Valorar la importancia
Una manera de conseguir que la alumna o el chico se impliquen
En esta primera fase de la exploración consiste en abrirles nuevas perspectivas, invitarlos a que adopten nuevos enfoques sobre la situación o que empiecen a considerar el punto de vista de otras personas. Para ello, es posible solicitarles que valoren, de 0 a 100, la importancia que le atribuyen a determinados aspectos implicados en el balance entre los costes y beneficios de la situación en que se encuentran y el correspondiente balance de costes-beneficios relativo a una hipotética situación ideal en la que no existiera el problema identificado con el que se están enfrentando, así como la importancia que le darían a esos mismos aspectos otras personas importantes para los propios alumnos.
Por ejemplo:
• ¿Qué desventajas tiene para ti el hecho de (suspender todas las asignaturas, estar enemistado con tus compañeros, vivir con esa tensión en casa)?
• ¿Qué importancia tendría para ti el conseguir terminar la ESO y obtener así el título de graduado? (o llevarte bien con tus compañeros, no disgustar a tus padres, hacer amigos). En una escala de 0 a 100, ¿qué puntuación le darías?
• ¿Cómo te gustaría estar dentro de X años (o, el próximo curso, cuando termines la ESO, cuando acabes el Bachillerato)? ¿De qué manera tu comportamiento te puede impedir que consigas tu objetivo?
• ¿Qué importancia crees que tiene para (tus padres, profesores, compañeros) el hecho de que tú (no estudies, no colabores, interrumpas las clases, te metas en peleas)? ¿Por qué piensas que tus (padres, profesores, compañeros) le darían una valoración de X?
• ¿Por qué valoras esta situación con una puntuación de X y no de 0? ¿Por qué le das esa puntuación y no 100?
• … Elaborar los contenidos El problema del lenguaje reside en que, muchas veces, resulta demasiado abstracto.
Voluntades
Si deseamos movilizar voluntades, activar comportamientos, es necesario que dotemos a nuestras palabras de la mayor carga visual –o sensorial, en el más amplio sentido– que nos sea posible. No basta con ayudar al alumno a que reconozca de una manera teórica las desventajas de continuar por el camino equivocado que ha emprendido; es necesario confrontarlo con los posibles escenarios por los que, con toda probabilidad, habrá de tener que pasar en caso de mantener su presente actitud y, para ello, tendremos que utilizar preguntas amplificadoras que le ayuden a cambiar su perspectiva enfocada exclusivamente en las ganancias a corto plazo. Preguntas o sugerencias del estilo de:
• ¿De qué manera?
• ¿Cuándo?
• ¿Cuánto?
• Dame un ejemplo concreto.
• Descríbeme.
• … Por ejemplo: ¿Cómo va a ser pasarse el verano acudiendo a clases particulares? ¿Qué horario concreto tendrías de clases? ¿A qué actividades tendrías que renunciar? ¿Cómo sería un día normal, de diario? ¿Y un fin de semana, teniendo que estudiar en verano?…
Explorar las consecuencias Ayudar al alumno a que se sitúe en el escenario más desfavorable – pero probable– puede resultar un magnífico revulsivo para que empiece a considerar más seriamente la conveniencia de un cambio. Para ello se pueden utilizar preguntas tales como:
• De seguir todo igual, ¿qué piensas que podría ser lo peor que podría pasar?
• ¿Qué sería lo peor que podría pasar, aunque a ti te parezca que es imposible que ocurra? Por ejemplo: De no ser capaz de terminar la ESO, ¿qué crees que sería lo peor que te podría pasar?
La motivación
Reconocer las ventajas de cambiar La motivación necesita un referente específico y claro, una meta concreta, un punto de arribada definido que justifique tanto el camino a seguir como el esfuerzo a emplear para completarlo. Por este motivo, el segundo elemento básico en una entrevista tutorial orientada hacia la motivación y promoción de comportamientos adecuados consiste en la clarificación de las ventajas del cambio frente a los inconvenientes de la situación de partida. El estilo de preguntas a las que recurrir con esta finalidad son:
• ¿De qué manera te gustaría que fueran las cosas?
• ¿Qué sería lo bueno de que tú (hicieras, intentaras)?
• ¿Cómo te gustaría estar dentro de X años (o, el próximo curso, cuando termines la ESO, cuando acabes el Bachillerato)? ¿Cómo serán las cosas cuando lo consigas?
• Si pudieras cambiar ahora mismo, por arte de magia, ¿de qué manera podrían ir mejor las cosas?
• El hecho de que estemos hablando quiere decir que, por lo menos, una parte de ti quiere cambiar. ¿Cuáles son las principales razones que ves tú para intentar un cambio?
• ¿Cuáles serían las principales ventajas de conseguir un cambio?
• ¿Cómo encajaría eso en tu esquema de valores? La estrategia, naturalmente, consiste en ayudar al alumno a que se forme una imagen mental atractiva y deseable –pero también realista– de una situación de llegada a la que pueda acceder por su propio esfuerzo.
Editorial Luis Bonilla. Expertos en enseñanza, formación a distancia, tutores cualificados y con variedad de cursos online.