SEGUIMIENTO FORMATIVO.
Características y finalidad.
A continuación destacamos algunas de las características y finalidades que definen al seguimiento formativo:
Características.
El seguimiento formativo permite evaluar a lo largo de todo el proceso de formación los distintos componentes que intervienen en él: desde los/as alumnos/as hasta los distintos elementos de la programación didáctica.
El seguimiento formativo se distingue de la evaluación en que:
el seguimiento formativo se refiere más a tareas que tienen que ver con la gestión de la formación: tareas administrativas, organizativas, de coordinación, etc.
la evaluación se refiere más a valorar aspectos de índole pedagógica o didáctica en cuanto a los procesos de formación: comunicación, aprendizaje de los nuevos conocimientos, diseño de los elementos de la programación didáctica, implementación de la enseñanza, etc.
Realizar un adecuado seguimiento formativo contribuye a detectar posibles fallos o desajustes en el proceso de enseñanza-aprendizaje, sin tener que esperar a realizar una evaluación final para comprobarlo; a la vez que, al tratarse de una evaluación continua del proceso, brinda la oportunidad de corregir dichos desajustes en el momento en el cual se están produciendo. Por otro lado, también nos muestra aquellos procesos que tienen lugar de forma adecuada y las posibles mejoras a las que pueden ser sometidos.
El seguimiento formativo ha de ser llevado a cabo por todos/as los/as agentes que intervienen en la realización de los cursos de F.P.O. (desde la Administración Pública hasta los/as tutores/as, pasando por los/as técnicos/as, coordinadotes/as, etc.) y, por tanto, los/as formadores/as son un elemento más implicado en dicho proceso.
Como todo elemento del proceso de formación, el seguimiento formativo es susceptible de ser planificado; ya que no debe ser algo que se realice de forma arbitraria, sino que debe estar pensando y planteado desde antes que comience la acción de formación.
Finalidades.
Resumiendo lo comentado anteriormente, podemos decir que las finalidades del seguimiento formativo serían: (Ruíz Gil, Noemí (2002): Manual de Formador Ocupacional)
Ayudar a entender por qué ocurren ciertas cosas y qué puede hacerse para intervenir en el proceso.
Identificar y solucionar problemas que surjan.
Contribuir a la elaboración de unos planes de formación realistas y saberse ceñir a ellos.
Ayudar a reducir y controlar el uso de los recursos materiales.
Establecer el nivel que puede alcanzar el rendimiento y relacionarlo con el rendimiento actual.
El seguimiento del plan o programa de formación permitirá tener información actualizada sobre cómo se está ejecutando dicho plan o programa.
2.- Intervenciones pedagógicas.
2.1.- Modalidades de Intervención.
Como hemos comentado anteriormente, el seguimiento formativo se encarga de los temas más burocráticos de la formación; pero en el ámbito pedagógico de la misma también sería necesario este seguimiento, que haría referencia a componentes administrativos tales como: becas, firmas de partes, justificaciones de faltas, etc. Además de otros aspectos implicados en el aula como:
adecuación de los contenidos a las características de los/as alumnos/as
control del tiempo y el espacio
cumplimiento de plazos
utilización de materiales y control de los mismos, etc.
Por supuesto, todos estos elementos se tendrán en cuenta a la hora de realizar la evaluación y consiguiente toma de decisiones.
Si ojeamos un poco en la historia, podemos identificar tres etapas en la evolución de la intervención pedagógica:
- En un primer momento, la intervención pedagógica fue considerada como un forma de “acción correctora” para los/as alumnos/as debido a su mal comportamiento. Es decir, un tipo de castigo en un momento puntual.
- En un segundo momento, a partir de los años setenta más o menos, comienza a proliferar la figura del/de la orientador o asesor educativo/a (encarnada en psicólogos/as y/o pedagogos/as) integrados/as de forma permanente en la plantilla de la organización escolar. En esta etapa, la figura del/de la orientador todavía era más de tipo terapéutica que educativa o formativa y consistía en intervenir de forma puntual cuando existía una dificultad concreta de aprendizaje por parte del/de la alumno/a.
- Por último, a partir de los años ochenta, la función orientadora o asesora deja de ser entendida como una acción puntual, aislada o dirigida únicamente a la solución de problemas; para convertirse en una acción de tipo preventiva, continua, global y descontextualizada, que afecta a la totalidad de alumnos/as presenten o no dificultades de aprendizaje.
Desde este enfoque, por tanto, todos los/as alumnos/as son susceptibles de necesitar en un momento dado refuerzos, apoyos, mejoras; es decir, algún tipo de intervención para adaptar la formación a sus intereses, necesidades, motivaciones y capacidades.
Desde esta perspectiva preventiva podemos distinguir tres tipos de intervenciones pedagógicas:
- De prevención primaria: son intervenciones dirigidas a aquellos/as alumnos/as que desarrollan su proceso formativo con normalidad e incluso con buen rendimiento, con el objetivo de proporcionar un formación integral óptima. Ej: programas de mejora de las capacidades.
- De prevención secundaria: son intervenciones que se ponen en marcha cuando se comienzan a detectar dificultades; es decir, sirven para detener o aminorar el avance de dichas dificultades de aprendizaje aplicando el correspondiente tratamiento formativo.
- De prevención terciaria: son intervenciones dirigidas a paliar las consecuencias negativas producidas por una dificultad más o menos estable y que precisan una intervención o adaptación significativa del programa formativo.
Ej: personas con dificultades asociadas a importantes limitaciones intelectuales.
En la formación de adultos, en la cual el alumnado normalmente está interesado en dicha formación, es frecuente que éste/a supere con normalidad los objetivos propuestos; aunque no siempre es así. Por este motivo, es necesario potenciar también en la formación de adultos la orientación y asesoramiento pedagógico.
El/la formador de cursos de F.P.O. debe, por tanto, detectar las posibles dificultades de aprendizaje de su alumnado y adaptar, en la medida de lo posible, su programa formativo a las necesidades individuales de los mismos.
El seguimiento formativo es un proceso continuo de evaluación y retroalimentación que tiene como objetivo mejorar el aprendizaje y el desarrollo de habilidades de los estudiantes a lo largo de un programa educativo. Este proceso implica la recopilación de información sobre el rendimiento de los estudiantes, su comprensión de los conceptos, y sus habilidades en diversas áreas:
- Evaluación Continua: Se realiza a lo largo de todo el proceso educativo, permitiendo identificar fortalezas y áreas de mejora de manera constante.
- Retroalimentación Oportuna: La retroalimentación se proporciona de manera inmediata para que los estudiantes puedan entender y corregir sus errores, consolidar sus conocimientos y mejorar su rendimiento.
- Diversidad de Instrumentos de Evaluación: Se utilizan diferentes métodos de evaluación, como exámenes, proyectos, presentaciones, discusiones en clase, entre otros, para obtener una visión completa del rendimiento del estudiante.
- Adaptación del Enfoque de Enseñanza: Los resultados del seguimiento formativo también son utilizados por los docentes para ajustar sus métodos de enseñanza, adaptándolos a las necesidades y estilos de aprendizaje de los estudiantes.
- Registro y Análisis de Datos: Se lleva a cabo un registro sistemático de los resultados de las evaluaciones y se analizan para identificar tendencias, patrones y áreas que requieren atención especial.
- Involucramiento de los Estudiantes: Los estudiantes también pueden participar activamente en el proceso de seguimiento formativo, estableciendo metas personales, autoevaluándose y participando en la reflexión sobre su propio aprendizaje.
- Apoyo Individualizado: Cuando se identifican dificultades específicas, se proporciona apoyo adicional a los estudiantes que lo necesitan, ya sea a través de tutorías, recursos adicionales, o programas de intervención.
- Mejora Continua del Programa: La información recopilada a través del seguimiento formativo también se utiliza para mejorar continuamente el diseño del programa educativo, haciendo ajustes para garantizar la efectividad del proceso de enseñanza-aprendizaje.
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