Sea políticamente correcto… o no

Poder
Power is like being a lady.
If you have to tell people you are, you aren’t.
Ser poderoso es como ser una dama. Si tienes que anunciarlo al mundo, seguramente no lo eres.
La corrección política o lo políticamente correcto es un término utilizado para describir lenguaje, ideas, políticas o comportamientos que se considera que buscan minimizar las ofensas a grupos étnicos, culturales o religiosos. El término se usa también en un sentido más amplio para describir la afiliación con la ortodoxia política o cultural. En forma similar, el término políticamente incorrecto describe aquello que podría causar ofensa o ser rechazado por la ortodoxia política o cultural de un determinado grupo.
El término y su uso son altamente polémicos. Suele utilizarse con un significado peyorativo o irónico por quienes expresan preocupación por que el discurso público, la ciencia o los ámbitos académicos puedan estar dominados por puntos de vista excesivamente acríticos con determinado postulado.
En el mundo en que existe una fuerte mezcolanza de razas, religiones y filosofías de la vida, es muy fácil incurrir en comentarios que puedan ofender a alguna persona. A veces ni siquiera se trata de comentarios. Por ejemplo, si usted se aprende los nombres de una docena de personas, pero no recuerda el de tres o cuatro, estas pueden sentirse molestas porque usted emplee su nombre para dirigirse a los otros y no tenga con ellos la misma deferencia. En Estados Unidos los formadores andan con mucho ojo para, a la hora de pedir participación, no dedicar más atención a los wasp que a los miembros de otros grupos étnicos o religiosos.
Cada vez nos encontraremos más personas en nuestros cursos de origen búlgaro, árabe, chino o keniata. Los nombres de estas personas no suelen ser fáciles de pronunciar para nosotros, pero deberemos hacer un esfuerzo para que no se sientan discriminados, y mucho menos jugar con sus nombres de modo que suene a burla.
Y si tememos no hacerlo bien, un buen comienzo puede ser preguntar: ¿cómo se pronuncia su nombre? e intentar hacerlo lo más fielmente posible, excusándonos por nuestra torpeza si es necesario…
Con respecto a la discriminación más frecuente entre nosotros, la de sexo,47 hablar siempre empleando el sustantivo en masculino, cuando hay hombres y mujeres en el mismo grupo, es impecablemente correcto desde el punto de vista gramatical, pero puede ofender a alguien. Particularmente, odio emplear la duplicidad (niños y niñas, administrativos y administrativas, enfermeras y enfermeros…), como detesto igualmente el empleo de la @ para referirse a uno y otro sexo a la vez. Mi receta: emplee la palabra personas, que en muchísimos casos evita la necesidad de utilizar esos recursos que acabamos de criticar. En lugar de candidatos y candidatas que se presentan a una prueba de selección, puede decir personas que se presentan a un proceso de selección.
Participantes
Si almuerza usted con los participantes, cuide de no sentarse siempre con las mismas personas, especialmente si son las más importantes. Distribúyase usted entre grupos diferentes, y si no logra sentarse y hablar con todos, al menos que se aprecie su intención de hacerlo. Además, en las pausas-café podrá hablar con quien no lo haya hecho durante las comidas.
Más que dar normas concretas, lo que deberíamos hacer todos los formadores, y nos incluimos por supuesto en el grupo, es desarrollar un sentido empático que nos permita evitar las palabras y actitudes que puedan hacerse sentir mal a alguien. Y si no sonara tan pasado de moda, le diría que en lugar de ser políticamente correcto sea usted educado, entendiendo por educación no la repetición de gestos y frases estereotipados, sino observando lo que para mí es la mejor definición de buena educación: preferir sufrir uno mismo una incomodidad en lugar de que lo sufra el otro.
Editorial Luis Bonilla. Expertos en enseñanza, formación a distancia, tutores cualificados y con variedad de cursos online.
Sea políticamente correcto… o no
El poder y los límites de la comunicación
La corrección política busca respetar la diversidad, evitar ofensas y promover la inclusión en el discurso público y privado. Sin embargo, también genera debate sobre la libertad de expresión, la autenticidad y el poder detrás de las palabras.
¿Por qué importa ser políticamente correcto?
-
Ayuda a construir espacios respetuosos y equitativos.
-
Favorece la empatía y la convivencia entre grupos diversos.
-
Reduce la discriminación y los prejuicios implícitos en el lenguaje.
¿Cuándo puede convertirse en un límite?
-
Cuando se usa para censurar ideas legítimas o debates necesarios.
-
Si se convierte en una forma de controlar el discurso y evitar la crítica.
-
Cuando limita la autenticidad y genera comunicación superficial o ambigua.
El poder de las palabras
El lenguaje no solo refleja realidades, sino que las construye y transforma. Saber cuándo ser políticamente correcto es también ejercer un poder consciente: el poder de elegir cómo influir, persuadir y dialogar.
Decidir ser políticamente correcto… o no, implica asumir las consecuencias y la responsabilidad del impacto que se genera.