Sobre las creatividades colectivas

Resultados
Creo que la frase es de Albert Einstein, el mismo que también decía que “la locura consiste en pretender resultados nuevos aplicando ideas viejas”. La creatividad es un valor, una suerte de virtud que suele atribuírseles a los líderes, a través de muchos mecanismos en la recuperación de sus prácticas. Una de estas prácticas es el recordar frases, ideas o enfoques conceptuales que, frente a un problema, suelen mostrar una perspectiva diferente, una mirada original, expresada desde una individualidad aguda. Eso hace que, también con frecuencia, se identifique creatividad con repentismo, genialidad, agilidad mental, espontaneidad y hasta un cierto sentido del humor particular, basado en la velocidad de una persona para cambiar una mirada sobre las cosas, antes de que se den cuenta el resto de los mortales.
En este sentido, yo quisiera introducir una variante en la mirada sobre la creatividad; quisiera poder mostrar su relación con las creatividades colectivas, su carácter procesual, y su funcionamiento dentro de algunas estructuras sociales, para poder reivindicar la necesidad imperiosa de ser creativos, pero desde una mirada colocada en el devenir de las multitudes, los colectivos y las transformaciones sociales. Pienso entonces en una posible historia, la de un transatlántico repleto de pasajeros que, por un desperfecto o un accidente, empieza a hundirse, pero que afortunadamente cuenta con botes salvavidas para todos y que entre sus pasajeros hay un pequeño grupo de jóvenes varones y mujeres deportistas que practican remo. Imagino el mapa creativo de ese transatlántico unas horas antes del accidente, sus jerarquías, sus modelos de vida, sus valores cotidianos y la transformación de ese escenario en el momento de la crisis.
Grupos
Pienso en ese enorme grupo humano, en el medio del mar, y en las creatividades que tendrían que desplegar para resolver el problema; pienso en sus protagonistas, en lo necesario de que todos sepan remar, en la inutilidad de los “saberes del transatlántico” con todos los botes flotando en el océano, y en la necesidad de hacer surgir un nuevo saber y un nuevo modo de comunicarlo, en el marco de una realidad distinta. Los animales y los seres humanos tenemos muchas razones para vivir con miedo, empezando porque no sabemos ni cuál es la energía que nos mueve… ni cómo nos mueve. Podemos tejer sobre este asunto una cantidad de leyendas, religiones e hipótesis científicas, pero lo cierto es que, en este planeta, la especie dotada de herramientas racionales e intuitivas para explicar el problema de “qué somos” no tiene, sobre el asunto, respuestas muy concretas ni efectivamente finales. Desde esa clave, es natural que nosotros y los animales hagamos muchas cosas por miedo. La creatividad, mirada desde ese punto de vista, tiene un valor muy particular. En el caso de que sea una creatividad provocada por el miedo (frente a una encerrona fatal, buscando una salida) es una prueba de que la energía que nos mueve no cede frente a lo que puede dañarnos, aunque lleve aparentemente las de perder.

Y si la situación que provoca la creatividad no viene del miedo, sino de una audacia proyectiva (una situación más común en los seres humanos que en los animales), ésta es la prueba de que la energía que nos mueve no es temerosa; es afirmativa y eterna. La creatividad es, además, una realidad de los pueblos. Todos los pueblos del mundo han exhibido una increíble, extendida, cotidiana y luminosa creatividad para vivir. Primero para sobrevivir, para vencer la agresión y las dificultades, para producir, y luego para crear códigos, rituales, herramientas y signos para comunicarse. Esta creatividad de segunda generación es la que también le fue dando a la humanidad las instituciones, es decir, los ámbitos de poder que le permitieron desarrollar una visión sobre los fenómenos de la dominación, ya no a la usanza animal (que también tiene jefes y jerarquías), sino a través de un modo basado en argumentaciones filosóficas y racionales. Esta última creatividad es la que construye un poder sofisticado sobre el mundo y los iguales; la capacidad de explicar, de simbolizar y de hacer obedecer. En esas instancias, la creatividad se ve frente a una encrucijada que podría resumirse así: “fueron las creatividades colectivas las que me trajeron hasta aquí; ¿Qué haré ahora? ¿Seré creativo para atender a las nuevas creatividades colectivas que seguramente me desplazarán o –por miedo– me voy a aferrar a lo creado y voy a defenderlo a través de la dominación y la represión?”.
Empresa
Esta pregunta ha sido respondida de muchas y contradictorias formas, ya sea desde el directorio de una empresa publicitaria, los Estados o las organizaciones populares. A veces, se reconoce que la energía que nos mueve es eterna y se abandonan sin miedo los espacios necesarios para la afluencia de las nuevas creatividades. Otras veces, como es el caso del Capitalismo, se usan ejércitos, redes de comunicación y legislaciones internacionales para debilitar, desmantelar y reprimir lo fundamentalmente nuevo con todos los recursos posibles. En el escenario actual, es muy importante fortalecer una creatividad de tercera generación, que conviva sin miedos ni complejos con la realidad de que todo lo instituido está para ser cambiado; una creatividad que tenga una relación menos tortuosa con la necesidad de la autoría, con todas las formas de lo que llamamos “Poder”, ya sea económico, institucional o social. Es fundamental que nos sepamos viviendo en sistemas sociales y culturales que están atravesados –como dice De Souza Santos– por una monumental “transición paradigmática”.
Si reconocemos que somos una gota en el mar de la creatividad popular y planetaria, es inútil que busquemos que nuestras creaciones sean totalmente originales y totalmente eternas. Ese afán de nombrar la cosa que creamos diciendo “es la primera vez que…” esconde un miedo infantil. En realidad, es una afirmación superficial y bastante poco seria, alimentada por una lógica de jerarquizaciones que poco tiene que ver con la corriente de novedades que tenemos que ir generando entre todos para poder permitir, por ejemplo, la supervivencia del planeta. La búsqueda compulsiva de exitosas carreras personales basadas en la autoría de ideas o proyectos absolutamente novedosos puede ser una zanahoria que nos esté distrayendo de los principales desafíos de la época. Una creatividad de tercera generación, más en red, más fundamental, más universal, más popular, más enmancipatoria, es lo que nos está pidiendo este mundo lleno de marquesinas, dioses y olimpos de las novedades académicas, tecnológicas o institucionales. Esa creatividad de tercera generación no es un proceso exclusivamente espontáneo. Aunque implique momentos de juego y de invención abierta, adopta también mecanismos rigurosos para ponerse en crisis a sí misma, a través de varios elementos: La búsqueda de la información relevante y múltiple que hace falta en cada cuestión. La creatividad sólo puede ser lo más amplia posible si cuenta con más datos, herramientas y saberes colectivos. La incorporación de miradas múltiples.
Entrenamiento
Creo que hoy la audacia creativa más importante es la de, en la “transición paradigmática”, favorecer el encuentro entre los que aparentemente tienen miradas diferentes. Para ello, hay que desarrollar metodologías que recuperen las creatividades parciales y logren ubicarlas, colectivamente, en un mapa común interpretable por todos y todas. El entrenamiento, el ejercicio técnico y creativo cotidiano. La creatividad de tercera generación es la que debe ser ejercitada cotidianamente. No necesitamos equipos obedientes que, cada tanto, se den el gusto de sentirse creativos. Necesitamos colectivos ejercitados en el ensayo, en el error y en el ajuste de lo nuevo. El cambio de perspectiva. En la transición paradigmática, los viejos esquemas mentales para el abordaje de distintos problemas vuelven una y otra vez: en lo cotidiano, en los lenguajes, en los modos.

Hay que disponer del tiempo mental colectivo para ver las cuestiones desde un punto de vista distinto, integral y ubicado en esta crisis de fondo. Lo arcaico y lo nuevo. A veces la creatividad más audaz consiste en recuperar visiones que fueron muy activas en el pasado. Nada en el universo es lineal, y no necesariamente lo nuevo supera en calidad a lo viejo. Recuperar imágenes e ideas del pasado puede ser revolucionario si éstas son lo suficientemente generosas y populares. Creo que el viejo transatlántico del capitalismo y la democracia exclusivamente representativa aún están en nuestras mentes, con su visión de la cultura y de la comunicación, intentando explicar que no hay hundimiento, que no hay transformaciones de fondo; permanece allí, en nuestros espíritus, aunque la realidad muestra otras cosas. Y la realidad exige una visión de la creatividad efectivamente más universal, más colectiva, menos acomplejada con la cuestión de las autorías, de la necesidad de novedades superficiales, de las edificaciones individuales. Lograr esto es vencer el miedo; es estar a la altura de la energía que nos mueve.
La creatividad colectiva se refiere a la capacidad de un grupo de personas para generar ideas, soluciones o proyectos innovadores en colaboración. En lugar de depender únicamente de las contribuciones individuales, la creatividad colectiva se nutre de la diversidad de perspectivas y habilidades de los miembros del grupo, lo que puede llevar a resultados sorprendentes y únicos:
- Diversidad: La diversidad en términos de antecedentes, experiencias, conocimientos y habilidades de los miembros del grupo es fundamental para la creatividad colectiva. Diferentes perspectivas pueden enriquecer la generación de ideas y la resolución de problemas.
- Colaboración: La colaboración efectiva es esencial en la creatividad colectiva. Los miembros del grupo deben estar dispuestos a trabajar juntos, escuchar activamente las ideas de los demás y construir sobre ellas.
- Comunicación abierta: Una comunicación abierta y honesta facilita la expresión de ideas y la retroalimentación constructiva en el proceso creativo.
- Sinergia: La sinergia se produce cuando el grupo produce resultados que son mayores que la suma de las contribuciones individuales. En otras palabras, el grupo es capaz de crear algo único y valioso que no podría haberse logrado por separado.
- Creatividad compartida: La creatividad colectiva permite que las ideas se compartan y se desarrollen conjuntamente. Los miembros del grupo pueden contribuir con piezas de un rompecabezas que, cuando se ensamblan, crean algo nuevo y emocionante.
- Toma de decisiones inclusiva: En la creatividad colectiva, la toma de decisiones puede ser un proceso inclusivo en el que se da voz a todos los miembros del grupo. Esto fomenta un sentido de propiedad y compromiso compartido con las ideas y los proyectos.
- Innovación: La creatividad colectiva a menudo conduce a la innovación, ya que permite la exploración de nuevas ideas y enfoques que pueden revolucionar productos, servicios o procesos.
- Creatividad en línea: Con el advenimiento de la tecnología, la creatividad colectiva también se ha expandido a plataformas en línea y redes sociales, donde grupos de personas pueden colaborar en proyectos creativos a pesar de estar geográficamente dispersos.
- Desafíos: A pesar de sus beneficios, la creatividad colectiva también puede enfrentar desafíos, como la gestión de conflictos, la coordinación y la sincronización de esfuerzos, y la garantía de que todas las voces sean escuchadas.
Editorial Luis Bonilla. Expertos en enseñanza, formación a distancia, tutores cualificados y con variedad de cursos online.
🌱 ¿Qué son las creatividades colectivas?
Son formas de producción simbólica, artística o intelectual en las que se involucran múltiples actores. No se trata de la simple suma de talentos, sino de una interacción dinámica donde emergen propuestas que ningún individuo podría haber creado por sí solo.
Estas expresiones suelen surgir en comunidades, colectivos artísticos, movimientos sociales, equipos de trabajo interdisciplinarios o espacios pedagógicos donde lo importante no es el protagonismo individual, sino el proceso y el sentido compartido.
🎨 Características de las creatividades colectivas
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Horizontalidad: Las decisiones se toman de forma colaborativa, valorando todas las voces.
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Diversidad: Se nutren de distintas perspectivas culturales, generacionales o disciplinares.
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Provisionalidad: Las obras o ideas están en constante transformación, abiertas a la evolución.
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Vínculo emocional: La creación se convierte en una experiencia de encuentro humano.
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Innovación social: Muchas veces generan cambios culturales, educativos o comunitarios.