Necesidades educativas
Necesidades y ritmos de sueño de 0 a 6 años
El sueño es un proceso regulado biológicamente de gran importancia en la vida del ser humano. Durante el mismo se produce una reducción de la actividad física del organismo y se originan cambios en diversos procesos fisiológicos corporales. El estado del sueño se caracteriza porque, durante el mismo, el organismo disminuye su respuesta a los estímulos externos, aunque no puede considerarse como un estado de reposo físico, sino que durante el mismo se produce una gran actividad en los centros cerebrales reguladores del sueño.
Este proceso, indispensable para el mantenimiento de la vida, tiene diversas funciones, entre las que cabe destacar la de restauración del equilibrio orgánico que, a través del descanso que obtiene al dormir, recupera los niveles de determinados índices corporales y fisiológicos.
Pero, además, durante el sueño, el cerebro humano procesa de modo intenso la información obtenida de las experiencias que hemos vivido durante el periodo de vigilia, contribuyendo de este modo al funcionamiento de los procesos cognitivos de atención, memoria, percepción… y a la asimilación afectiva y emocional de algunas de las situaciones en la que, de modo más o menos directo, se hay visto implicado.
El sueño constituye una necesidad básica, pues los procesos de regeneración energética que se realizan durante el mismo y que no tienen lugar en la vigilia, son imprescindibles para el mantenimiento de la vida.
Es por ello que estados prolongados de insomnio, aunque el resto de las necesidades básicas de la persona estén cubiertas, conducen de modo inexorable hacia el deterioro de la vida humana.

Las necesidades de sueño no se mantienen estables a lo largo de la vida, sino que varían con la edad; por término medio el adulto utiliza un tercio del día en dormir, y el recién nacido emplea en ello la mayor parte del día.
A lo largo de la edad adulta van disminuyendo las necesidades de sueño, y, así, las personas mayores pueden verlas satisfechas con apenas 4-5 horas diarias.
El proceso del sueño no es homogéneo, sino que dentro del mismo pueden observarse 2 fases que van alternando a lo largo de la noche en dos ciclos de 90-100 minutos:
- REM: la fase del sueño REM se caracteriza por unas ondas cerebrales parecidas a la que se producen durante la vigilia, de ahí que también se conozca como fase del sueño paradójico. Además, durante esta fase se producen también movimientos oculares muy rápidos y falta de tono muscular.
En esta fase se origina el sueño más profundo y las ensoñaciones.
- NREM: la fase del sueño NREM se caracteriza por ondas cerebrales lentas, falta de actividad motriz y escasez de ensoñaciones. La duración de las fases dedicadas a REM y NREM varían a lo largo de la noche y también con la edad. Suele haber de 4-6 ciclos de sueño total a lo largo de la noche.
Conforme ésta transcurre los periodos de sueño REM van alargándose y así, en el último ciclo de sueño, éste ocupa la mayor parte del tiempo.
Los recién nacidos ocupan de un 40-80% del sueño total con el tipo REM y esta proporción va disminuyendo con la edad hasta situarse en torno al 20-25% del total de la edad adulta.
| HITOS EVOLUTIVOS EN EL ÁREA DEL SUEÑO: DORMIRSE | |
| Menos de 1 año | No necesita luz o ayuda para dormirse
Debe dormir en una habitación diferente de la de los padres |
| 1-2 años | Si le cuesta conciliar el sueño, puede estar inquieto y lloroso.
Debe favorecerse el aprendizaje de dormir sin precisar la presencia de los adultos. Debe evitarse los ritmos que puedan generar dependencia (presencia del adulto, luz, etc.) Debe tener la atención adecuada (juegos, cuentos, etc.) antes de ir a dormir para evitar prolongar este momento como un reclamo de atención. Puede tener objetos que le ayuden a dormir: chupete, muñeco, etc. Debe evitarse la luz Duerme 12-15 horas diarias |
| 2-3 años | Puede dormir en una cama normal
Continúa reclamando la atención del adulto y debe evitarse situaciones de rito En caso que le cueste conciliar el sueño, se deben valorar las necesidades individuales y evitar las siestas prolongadas. Debe retirarse paulatinamente los objetos inadecuados para la edad: chupetes, etc. Hay que ayudarlo para que busque la manera de dormirse ( que se explique cuentos, que cante) Duerme 12-14 horas diarias. |
| 3-4 años | Va dejando de hacer la siesta, de acuerdo con sus necesidades
Es importante que tenga unas horas de sueño nocturnas adecuadas. Duerme unas 12 horas diarias Tiene cierto temor a sufrir pesadillas si se ha despertado alguna noche. Muestra extrañeza si duerme en sitios poco habituales, si no tiene costumbre, por lo que requiere cierta atención. |
| 4-5 años | Duerme unas 12 horas
Sabe que ha de ir a dormir aunque los demás no lo hagan Tiene maneras de ayudarse a conciliar el sueño Puede pedir oír los movimientos de los que no duermen Acepta ir a dormir fuera de su casa, pero precisa que le den a conocer los puntos de referencia del nuevo lugar |
| 5-6 años | La falta de sueño puede llevarle a inhibirse en las actividades. Puede pedir ir a dormir aunque la actividad sea interesante, porque es consciente que precisa descansar.
Duerme 10-12 horas Sabe prepararse para ir a dormir: desnudarse, organizar la cama… Puede ir a dormir y que después vayan a darle las buenas noches No tiene problemas para ir a dormir sin los padres por una o dos noches. Comprende que los padres salgan por la noche y se va a dormir tranquilo. |
Criterios educativos:
Si bien el sueño es una necesidad, al igual que la alimentación, la higiene, etc., a la que hemos de dar satisfacción, las condiciones en las que se realice el acto de dormir están dentro del campo educativo, ya que tiene aspectos que han de aprenderse, y, por tanto, enseñarse, como son:
- El lugar donde se duerme
- El tiempo para dormir (horas dedicadas a dormir y horario de sueño).
- Las condiciones que son favorables o no para adecuarlas a los momentos más recomendables.
- Las actividades que son más eficaces para inducir al sueño o descanso.
En definitiva, se trata de establecer las condiciones espaciales, temporales, de actividad y de intervención educativa idóneas para que el acto de dormir se convierta en un hábito. Así, la persona podrá controlar y adecuar la necesidad a su conveniencia.

Los criterios de actuación de los adultos con referencia a los niños y niñas estarán referidos a los puntos citados: así, teniendo en cuenta que:
- Siempre que sea posible es conveniente que cada niño y niña disponga de su propia habitación para dormir, si se trata de su casa.
- En los centros educativos las zonas para descanso y sueño son colectivas, aunque, no obstante, la tendencia es a que haya varias estancias y no una sola donde estén todos los niños y niñas de todas las edades o de varios niveles.
- En todo caso, hay condiciones que es conveniente tener en cuenta para poder garantizar el equilibrio personal necesario para compensar el desgaste producido por la actividad. Entre las más destacables, abordaremos las siguientes:
- Las zonas deben estar lejos de fuentes productoras de ruidos.
- Orientadas convenientemente de modo que la temperatura no sea extremadamente alta ni baja (18-22º). Las paredes deben tener buenos aislamientos para protección de la temperatura y ruidos.
- Que el grado de humedad no rebase el recomendable.
- Deberá procurarse que existan suficientes puertas y ventanas para facilitar la iluminación natural, así como la ventilación.
- La pintura será de colores claros y relajantes, de la gama de colores fríos.
- La decoración debe ser adecuada a su edad en cuanto a formas, tamaña y temática. Es recomendable algún objeto colgante o móvil, así como algún armario o perchas para la ropa.
- El mobiliario estará constituido solamente por el que sea necesario, no tendrá por qué haber excesiva cantidad de muebles para decorar, rellenar espacios, sino que es conveniente ajustar su cantidad. Entre los muebles estarán, preferiblemente, cuna o cama, aunque en los centros educativos se utiliza colchoneta con funda sobre tapiz en el suelo o somier de láminas a altura asequible para los niños y niñas, que evita deformaciones en la columna y facilita el acceso a ellos de los pequeños/as.
- Debe cumplir condiciones de seguridad referidas a varios aspectos: muebles, enchufes, suelo (antideslizante) y que tenga salidas directas al exterior para posibles emergencias, ausencia de estufas, plantas y objetos e instrumentos rotos o deteriorados: puertas, ventanas, juguetes…
- En cuanto al ambiente es recomendable que sea tranquilo, sereno, sin ruidos y, cuando se va a comenzar a dormir, en penumbra y con música de fondo suave.
- El horario para dormir se ajustará a las necesidades de sueño de cada edad que ya han citado, y suele propiciarse con posterioridad a las comidas, pues la mayoría de los niños y niñas tienen tendencia a dormir después de comer, ya que no tienen digestiones pesadas. La duración del sueño estará en relación con la edad: cuando más pequeños son, más tiempo de sueño necesitan.
Se procurará que el horario del sueño sea estable en cuanto a duración y hora de inicio, para ayudar al niño a reconocer los momentos asociados a la satisfacción de esta necesidad y a ajustar su ritmo biológico al funcionamiento del resto de la sociedad (casa, escuela…)
Criterios de actuación con el alumnado:
- Utiliza objetos o elementos de su preferencia que le den apoyo y seguridad (como muñequitos de felpa, peluche, sabanitas, almohadas…)
- Acompañarlo en los momentos iniciales y dejarlo solo para que aprenda a dormir sin compañía y cuando lo desee.
- Acostumbrarlo a despertarse sin llorar; para ello se le dejarán cerca sus objetos preferidos y, si al despertar manifiesta desasosiego, se le atenderá y se le calmará haciéndole entender que debe levantarse sin llorar. Debe acostumbrarse a que respete el sueño de los demás y a poder estar despierto en la cama sin levantarse y sin formar jaleo.
- Al acostarle y levantarle se le acostumbrará a que se despida y salude.
- Durante el proceso de aprendizaje para ayudarle a adquirir la autonomía y control del sueño por el niño y la niña, se le debe hacer participar en las actividades de preparación y arreglo del lugar en donde duerme. Quitarse la ropa, colocarla, destapar la cama y ordenarla tras la siesta…
- Debe hacer pis antes de acostarse y después de levantarse
- No debe ingerirse gran cantidad de líquidos antes de acostarse y, por supuesto, éstos no han de ser excitantes (tipos de colas…) para no impedir la conciliación del sueño ni hacer que éste sea intranquilo.
Las necesidades educativas se refieren a las exigencias individuales que tienen los estudiantes para alcanzar su máximo potencial en el ámbito educativo. Estas necesidades pueden variar significativamente de un estudiante a otro y pueden estar relacionadas con aspectos físicos, emocionales, cognitivos o sociales:
Tipos de Necesidades Educativas:
- Necesidades Académicas: Relacionadas con el aprendizaje de contenidos curriculares, comprensión de conceptos y habilidades académicas.
- Necesidades Sociales y Emocionales: Incluyen el desarrollo de habilidades sociales, manejo de emociones y relaciones interpersonales.
- Necesidades Especiales: Relativas a estudiantes con discapacidades, dificultades de aprendizaje o necesidades de educación especial.
Identificación de Necesidades Educativas:
- Observación y Evaluación: Observar el desempeño académico, el comportamiento y las interacciones sociales para detectar posibles necesidades.
- Comunicación: Diálogo abierto con los estudiantes, padres y otros profesionales para comprender sus desafíos y fortalezas.
Estrategias para Abordar las Necesidades Educativas:
- Adaptaciones Curriculares: Modificaciones en el contenido o la presentación para adecuarse a estilos de aprendizaje individuales.
- Apoyo Individualizado: Brindar asistencia adicional, tutoría o recursos adaptados a las necesidades específicas.
- Intervenciones Psicosociales: Ofrecer orientación, apoyo emocional o terapias para abordar dificultades emocionales o sociales.
- Entornos Inclusivos: Fomentar la diversidad y la inclusión en el aula para apoyar diferentes estilos de aprendizaje y necesidades.
Importancia de Atender las Necesidades Educativas:
- Equidad Educativa: Garantizar que todos los estudiantes tengan igualdad de oportunidades para aprender y desarrollarse.
- Éxito Académico y Personal: Abordar estas necesidades contribuye al éxito académico y al bienestar general de los estudiantes.
Colaboración entre Profesionales:
- Equipo Multidisciplinario: La colaboración entre docentes, psicólogos, terapeutas y otros profesionales es crucial para identificar y atender las necesidades de los estudiantes de manera integral.
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💤 Ritmos y necesidades de sueño de 0 a 6 años
Aquí tienes una tabla orientativa con las horas recomendadas de sueño por edad, según organismos como la Academia Americana de Medicina del Sueño:
| Edad | Horas de sueño recomendadas | Ritmo y características |
|---|---|---|
| 0-3 meses | 14–17 h/día | Sueño fragmentado, ciclos cortos. Se alternan siestas y tomas. |
| 4-11 meses | 12–15 h/día | Comienza a consolidarse el sueño nocturno. Aún varias siestas. |
| 1-2 años | 11–14 h/día | Una siesta al día. Sueño nocturno más regular. Necesita rutinas. |
| 3-5 años | 10–13 h/día | Muchos niños dejan la siesta. El sueño nocturno debe ser constante. |
| 6 años (inicio escolar) | 9–12 h/día | Importancia del descanso para consolidar aprendizajes. Rutinas fijas. |
🧠 ¿Por qué es tan importante el sueño en esta etapa?
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Consolida la memoria: el cerebro infantil procesa lo aprendido mientras duerme.
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Regula emociones: los niños que duermen bien son más estables emocionalmente.
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Favorece el crecimiento: la hormona del crecimiento se libera durante el sueño profundo.
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Previene problemas de conducta: la falta de sueño está asociada a irritabilidad, hiperactividad, y falta de atención.
🎯 En el contexto educativo: claves para los 0 a 6 años
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En escuelas infantiles, es vital respetar los ritmos individuales de sueño (especialmente en 0-3 años).
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Las rutinas claras y tranquilas antes de la siesta ayudan a que el sueño sea más reparador.
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Espacios cómodos y seguros para dormir favorecen el descanso (colchonetas, iluminación tenue, silencio).
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La comunicación familia-escuela sobre los hábitos de sueño en casa ayuda a adaptar mejor los tiempos de descanso.
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En educación infantil (3-6 años), respetar la necesidad de descanso tras el almuerzo (aunque no duerman) ayuda a evitar el cansancio crónico.
🛠️ Consejos para padres y educadores
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Establecer horarios regulares de sueño y vigilia.
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Fomentar rituales previos al sueño (baño, cuento, música suave).
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Evitar pantallas al menos una hora antes de dormir.
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Observar señales de cansancio: frotarse los ojos, bostezar, irritabilidad.
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Evitar el sobreestímulo antes de la siesta o la noche.
