Otras metáforas

Otras metáforas

Fábulas

 

Se pueden utilizar otras muchas fábulas y metáforas con propósitos muy diversos. El cuento de los dos ratones atrapados en el cántaro de leche puede servir muy bien como estímulo para animar al alumno a que no se rinda ante las dificultades: En cierta ocasión, dos ratones se cayeron en el interior de un cántaro de leche. Como las paredes del cántaro eran completamente lisas y verticales, a los ratones les resultaba imposible trepar hasta la boca del cántaro para salir de su encierro, de manera que no les quedaba otro remedio que nadar y nadar sin descanso para evitar hundirse en la leche. Y eso hicieron durante largo rato: nadaron incansablemente agitando sus patas para no ahogarse pero sin la menor esperanza de poder ponerse a salvo. Al cabo de un tiempo, uno de los ratones, exhausto, decidió que no merecía la pena seguir luchando sin sentido por lo que, desesperanzado, dejó de nadar y se hundió en el líquido.

 

El otro ratón, en cambio, aunque también estaba agotado, decidió continuar hasta el límite de sus fuerzas por lo que cerró los ojos, apretó los dientes y siguió y siguió nadando con todas sus fuerzas, decidido a llegar hasta el final. Cuando sintió que ya sus fuerzas estaban a punto de abandonarlo, notó, sorprendido, que algo inesperado estaba ocurriendo: la leche, con el frenético batir de sus patas, se estaba convirtiendo en mantequilla, así que el ratón siguió y siguió agitando sus patas hasta que toda la masa de la leche adquirió la sólida consistencia de la mantequilla de manera que, tomando impulso en esa base solidificada, el ratón pudo saltar cómodamente fuera del cántaro y ponerse a salvo. La consideración de la inestabilidad así como del carácter cambiante y cíclico de la realidad, puede ser un factor importante a tener en cuenta a la hora de considerar el fracaso como un mero estado pasajero que puede dar lugar a otra fase más positiva y el éxito como un punto transitorio en el que no conviene quedarse dormido en los laureles.

 

Caballo blanco

La interminable historia del caballo blanco puede servir como referencia para la consideración de estas ideas. Érase una vez un caballo árabe, blanco, que siempre ganaba todas las carreras a las que se presentaba y eso era motivo de orgullo para el poblado en el que residía el jeque poseedor del corcel. Cierto día, cuando los encargados de cuidar el caballo fueron a llevarle su comida, se encontraron con que el recinto en el que lo guardaban estaba abierto por lo que el caballo se había escapado. Desolados, los cuidadores se dirigieron a la tienda del jeque, deshaciéndose en lamentaciones: — ¡Qué pena! ¡Qué desgracia! Al escuchar sus lamentos, el jeque les preguntó: —¿Qué os pasa, que estáis tan apesadumbrados? —Es que tu caballo blanco ha desaparecido y con él ha desaparecido también nuestra honra y nuestra gloria ya que era el caballo el que le daba fama a nuestro pueblo. El jeque los escuchó con paciencia y, luego, encogiéndose de hombros, replicó: —Vosotros decís que es una desgracia, y puede que sea así, o puede que no; sólo Alá lo sabe.

Otras metáforas

Los cuidadores se miraron desconcertados, sin entender demasiado bien las palabras del jeque y, cabizbajos, regresaron a sus tiendas. A las pocas semanas, el caballo apareció en las inmediaciones del campamento y venía, además, acompañado de una hermosa yegua que, por todos los indicios, estaba preñada. Entonces, los cuidadores salieron de sus tiendas y recogieron a los animales. Los cepillaron y asearon, les dieron buen pienso y agua y, luego, gozosos, se dirigieron a la tienda del jeque exclamando alborozados: —¡Qué alegría! ¡Qué dicha! El jeque, de nuevo, se asomó a la puerta de su tienda y les preguntó: —¿Y, ahora. por qué estáis tan alegres? —Es que hemos recuperado aquello que creíamos perdido y, además, nos ha sido devuelto acrecentado. Por eso, hoy es un día de gran alegría. —Bien –replicó el jeque–. Vosotros decís que es una gran alegría. Y puede que sea así, o puede que no; sólo Alá lo sabe. Al día siguiente, el hijo del jeque, encantado con la recuperación del caballo blanco, decidió salir a dar un paseo a lomos del corcel.

 

Caballo volador

Tan entusiasmado galopaba, que creía montar un caballo volador; de manera que, al hacer saltar un obstáculo a su montura, se cayó de la silla rompiéndose una pierna. Entonces, los cuidadores del caballo blanco se apresuraron a recoger al hijo del jeque. Lo colocaron con cuidado en unas parihuelas, le entablillaron la pierna y lo transportaron a la tienda del jeque en medio de exclamaciones de dolor. El jeque, al oír los lamentos, se asomó a la puerta de su tienda y preguntó: ¿Cuál es ahora el motivo de vuestros lamentos? —Es que tu hijo, ahora, está en el lecho del dolor –respondieron los cuidadores– y su dolor es nuestro dolor y lo que era felicidad se nos ha vuelto desgracia. —Bien –replicó el jeque–. Vosotros decís que esto es una desgracia. Y puede que sea así, o puede que no; sólo Alá lo sabe. Al poco tiempo, llegaron los soldados del sultán, reclutando gente para la milicia ya que habían entrado en guerra con un sultán vecino. Los soldados, al ver al hijo del jeque en la cama, con la pierna entablillada, decidieron que no era apto para el servicio por lo que siguieron viaje en busca de otros jóvenes más aptos para ir a luchar en la batalla. …

Otras metáforas

¿Podrías continuar tú la historia, haciendo que cada episodio negativo desemboque en uno positivo y transformando cada escena positiva en otra más sombría? Podrías continuar tu propia historia, alternando los episodios negativos y positivos? ¿Qué conclusiones puedes sacar de esta historia? Sólo Alá lo sabe. Ejemplos de entrevista A continuación, se detallan algunos fragmentos de entrevistas reales, mantenidas con alumnos de ESO. Si bien las entrevistas son auténticas, la transcripción no es fiel al contenido de las mismas; en algunos casos, el fragmento que aquí se expone corresponde a un conjunto de varias entrevistas de contenido semejante. En todo caso, las identidades de los alumnos están distorsionadas para evitar posibles identificaciones. Rompiendo el hielo: iniciar una entrevista M. es un alumno de etnia gitana, muy influenciado por su entorno socio-familiar, muy poco motivado para el estudio, con un amplio historial de fracaso académico en primaria y que accede a la ESO “obligado” por el hecho de que su familia está siendo objeto de seguimiento por parte de los servicios sociales.

 

Académia  

Académicamente, va muy atrasado respecto a los alumnos de su edad y está recibiendo apoyo individual. El principal problema de M. es su comportamiento disruptivo frecuente.

T: Hola, M. Encantado de hablar contigo. Ya sabes que, como tutor de tu clase, voy a tener charlas con cada uno de vosotros. Rompiendo el hielo

M: Hola. (Se tira en la silla, de cualquier manera).

T: ¿Qué diferencias encuentras entre el colegio en el que estabas el curso pasado y el instituto en el que empiezas ahora la ESO? Pregunta abierta para pasarle la iniciativa al alumno.

M: (Se encoge de hombros) No sé; supongo que habrá que estudiar más aquí, pero a mí no me interesa el estudio. El alumno restablece su postura.

T: ¿No te interesa estudiar? ¿Cómo es eso? Procurando que el alumno siga hablando.

M: A mí no me interesa ser médico ni abogado, ni ninguna de esas cosas; entonces, ¿para qué voy a estudiar?

T: ¿Qué te gustaría ser? ¿En qué te gustaría trabajar? Pregunta abierta.

M: No sé. Lo que a mí me gusta es domar caballos.

T: Te gustan los caballos… Reflejo del contenido.

M: Sí. En mi casa, tenemos tres caballos; dos con certificado de pureza y uno sin certificado. Uno es negro, otro tordo y otro pintado.

T: Parece que disfrutas hablando de tus caballos… Reflejo del sentimiento.

M: Y les enseño a hacer muchas cosas: el tordo sabe hacerse el muerto y, cuando está en el suelo, yo me monto en él y él se levanta conmigo encima.

T: Vaya, eso parece emocionante. ¿Quién le enseñó al caballo a hacer ese truco? Reflejo del sentimiento y pregunta.

M: Mi padre. Él sabe mucho de caballos y a mí me enseña muchas cosas.

T: Parece que admiras mucho a tu padre porque entiende mucho de caballos.

 

Libros o revistas

¿Qué libros o revistas sobre caballos sueles leer? Reflejo relacionando contenido y sentimiento.

M: Ninguno. A mí, me enseña mi padre. (El tutor toma nota de la importancia de la figura paterna como modelo).

T: ¿Qué te parecería echarle un vistazo a una revista sobre caballos? ¿Qué crees que podrías aprender? Reflejo de contenido

M: (Se queda pensando) A lo mejor había alguna cosa que puedo aprender y fotos de caballos.

Pregunta abierta, explorando posibilidades. El resultado de esta primera entrevista fue una cierta distensión para ir estableciendo una relación más adecuada con el alumno así como una interesante fuente de motivación para el trabajo individual con el chico: a partir de revistas y textos sobre cría y doma de caballos resultó más fácil introducir al alumno en trabajos de comprensión de textos, velocidad lectora, etc.

 

El alumno pudo darse algún baño de autoestima explicando a sus compañeros algunas cosas sobre el mundo de los caballos y, de este modo, empezó a establecer un nicho personal en el conjunto de la clase. En posteriores entrevistas con este alumno hubo ocasión de aludir a modelos deseables dentro de su entorno: familiares y vecinos que accedieron a un ciclo formativo; gente que conoce y que está trabajando en diversos oficios y también se analizaron determinados consejos de su padre respecto a la importancia de implicarse en el estudio.

 

Editorial Luis Bonilla. Expertos en enseñanza, formación a distancia, tutores cualificados y con variedad de cursos online.

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