Todas las monedas tienen dos caras

Todas las monedas tienen dos caras

Cara y cruz

 

En ésas estaba. Y mientras le daba vueltas a cómo habíamos llegado a construir esta «normalidad» de la que intentaba liberarme, jugueteaba con un par de monedas, haciéndolas girar sobre la mesa. Quiso el azar que, en ese momento, al cesar su frenético vaivén, cada moneda cayera en una posición distinta. La una en la cara, la otra en la cruz. Ya no eran pesetas, sino euros. Pero, si algo tenían ambas monedas en común, era que una faceta no podía existir sin la otra. Así, aunque en una de las monedas yo sólo viese la cara, tenía la convicción absoluta de que, oculta a mis ojos, existía otra cara (llámese cruz). Esta lógica tan aplastante, basada en la experimentación y los años de comprobación de que todas las monedas tienen dos caras, me terminó de convencer de que, frente a la lectura del déficit y la vulnerabilidad se hacía necesaria una mirada complementaria, la de la posibilidad, la de la resiliencia.

Todas las monedas tienen dos caras

Un abordaje positivo fundamentado en la posibilidad del ser humano de hacer frente a la adversidad, de superarla y de experimentar un crecimiento postraumático, a pesar de la adversidad. Cara y cruz. Que salga una u otra depende del azar. Pero también el azar se nutre de probabilidades. Porque, aunque al lanzar una moneda al aire no sepamos si saldrá cara o cruz, conocemos los dos posibles resultados, aunque el azar haga que siempre salga la misma cara. Y ése era el problema, que en las relaciones personales estaba dejando actuar al azar. Pero también sabía que, cuando había intentado creer en la capacidad de alguien, mi influencia había aumentado la probabilidad de una respuesta estructurante para la persona.

 

Influencia 

Así sucedía en My Fair Lady cuando, bajo la influencia de un arrogante profesor de fonética, la protagonista deja atrás su vida de florista, para convertirse en una dama de alta alcurnia. Una especie de profecía, construida a base de influencia, que termina autocumpliéndose. Es la propia expectativa la que incita a las personas a actuar de tal forma que consiguen que la expectativa se vuelva cierta. Así, tratándola como si fuese una mujer real, fue como Pigmalión consiguió que la escultura de Galatea cobrara vida. Quizá entonces fuera cuestión de empeño y de apostar con mayor ahínco por la cara constructiva.

 

Editorial Luis Bonilla. Expertos en enseñanza, formación a distancia, tutores cualificados y con variedad de cursos online.

 

 

🪙 Cara: La Luz de la Positividad

Es el lado que todos quieren mostrar, donde brillan los logros, la felicidad y las oportunidades. Es la imagen pública, el reflejo de lo que queremos que los demás vean.

🪙 Cruz: El Aprendizaje en la Sombra

Es lo que queda oculto, los desafíos, los miedos y los fracasos que nos moldean en silencio. Aunque menos visible, este lado tiene un valor incalculable: nos enseña, nos transforma y nos da profundidad.

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