los objetivos deseados.
Es la reacción inevitable que surge como “defensa” frente a nuestro “impulso corrector” cuando nos implicamos en esa especie de “tirasoga” mediante el que intentamos atraer a un alumno a la posición que nosotros consideramos “correcta”: el alumno, de manera automática, se va a situar a la contra para defender su statu quo, su propia posición que, de entrada, le está proporcionando algunos beneficios. La resistencia, por otra parte, es también el resultado de la propia interacción que tiene lugar entre entrevistador y entrevistado. Algunas actitudes del entrevistador pueden exacerbar la resistencia del entrevistado haciendo que se repliegue aún más en su postura defensiva. Por eso, es necesario hacer algunas consideraciones sobre esta realidad inevitable que –en mayor o menor medida– nos vamos a encontrar en nuestra interacción con los alumnos. Indicadores de resistencia
Tutor u orientador
Existen algunos indicadores de que las cosas no van por el camino que deberían y que el tutor u orientador que lleva a cabo la entrevista necesita tener en cuenta para tomar las oportunas medidas correctoras y encaminar el diálogo hacia los objetivos adecuados. En general, los indicadores más frecuentes de resistencia por parte del alumno entrevistado suelen adoptar alguna de las características siguientes:
1. Discutir con el entrevistador:
a. Desafiar la validez de las propuestas del entrevistador.
b. Desautorizar la figura del entrevistador.
c. Hostilidad manifiesta frente al entrevistador.
Interrumpir al entrevistador de manera defensiva:
a. Hablar sin aguardar a que el entrevistador termine su turno, sin esperar al momento adecuado.
b. Interrumpir al entrevistador de manera abrupta
Negativismo
Negativismo: a. Culpar a los demás de los problemas propios b. Estar en desacuerdo con las sugerencias del entrevistador. Una manera frecuente de llevar a cabo esta forma de oposición consiste en recurrir a la fórmula: “Sí, pero”. c. Disculpar el propio comportamiento (“todos hacen lo mismo”; “estudiar no sirve para nada”…). d. Minimizar los riesgos que se derivan del propio comportamiento (“No es tan malo suspender…”). e. Falta de voluntad: El entrevistado manifiesta falta de deseo o de disposición para el cambio. 6. Ignorar al entrevistador: a. Falta de atención:
El comportamiento del entrevisto manifiesta claramente que no está siguiendo ni atendiendo al entrevistador. Falta de respuesta cuando se le formula una pregunta, o bien responder con algo irrelevante. Cambiar el sentido de la conversación. Responder a la resistencia La resistencia es la reacción defensiva inmediata de nuestro “contrincante” al hecho de tomar nuestro extremo de la cuerda para tensarla en esa especie de juego de “tiro de la cuerda” que constituye el toma y daca de toda interacción humana. Se trata, por lo tanto, de una parte integrante de prácticamente cualquier interacción personal por lo que es de esperar que surja en el transcurso del encuentro entre entrevistador y entrevistado como un tipo de respuesta que este contrapone a las propuestas del entrevistador para justificar su inercia conductual, su desgana frente a la posibilidad de hacer un esfuerzo para variar el curso de su acción habitual.
Entrevista tutorial
Considerada de este modo, no sólo es probable que, a lo largo de la entrevista tutorial, se produzcan episodios de resistencia por parte de la alumna o el alumno sino que, precisamente por ser algo de esperar, el tutor u orientadora deben disponerse a afrontar una doble tarea: por un lado, entender el motivo de tal resistencia y, por otro, reajustar el estilo de la intervención que está llevando a cabo para sortear el obstáculo. Pero, en muchas ocasiones, la resistencia por parte del entrevistado no es otra cosa que una respuesta al contenido de la intervención del entrevistador o al modo en que este le está transmitiendo dicho contenido al entrevistado.
En este ejercicio de “tirasoga” verbal el objetivo que debe perseguir el tutor u orientador no consiste en conseguir “ganar la partida”, salirse con la suya, sino más bien en abrir nuevas vías de diálogo, presentar temas de conversación menos “candentes” sobre los que cimentar una empatía o una confianza más profunda que permita retomar, más adelante, el tema conflictivo que generó la resistencia. En principio, la respuesta de la que el tutor debe echar mano frente a las posibles resistencias por parte de los alumnos no difiere mucho de las respuestas generales que el entrevistador debe ir ofreciendo a lo largo de cualquier entrevista: reflejo de contenidos, de sentimientos y de la relación entre contenido y sentimientos. La única diferencia está en que, en el caso de tener que afrontar resistencias, será necesario utilizar un tono más neutro que evite una posible interpretación del reflejo del entrevistador como una ironía o un sarcasmo.
- Autoconocimiento: Identifica la causa de la resistencia. ¿Viene del miedo al fracaso, la falta de confianza o la falta de interés genuino? Comprender la raíz puede ayudar a abordarla.
- Establece Metas Claras: Define objetivos específicos y alcanzables. Esto puede reducir la sensación de abrumamiento y hacer que el desafío sea más manejable.
- Enfócate en el Proceso: A veces, la resistencia surge porque nos enfocamos demasiado en el resultado final. Dividir el proceso en pasos más pequeños y concentrarse en cada uno puede hacerlo más manejable.
- Cambia la Perspectiva: A veces, cambiar la forma en que vemos una situación puede ayudar. ¿Hay algún aspecto positivo o aprendizaje potencial en la tarea que enfrentas?
- Busca Apoyo: Habla con amigos, familiares o colegas. A veces, compartir tus preocupaciones puede aliviar la carga y proporcionar perspectivas útiles.
- Toma Pequeñas Acciones: Comienza con pasos pequeños. A menudo, dar el primer paso es la parte más difícil, pero cada pequeño avance puede aumentar la confianza y reducir la resistencia.
- Practica la Autocompasión: Acepta que todos enfrentamos resistencia en algún momento. No seas demasiado duro contigo mismo si encuentras dificultades para avanzar.
- Visualiza el Éxito: Imagina cómo te sentirás una vez que hayas superado la resistencia. La visualización positiva puede motivarte a seguir adelante.
Editorial Luis Bonilla. Expertos en enseñanza, formación a distancia, tutores cualificados y con variedad de cursos online.