Sociedad del conocimiento
Época de transformaciones
En una época de transformaciones y cambios radicales como la actual (en la economía, los sistemas de producción, la globalización de la cultura), las nuevas tecnologías están presentes en todos los ámbitos de nuestra vida y, por lo tanto, en la creación, transmisión y tratamiento del conocimiento. Nuestra sociedad actual, denominada por numerosos expertos «Sociedad del Conocimiento» o «Sociedad Cognitiva», descansa sobre cuatro pilares básicos: aprender a reflexionar, aprender a dudar, aprender a adaptarse con la mayor rapidez posible y aprender a cuestionar el legado cultural propio respetando los consensos (Unesco, 2005).
Es decir, esta nueva sociedad requiere aprender a aprender; es una sociedad del aprendizaje en la que el ser humano necesita, de modo constante, adaptarse al medio que le rodea por medio del aprendizaje. El éxito económico, laboral, cultural, de desarrollo… depende de la capacidad de los sujetos para seguir aprendiendo. La educación es un factor esencial para el progreso y desarrollo de la sociedad, así como para la plena realización personal (Delors, 1996). Aporta a la sociedad la distribución, por una parte, de conocimientos, valores y actitudes y, por otra, de las competencias individuales para que cada persona participe y encuentre su propio lugar dentro del contexto social.
Pues bien, en este escenario de transformaciones de la sociedad global, parece que la educación se está quedando atrás: las reformas educativas no son capaces de superar el modelo clásico escolar, innovando únicamente en materiales didácticos e incluyendo ordenadores en las aulas. En la sociedad cognitiva se requiere un proceso educativo flexible, eficaz, equitativo y basado en competencias, que haga posible una experiencia de aprendizaje valiosa que dé respuesta a las exigencias de nuestro tiempo.
Sociedad de la Información / Sociedad del Conocimiento Así como los conceptos conocimiento e información se utilizan, en muchos casos, como sinónimos, también las expresiones Sociedad de la Información y Sociedad del Conocimiento se emplean frecuentemente de forma indistinta, pero cada una de ellas tiene un significado diferenciado. El concepto Sociedad de la Información fue introducido por el sociólogo norteamericano Bell en su libro El advenimiento de la sociedad postindustrial (1976) donde resalta que, en las sociedades industrialmente avanzadas, la información —el conocimiento teórico— será la estructura central de la nueva economía, debido a su enorme valor e impacto estratégico, social, económico, político y cultural.
Sociedad
La noción de Sociedad de la Información se basa en los progresos tecnológicos, en el desarrollo e impacto que los medios masivos de comunicación y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (NTICs) están produciendo en la vida social y cotidiana del hombre (Carrascosa, 2003): trabajo, hogar, relaciones familiares y sociales, ocio, educación, política, economía… «Es un sistema social, basado en el soporte tecnológico, que facilita el acceso a todo tipo de información, de datos, independientemente de las coordenadas tempogeográficas en que estén insertos» (García Aretio, Ruiz Corbella y García Blanco, 2009, 266). Pero la información y el uso de las tecnologías no garantizan el conocimiento. Por eso, a partir de los años 90 surge otro concepto, Sociedad del Conocimiento, que comprende dimensiones sociales, éticas y políticas mucho más amplias.
Esta sociedad cognitiva llegará cuando los ciudadanos que están integrados en la Sociedad de la Información adquieran la capacidad de procesar la información que tienen a su disposición. La información es la base, pero por sí misma no produce conocimiento: es necesario tener la capacidad de captarla, interpretarla con criterio, otorgarle un significado, aplicarla, compartirla, enriquecerla…, es decir, transformarla en un conjunto de saberes útiles. En la Sociedad del Conocimiento la información es algo más que una masa de datos indiferenciados, y todos los habitantes del mundo deben tener igualdad de oportunidades educativas para tratar ese conjunto de datos disponibles con discernimiento y espíritu crítico, analizarla, seleccionar sus distintos elementos e incorporar los que estimen más interesantes a una base de conocimientos. Implica, además, un cambio cualitativo en el uso y aplicación de la información para la generación de nuevos conocimientos, combinando la misma con el potencial creativo de las personas, la educación, el aprendizaje, las experiencias previas y los valores asumidos. (Unesco, 2005).
García Aretio, Ruiz Corbella y García Blanco (2009) exponen algunas de las diferencias entre la Sociedad del Conocimiento (SC) y su precursora, la Sociedad de la Información (SI): mientras que en ésta la información es unívoca, unidireccional, masiva e indiscriminada y democrática, en la SC se reelabora, interpreta y comunica, es individual, diferenciadora y participativa. La SI está centrada en los contenidos y pone el énfasis en la capacidad de las personas para acceder a la información; la SC se centra en el proceso y subraya la capacidad de las personas para procesar la información. Cambios socioculturales en la sociedad del conocimiento
La Sociedad del Conocimiento está impactando de un modo directo e indirecto en todos los órdenes sociales. Una de las características más significativas de nuestra sociedad actual es el fenómeno de la globalización que, como indica (Gardner 2005: 16), se extiende en varias direcciones: «El movimiento de capital y de otros instrumentos del mercado por todo el mundo; flujo de seres humanos que atraviesan fronteras; flujo de datos a través del ciberespacio; flujo instantáneo y casi invisible de la cultura popular (modas, comidas, melodías…) que iguala cada vez más a los adolescentes de todo el mundo y que también puede provocar la convergencia de los gustos, las creencias y los valores de sus mayores». Estas circunstancias influyen en las directrices políticas y económicas de los países.
Economía
La base económica de la sociedad se apoya en los servicios y no en los bienes; los sistemas de producción son sustituidos por las nuevas tecnologías, que permiten la creación de nuevos entornos y sectores laborales, la flexibilización del trabajo y, también, cierta inestabilidad laboral; se incrementa la adquisición y la fabricación masiva de los bienes de consumo; aumenta la exigencia de calidad y rentabilidad de productos y resultados (empresariales, políticos, educativos y/o sociales). Por otra parte, el acceso a la información se democratiza, debido fundamentalmente a la movilidad de capital y de seres humanos, antes mencionado, y al desarrollo de las nuevas tecnologías y de los medios de comunicación, que permite la ruptura de barreras espaciales, temporales y de pensamiento en el intercambio de datos. Aunque no podemos obviar que estos avances que supone la globalización no se reflejan de un modo equilibrado en todo el mundo, donde aún hay personas y/o países que tienen un uso restringido de estas tecnologías, dando lugar a la denominada brecha digital. Y, además, sólo disponer de información no supone la adquisición de conocimiento.
Para generar conocimiento es necesario desarrollar estrategias y habilidades que se adquieren mediante un proceso de aprendizaje. La educación se convierte en el instrumento fundamental para preparar a las personas a enfrentarse a los nuevos retos y necesidades que plantea la sociedad del siglo XXI. 2.3. De la Sociedad 1.0 a la Sociedad 3.0 Todos los cambios que la globalización y la Sociedad del Conocimiento están provocando, se conceptualizan en tres paradigmas que Moravec (Cobo y Moravec, 2011: 48) denomina Sociedad 1.0, Sociedad 2.0 y Sociedad 3.0. La Sociedad 1.0 se extiende desde el siglo XVIII hasta finales del siglo XX. Es una sociedad agrícola, en la que la base de la actividad económica son las empresas familiares, y posteriormente industrial, donde el trabajo ya es asalariado. En esta sociedad las relaciones son jerárquicas, los roles y trabajos están bien definidos y los datos se gestionan, lo que daría lugar a la Sociedad de la Información. Hacia finales del siglo XX se inicia la Sociedad 2.0, en la que los avances tecnológicos, principalmente, originan las grandes transformaciones sociales actuales.
Se asocia a la aparición de la Sociedad del Conocimiento, ya que la información requiere ser interpretada y, para ello, se necesitan trabajadores que gestionen el conocimiento. Además, como el ser humano es un «animal social», participa en interacciones sociales y produce, intercambia y comparte sus ideas y saberes a través de las TIC (Internet y Redes Sociales). En esta Sociedad 2.0 conviven dos conceptos de web, fruto de la evolución de las tecnologías de la información y de la comunicación. La Web 1.0 comienza en los años 60, es unidireccional, solo de lectura, estática y con un carácter principalmente divulgativo, con contenidos que rápidamente quedan anticuados al ser complejo actualizarlos; el usuario no puede interactuar con el contenido de la página (comentarios, respuestas, etc.). En los años 90, con la aparición del lenguaje HTML, las páginas Web incluyen imágenes, formatos y colores, siendo más agradables de ver. A partir de 2004 (O’Reilly, 2009), comienza a hablarse de la Web 2.0 (o Web social) como una evolución de Internet basada en tres principios: web como plataforma, inteligencia colectiva y arquitectura de la participación. Este nuevo concepto de la web hace referencia a una amplia gama de herramientas, aplicaciones y páginas de Internet que utilizan y fomentan la inteligencia colectiva, la colaboración y el intercambio de información: redes sociales, blogs, wikis…
Internet
Se «democratiza» el uso de Internet y se amplían las posibilidades de sólo lectura: cualquier usuario puede crear, publicar o cambiar el contenido del sitio web. Y hablemos del futuro. De la Sociedad 3.0 y, también, de la web 3.0. Dice Moravec (Cobo y Moravec, 2011: 52-53): «Para la mayoría de nosotros, la Sociedad 3.0 es la sociedad del futuro, quizá la de un futuro lejano. Sin embargo, (…) se trata de algo muy real. La Sociedad 3.0 (…) hace referencia a un mundo que está «a la vuelta de la esquina». Es, o será, la Sociedad de la Innovación, con tres ejes conductores: la aceleración de los cambios sociales y tecnológicos, la globalización continua, y la innovación impulsada por «knowmads» o trabajadores nómadas del conocimiento, innovadores, imaginativos, intuitivos, alfabetizados digitalmente, capaces de trabajar en cualquier lugar y momento y con cualquier persona, que aplican sus ideas y conocimientos en diversos sectores sociales, crean redes, aprenden permanentemente, experimentan con las TIC y no temen al fracaso (Cobo y Moravec, 2011). En este contexto la web que utiliza, o utilizará, el knowmad será la Web 3.0 (o Web Semántica), que se presenta como una gran base de datos inteligente que trata los contenidos no por su sintáctica sino por su semántica (inteligencia artificial), y aprovecha la nube y diversas aplicaciones y multidispositivos para prestar servicios al usuario y generar contenido original, de valor y ordenado: tablets, smartphones, mapas interactivos, etc. Si la Web 2.0 tenía como objetivo conectar a las personas, la Web 3.0 pretende unir el conocimiento que se encuentra dentro de los contenidos de la red, analizarlos y presentar los resultados de forma que sean relevantes y útiles para el usuario. Su sucesora es la Web 4.0 (o Web Ubicua), cuyo fin será unir las inteligencias de las personas y de asistentes virtuales para que se comuniquen entre sí y tomen decisiones de forma conjunta: realizar gestiones, comprar, llamar por teléfono, aprender, etc.
Se espera que en el año 2020 haya agentes en la Web que conozcan, aprendan y razonen cómo lo hacemos las personas. Una vez destacados los cambios producidos en las sociedades nos podemos preguntar ¿qué pasa con la educación? ¿Ha evolucionado de la misma manera que la sociedad y la tecnología? ¿Se adapta y sabe dar respuesta a los retos que plantean estos cambios acelerados? ¿Forma a ciudadanos con las competencias necesarias para desarrollarse en estos nuevos escenarios? ¿Por qué Moravec (Cobo y Moravec, 2011) afirma que estamos en la Sociedad 3.0 con una Educación 1.0? Vamos a tratar de dar algunas respuestas en el siguiente apartado.
La sociedad del conocimiento se refiere a un contexto socioeconómico en el que el acceso, la generación y la aplicación del conocimiento son factores clave para el progreso y el desarrollo:
Basada en la Información y el Conocimiento:
- Producción y Gestión del Conocimiento: El conocimiento se considera un recurso clave para el crecimiento económico, la innovación y el desarrollo social.
- Acceso a la Información: El énfasis está en la disponibilidad y el acceso a la información a través de tecnologías de la información y la comunicación (TIC).
Tecnología como Motor:
- Avances Tecnológicos: La sociedad del conocimiento se caracteriza por un rápido desarrollo tecnológico que impulsa la creación, distribución y aplicación del conocimiento.
- Innovación Continua: Se fomenta la innovación como motor del cambio y la mejora, impulsando sectores económicos como la investigación, la ciencia y la tecnología.
Educación y Aprendizaje Continuo:
- Aprendizaje Permanente: Se promueve la idea de que el aprendizaje no se limita a la educación formal, sino que es un proceso continuo a lo largo de la vida laboral.
- Desarrollo de Habilidades: Habilidades del siglo XXI como el pensamiento crítico, la creatividad, la resolución de problemas y la alfabetización digital son fundamentales.
Globalización y Conectividad:
- Interconexión Global: Las TIC han permitido la conectividad entre individuos y sociedades en todo el mundo, facilitando el intercambio de conocimientos y la colaboración.
- Diversidad Cultural: La sociedad del conocimiento valora la diversidad cultural y la interacción entre diferentes perspectivas y contextos.
Cambios en la Economía:
- Economía Basada en el Conocimiento: Se pasa de una economía industrial a una basada en la creación, el intercambio y la aplicación del conocimiento.
- Nuevos Modelos de Negocio: Surgen nuevos modelos de negocio centrados en la información y la tecnología.
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