METODOLOGÍA Y EVALUACIÓN DE LOS PROCESOS FORMATIVOS. 

Metodología de la evaluación del diseño de la formación. 

 Una vez que se ha elaborado el programa de formación y se ha llevado a cabo conviene realizar la evaluación de cada uno de sus elementos, cuya finalidad es el perfeccionamiento y comprobación de la adecuación del programa a las necesidades y objetivos diseñados inicialmente; así como la atención a los cambios que se han ido produciendo a lo largo del proceso de enseñanza-aprendizaje. 

Evaluación de los objetivos. 

Los objetivos de formación han de concretarse en el programa correspondiente, de tal forma que al finalizar el curso o acción formativa pueda evaluarse si dichos objetivos se han cumplido o no. 

 Esta evaluación servirá para saber hacia dónde se ha querido llegar, comprobar si se ha conseguido, facilitar la evaluación, poder reorientar el curso sobre la marcha y elegir los métodos adecuados de formación. 

 Metodología y evaluación de los procesos formativos

Evaluación de los contenidos. 

 Una vez que quedaron establecidos los objetivos de formación, el siguiente paso era determinar qué contenidos incluir en el programa formativo para dar respuesta y alcanzar los objetivos propuestos. 

 La evaluación de estos contenidos se hará en función de la adecuación de éstos a los objetivos; teniendo en cuenta que podemos alcanzar un mismo objetivo de formación utilizando para ello diversos contenidos. 

 Aún así, especialistas en la materia han establecido algunas pautas para que esta selección de los contenidos sea los más coherente posible atendiendo a dos criterios: 

  1. psicológico: proporcionarán la adaptación inteligente a la ocupación que en un futuro desarrollarán. 
  2. sociológico: se adaptarán a los caracteres sociales de los⁄as alumnos⁄as inmersos⁄as en el proceso de aprendizaje y ayudarán a que estos⁄as puedan integrarse después con espíritu crítico en el ambiente laboral. 

 Metodología y evaluación de los procesos formativos

 Por otra parte, para evaluar los contenidos formativos hemos de tener en cuenta si se ha seguido una secuencia lógica en la impartición, ya que de esta forma se facilitaría el aprendizaje de los mismos. 

 En muchas ocasiones un curso fracasa porque los contenidos y actividades de aprendizaje no se han desarrolla en el orden adecuado y, por tanto, no se ha podido llevar a cabo un aprendizaje significativo de la materia por parte del alumnado. 

 Como regla básica de establecimiento de los contenidos a impartir o aprender, utilizaríamos: 

pastedGraphic.png de lo conocido a lo desconocido, pastedGraphic.png de lo inmediato a lo remoto, pastedGraphic.png de lo concreto a lo abstracto, 

pastedGraphic.png y, de lo fácil a lo difícil. 

Evaluación de la metodología. 

 El formador ha de establecer en su programa formativo el método o métodos que va a utilizar para desarrollar los contenidos de formación. Como hemos comentado anteriormente, no hay métodos mejores ni peores, sino que éstos han de establecerse en función de diferentes aspectos a tener en cuenta: tipo de alumnado, recursos disponibles, naturaleza del contenido a impartir, etc. 

 La evaluación de la metodología, por tanto, trataría de establecer la adecuación de ésta a los diversos factores que influyen en su puesta en marcha. 

  Aún así, algunas características que pueden definir a un buen método serían:  

pastedGraphic_1.png aquel que permite la reflexión del alumnado, pastedGraphic_1.png aquel que respeta la libertad de pensamiento y de creación del alumnado, 

pastedGraphic_1.png aquel que motiva al⁄a la alumno, relacionando los contenidos con sus intereses y necesidades, pastedGraphic_1.png aquel que organiza los nuevos aprendizajes de tal forma que se integren con los ya aprendidos, 

pastedGraphic_1.png aquel que tiene en cuenta las limitaciones y posibilidades de cada participante, 

pastedGraphic_1.png aquel que permite el trabajo en grupo unido a tareas de acción individualizada. 

 

Evaluación de las actividades y recursos. 

 Otro de los aspectos a tener en cuenta en la evaluación del diseño de la formación son las actividades propuestas y los recursos y⁄o materiales utilizados. 

Las actividades han de ajustarse a los contenidos de formación, seleccionando para ello los métodos y técnicas pedagógicas más favorables para su entendimiento y puesta en práctica por el alumnado. 

 Por otro lado, ha de realizarse una evaluación de los medios y recursos didácticos utilizados en el desarrollo de la acción formativa; tales como: 

pastedGraphic_2.png el aula: la cual debe reunir unos requisitos medioambientales propicios para que la acción formativa se desarrolle adecuadamente: disposición del mobiliario para que facilite la comunicación entre formador y alumnos⁄as (la distribución idónea es colocar las mesas y sillas en forma de “u”), tipo y cantidad de luz, frio⁄calor, disposición de los medios audiovisuales, etc. 

pastedGraphic_2.png material impreso: cantidad y calidad de los materiales didácticos utilizados en el proceso de enseñanza-aprendizaje; tales como, manuales, información complementaria, libros de consulta, etc. 

pastedGraphic_2.png material audiovisual: utilizado en el proceso de formación y su adecuación a los contenidos y objetivos de aprendizaje: vídeo, diapositivas, etc. 

pastedGraphic_2.png nuevas tecnologías: utilización de diversas tecnologías de la información y comunicación en el desarrollo de las acciones formativas: Internet, videoconferencia, etc. 

 

La metodología y la evaluación son dos componentes fundamentales en los procesos formativos:

Metodología:

  1. Enfoque pedagógico: Define cómo se planifica y se imparte la formación. Puede ser centrada en el estudiante (aprendizaje activo, trabajo en equipo) o más tradicional (clases magistrales).
  2. Tecnología educativa: Uso de herramientas y recursos tecnológicos para mejorar el aprendizaje, como plataformas en línea, realidad aumentada, simulaciones, entre otros.
  3. Aprendizaje experiencial: Promueve el aprendizaje a través de la experiencia práctica, utilizando ejemplos reales, estudios de casos o prácticas laborales.
  4. Aprendizaje colaborativo: Fomenta el trabajo en equipo, la discusión y el intercambio de ideas entre los estudiantes para mejorar el aprendizaje y la comprensión.
  5. Metodologías activas: Incluyen técnicas como el aprendizaje basado en problemas, el aprendizaje servicio, el flipped classroom, entre otros, para promover la participación activa de los estudiantes.

Evaluación de los procesos formativos:

  1. Evaluación formativa: Se realiza durante todo el proceso de enseñanza-aprendizaje para identificar el progreso de los estudiantes y proporcionar retroalimentación continua.
  2. Evaluación sumativa: Se lleva a cabo al final de un período de enseñanza para evaluar los logros de los estudiantes y medir los resultados de aprendizaje.
  3. Diversidad de instrumentos de evaluación: Incluyen exámenes, trabajos prácticos, proyectos, presentaciones, debates, rúbricas, entre otros, para evaluar diferentes aspectos del aprendizaje.
  4. Autoevaluación y coevaluación: Los estudiantes evalúan su propio progreso y se evalúan entre ellos, fomentando la autorreflexión y el trabajo en equipo.
  5. Evaluación basada en competencias: Se centra en evaluar las habilidades y competencias adquiridas por los estudiantes en lugar de simplemente la memorización de información.

 

Editorial Luis Bonilla. Expertos en enseñanza, formación a distancia, tutores cualificados y con variedad de cursos online.

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