Un vistazo a los clásicos
¿Todavía se lee a Carl Rogers? ¿La gente aún conoce a Viktor Frankl?
Me sorprendería que en estos tiempos en los que impera el reciclado alguien se tomara la molestia de leer a los clásicos del estudio del comportamiento humano en lugar de limitarse a engullir apresuradamente unas cuantas píldoras concentradas de esas que ahora se ofrecen bajo marcas alusivas a refinados y novedosos tipos de inteligencia o al último lanzamiento de las escuelas de “psicología instantánea”. Pues bien, en pocas palabras, Rogers ofrece una teoría magistral sobre las relaciones humanas que él centra en tres principios básicos: Empatía, aceptación incondicional y congruencia. Es cierto que él se refería a la relación terapéutica pero, en realidad, no existe tal cosa como “terapeuta” y “paciente”. ¿Sería muy escandaloso aventurar que tampoco existen “profesores” y “alumnos” sino tan sólo dos seres humanos, frente a frente? Dos escaladores en el mismo ascenso.
Por su parte, Viktor Frankl2 establece una teoría de los valores sobre la que todos deberíamos reflexionar para cuestionarnos los nuestros propios. Para este buscador de sentidos vitales, la clave de la propia existencia debe buscarse en el armazón de los valores personales: valores de creación, valores de vivencia y valores de actitud. Una base teórica y experiencial excelente para quien se proponga hacer de los valores no ya un contenido más a tratar en el tiempo de la tutoría colectiva con sus alumnos sino una vivencia directa sobre la que asentar cada encuentro con el alumno así como el punto de referencia para la solución de los problemas personales. Además de esos dos sólidos referentes sobre el comportamiento y las relaciones humanas, los enfoques de la Terapia de Aceptación y Compromiso, así denominada por su creador, Steven Hayes3, –y cuyas siglas, TAC, se ajustan muy bien a nuestra propuesta que podríamos denominar “Tutoría de Aceptación y Compromiso”–, aunque no constituyan una teoría ciertamente “clásica” dado el período de tiempo relativamente breve que esta corriente psicológica lleva consolidándose, sí que ofrecen una rica síntesis de puntos de vista filosóficos y científicos que pueden contribuir a que sea más segura nuestra escalada. Por otro lado, las pautas concretas de la “entrevista motivacional” de Miller y Rollnick4 junto con los principios de Rosenberg 5 sobre “comunicación no violenta” pueden servirnos muy bien de referentes específicos a la hora de componer el manual para trazar nuestro camino por la montaña virgen de la acción orientadora y tutorial con las mayores garantías de seguridad.
Planteamientos
A cada uno de estos planteamientos le dedicaremos su apartado correspondiente. De momento, vamos a limitarnos a hacer algunas consideraciones generales sobre la importancia de la labor que nos aguarda y la estructura del terreno que tenemos por delante. Resumiendo
• La práctica orientadora y tutorial debe fundamentarse en cuestiones de “esencia” personal (apertura, franqueza, comprensión, interés) más que en meras técnicas operativas (cuestionarios, tests, dinámicas grupales, etc.).
Si la relación con el alumno no se establece sobre una relación personal directa y sincera, la aplicación de cualquier técnica auxiliar corre el riesgo de convertirse en un obstáculo capaz de despersonalizar el encuentro estableciendo un distanciamiento difícil de salvar.
• En la búsqueda de un “estilo tutorial” efectivo, se propone como punto de partida el compromiso con la propia función tutorial y orientadora y la aceptación de todos los retos que tal función conlleva (perfeccionamiento constante, aceptación de los propios errores) fundamentados en una clarificación de valores personales y profesionales que se traduzca en una actitud de empatía y aceptación del alumno y de congruencia respecto al propio contenido de la interacción, vehiculizado a través de un estilo de comunicación respetuoso y motivador.
La acción tutorial y orientadora se articula sobre el eje central de un compromiso basado en valores y supone la aceptación del alumno como persona así como la de todos los requerimientos que exija la propia tarea que el tutor, de manera congruente con su propia realidad, aborda con una actitud de empatía y respeto hacia el alumno, con el fin de motivarlo en la consecución de los objetivos pertinentes.
- Literatura:
- «Don Quijote de la Mancha» de Miguel de Cervantes: Una obra maestra de la literatura española que narra las aventuras de un caballero enloquecido que busca la justicia.
- «Orgullo y Prejuicio» de Jane Austen: Una novela clásica de la literatura inglesa que aborda temas de amor, matrimonio, orgullo y prejuicios sociales.
- Música:
- «Las Cuatro Estaciones» de Antonio Vivaldi: Una serie de conciertos para violín que representa cada estación del año y es una de las piezas más conocidas de la música clásica.
- «La Traviata» de Giuseppe Verdi: Una ópera clásica que narra la trágica historia de amor entre Violetta y Alfredo.
- Arte:
- «La Gioconda» (Mona Lisa) de Leonardo da Vinci: Una de las pinturas más famosas del mundo, conocida por la enigmática sonrisa de su retratada.
- «La Noche Estrellada» de Vincent van Gogh: Una obra icónica del postimpresionismo que representa el cielo nocturno con una mezcla de luz y movimiento.
- Filosofía:
- «La República» de Platón: Uno de los escritos más importantes sobre filosofía política y ética, que aborda temas como la justicia y el concepto de la república ideal.
- «Meditaciones» de Marco Aurelio: Un compendio de reflexiones y principios filosóficos escritos por el emperador romano Marco Aurelio.
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