Organización de la sociedad

Organización de la sociedad

Síntesis 

 

Me cuesta referirme a la democracia como una idea síntesis de lo que está bien, en esa materia tan amplia que es la organización de la vida en sociedad. Sé que estamos pasando por un tiempo de enorme necesidad de contar con un marco contenedor indiscutible para las diferentes formas de organización social que las personas vamos moldeando en diferentes lugares al mismo tiempo. Sé también que la democracia parece habernos llegado, a esos efectos, como un regalo desde la misma historia. Ha resurgido prometedora, enseguida después de tiempos de fuegos de acero y de huracanes de dolor y muerte, tiempos en los que el espíritu se ha encontrado, cada vez menos perplejo, considerando positivamente diversas variantes de una idea de bien que lo dejaban frente a frente con una pared vertical a escalar, que le proponían la certeza de que dar muerte y prevalecer era lo que seguía a enfrentarse con la diversidad.

 

Tengo, entonces, plena conciencia de que puede parecer una excentricidad (o peor aún, sospechoso) cuestionar una verdad axiomática fundamental, cuyo valor no debe relativizarse desde que ha venido a solucionar problemas terribles: no es cuestión de ponerse en exquisito con el remedio sin reconocer que lo peor era aquella enfermedad. Pero como el lector ya está avisado, en verdad he estado dando las razones para sí hacer todo esto, para revisar críticamente esa democracia a la que nos gustaría proclamar que adhieren sin discusión los nuevos líderes. Creo que es ésta una oportunidad inmejorable para abrir grande los ojos y escudriñar –corriendo todos los velos que podamos correr– los horizontes hacia los que impulsamos con el viento de nuestra verborragia las velas de las flotas audaces que van a cambiar el mundo para mejor. Porque no vaya a ocurrir que de tantas ganas de llegar a algún lado, estemos errándole al destino por uno o dos grados en la partida, cuando sabemos la diferencia enorme que un grado, en ese punto, termina significando allá adelante, lejos en la historia.

 

Democracia

Para vislumbrar las dificultades de pensar la democracia salvadora de un modo absoluto, inequívoco, inamovible a lo largo del tiempo, el espacio y las variantes de la moral, de esa suma de costumbres legitimadas que da cuenta de la idea de bien que rige en una sociedad, basta asomarse a un par de ejemplos al respecto. Grecia es considerada la cuna de la civilización. El concepto de la democracia surgió en Atenas en el año 508 A.C. Antes de ese año, los atenienses eran regidos por aristócratas y tiranos. Después de una revolución, los atenienses nombraron a un tal Clístenes para crear una nueva forma de gobierno que debería permitir la participación del pueblo en las decisiones políticas, y este fue el principio de la democracia. La palabra está formada por demos = pueblo, y kratos = gobierno: el gobierno del pueblo. Aristóteles, en su Política, presenta un análisis más matizado de las formas de gobierno, partiendo de la experiencia de los regímenes de su tiempo. Consideraba que no todos los pueblos estaban a una altura que les permitiera la forma de gobierno más deseable. Por eso existían tres modelos básicos: el gobierno de una persona, el gobierno de un grupo y el gobierno de todos.

Organización de la sociedad

Pero el funcionamiento bueno o malo dependía naturalmente no sólo de quien estuviera a cargo del gobierno, sino de cómo lo hiciera, pues toda forma de gobierno puede ser adecuada o corrupta. Con lo cual las tres formas mencionadas se convierten en seis: tres formas de buen gobierno y tres formas de mal gobierno, que operan en el mismo plano. La Monarquía (una persona) está bien, y su exceso, la Tiranía, está mal; la Aristocracia (un grupo) vuelve a estar bien y encuentra su límite en la Oligarquía, que pasa a ser el mal en esa variante; la Politeia (todos) es lo que está bien en la tercera alternativa, y lo que está mal en este subsistema es la variante llamada ¡Democracia! Entonces, en ese texto aristotélico, la democracia no aparece presentada como un modelo deseable sino, más bien, como lo que nosotros llamaríamos demagogia o gobierno de la plebe. Para Aristóteles, el gobierno no ya de “todos” (en masa) sino de “cada uno”, se denominaba Politeia. Según parece no creía mucho el filósofo que la sociedad estuviera preparada para un buen gobierno en el que todos y cada uno participara.

 

Gobierno

Aristóteles parecía creer más en una aristocracia o gobierno de gente como es debido (clase media y juiciosa) con cierta conexión a un gobierno de todos. Estaría contento hoy en día el Filósofo, porque es más o menos lo que ahora tenemos en muchas de nuestras sociedades. Llegando a nuestro tiempo, habiendo salteado nada menos que dos mil quinientos años, una propuesta de Shimon Peres, Presidente de Israel desde 2007, con la que seguramente enseguida encontraremos fácil acordar los contemporáneos, dice que “… la democracia implica una división, una colección de desacuerdos. No es un lugar de gente similar sino de gente diferente. Su principio no es de igualdad sino de igualdad de derechos para que cada quien sea diferente y, no obstante las diferencias y los puntos de vista variados, sea posible vivir juntos y sin violencia. La democracia es la historia de la pluralidad y la tolerancia, no la de la victoria y la imposición.

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Por ello no hay victorias en la democracia, hay paz, y la paz es la verdadera victoria de la vida política de los pueblos”. Bien diferente a la idea de Aristóteles, ¿no? Y llena de significaciones que nos resuenan, de sentido común reconocible… aunque la diferencia con la aproximación aristotélica nos debería hacer terminar la frase diciendo que quizás sea así sólo para un tiempo y para una determinada parte del mundo. Sirva de guía para comprender estas reflexiones y las que sigan, la idea de que el destino que vamos a alcanzar allá adelante, en materia de verdades alrededor de la organización de los hombres y mujeres en sociedad, va a ser tan frágil y precario como nuestra realidad actual, este hoy nuestro que allá atrás en el tiempo alguien probablemente habrá llamado destino y que nos dispara hoy a escribir sobre el futuro con convicción, aun sabiéndonos frágiles. Y esta convicción nuestra estará bien empleada si pone en movimiento otras convicciones que luego pongan en movimiento otras –como pretendo hacer yo con las de ustedes, lectores– y así hasta siempre.

 

La organización de la sociedad se refiere a cómo las personas se agrupan, interactúan y se estructuran en una comunidad o un entorno social. Esta organización puede variar ampliamente en función de la cultura, la historia, la política y otros factores específicos de cada sociedad. A continuación, se presentan algunos aspectos clave relacionados con la organización de la sociedad:

  1. Estructura Social:
    • La estructura social se refiere a la jerarquía y las relaciones entre los diferentes grupos y clases dentro de una sociedad. Puede incluir divisiones basadas en la riqueza, el género, la edad, la etnia, la ocupación y otros factores.
  2. Instituciones Sociales:
    • Las instituciones sociales son organizaciones o estructuras que desempeñan roles importantes en la sociedad, como la familia, la educación, la religión, el gobierno y la economía. Estas instituciones influyen en la vida de las personas y en la organización de la sociedad en su conjunto.
  3. Normas y Valores:
    • Las normas y valores son reglas y creencias compartidas que guían el comportamiento de los miembros de la sociedad. Estas normas pueden variar según la cultura y la época, y desempeñan un papel fundamental en la organización de la sociedad al establecer las expectativas y las pautas de comportamiento.
  4. División del Trabajo:
    • La división del trabajo se refiere a cómo las tareas y roles se distribuyen entre los miembros de la sociedad. En sociedades más avanzadas, la división del trabajo suele ser más especializada, lo que puede llevar a una mayor eficiencia económica.
  5. Poder y Gobierno:
    • La organización de la sociedad a menudo implica la existencia de un gobierno o autoridad que establece y hace cumplir las leyes y regulaciones. La forma de gobierno y el sistema político varían ampliamente entre las sociedades, desde democracias hasta sistemas autoritarios.
  6. Cultura y Tradiciones:
    • La cultura, que incluye el idioma, las costumbres, la religión y las tradiciones, juega un papel importante en la organización de la sociedad. La cultura influye en la identidad y el comportamiento de un grupo de personas.
  7. Movilidad Social:
    • La movilidad social se refiere a la capacidad de las personas para cambiar su posición social, ya sea ascendiendo o descendiendo en la jerarquía social. La existencia de oportunidades de movilidad social puede influir en la estructura de la sociedad.
  8. Desigualdad Social:
    • La desigualdad social se refiere a las diferencias en el acceso a recursos, oportunidades y derechos dentro de una sociedad. La lucha contra la desigualdad es un tema importante en la organización de la sociedad y puede llevar a cambios en políticas públicas y movimientos sociales.
  9. Cambios Sociales:
    • Las sociedades están en constante evolución. Los cambios sociales pueden estar relacionados con avances tecnológicos, movimientos políticos, cambios demográficos, y otros factores que impactan en la organización y la estructura de la sociedad.

 

Editorial Luis Bonilla. Expertos en enseñanza, formación a distancia, tutores cualificados y con variedad de cursos online.

 

 

 

🧩 ¿Qué entendemos por organización social?

La sociedad no es solo una suma de individuos: es una trama estructurada que articula relaciones, roles, normas y sentidos compartidos.
Organizar una sociedad implica responder a preguntas clave:

  • ¿Cómo convivimos?

  • ¿Cómo tomamos decisiones?

  • ¿Cómo nos cuidamos?

  • ¿Cómo distribuimos el poder, el conocimiento, los recursos?


🧭 Ejes principales de organización:

  1. Instituciones
    → Formales e informales, son los marcos que regulan la vida común (Estado, escuela, familia, iglesia, empresas, etc.).

  2. Normas y leyes
    → Son los acuerdos que definen qué está permitido, qué se espera, qué se protege.

  3. Economía
    → Organización de la producción, distribución y consumo. También de las desigualdades.

  4. Cultura y valores
    → Lenguaje, símbolos, costumbres, creencias. Lo que da sentido a la vida en común.

  5. Relaciones de poder
    → ¿Quién decide? ¿Cómo se distribuye la autoridad? ¿Quiénes son escuchados?

  6. Participación y ciudadanía
    → El modo en que las personas se involucran, inciden, protestan, construyen lo común.

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