Mapas para el camino

Mapas para el camino

Guiar al grupo

 

No sólo el tutor, que “oficialmente” se encarga de guiar a su grupo de alumnos por otros senderos que van más allá de la mera adquisición de contenidos, o el orientador, que, a petición de los profesores o mediante furtivas visitas de los alumnos a su despacho aprovechando los momentos de recreo, son los miembros de la comunidad educativa a los que les toca asumir más directamente la función de educar; cualquier profesor, tiza en mano o pizarra digital por delante, es un educador por cuanto es un modelo viviente de relación humana, de actitud hacia los demás y de un sinfín de sutiles factores que definen la inevitable dinámica educativa del aula y que incluyen elementos tales como organización, auto respeto, temple, cercanía, etc. –o sus opuestos–.

 

Por eso mismo, como guías conscientes de la misión que hay que llevar a cabo, es conveniente que los docentes ajusten las coordenadas de sus mapas operativos, que reflexionen sobre los principios que configuran su trazado, con el fin de determinar las rutas que, con mayor probabilidad, conducirán a la meta deseada. Si se tratara sólo de enseñar, este punto de reflexión no sería tan importante; al fin y al cabo, el teorema de Pitágoras es como es desde hace más de dos mil quinientos años, con independencia de que el profesor que lo explique se interese sinceramente por sus alumnos o sea una persona fría y distante. Pero cuando se trata de encaminar a adolescentes en desarrollo por los caminos de la vida, no cuentan tanto los argumentos racionales sino las vivencias experienciales y aquí es cuando el tutor al frente de la misión debe tener claras las coordenadas de su propio mapa vital.

 

Conocimientos

Porque, insistimos una vez más, si bien los conocimientos se adquieren por demostración, las actitudes vitales se absorben por impregnación (es verdad que, alcanzada la madurez, también las actitudes vitales se pueden desarrollar por convicción; pero en la etapa educativa a la que nos referimos en estas páginas, la más crítica en cuanto a la formación del carácter, la de la adolescencia, los alumnos están especialmente abiertos al modelado por parte de sus figuras de referencia más próximas). A continuación se enuncian algunas de las coordenadas básicas que parecen conformar los mapas más precisos para el uso de cualquier peregrino vital.

Mapas para el camino

No pretende ser una lista exhaustiva de principios vitales ni deben ser considerados como dogmas de fe. Más bien, se trata de reflexiones de sentido común, de base empírica y al alcance de cualquier adulto pero, a menudo, bastante lejos de la mentalidad de nuestros jóvenes alumnos: Resumiendo La actitud básica de un tutor o de un orientador efectivo debe estar marcada por los principios de empatía o capacidad de ver el mundo desde los ojos del alumno o de la alumna, de aceptación incondicional del alumno como persona –no como “caso clínico” ni etiqueta definitoria– y de cuanto pueda implicar la relación tutorial – entendimientos, pero también posibles roces, malentendidos y desavenencias– y de congruencia con los valores y el estilo de vida que se le quiere proponer a los alumnos como referentes para su camino vital. EMPATÍA ACEPTACIÓN INCONDICIONAL CONGRUENCIA Respeto Motivación Aceptación de la tarea Aceptación del alumno Actitud de compromiso Coherencia con los propios valores. Actitudes del guía y algunas de las implicaciones que conllevan. Entre otros, el tutor, tutora u orientadores deben valorar los principios generales de esfuerzo, proyección a largo plazo y coherencia de resultados para articular su acción educativa en torno a dichos elementos básicos.

 

Los mapas para el camino son herramientas útiles para orientarte y planificar tu progreso hacia tus metas:

  1. Mapa de Metas y Objetivos: Establece metas claras y específicas a corto, mediano y largo plazo. Este mapa te ayuda a visualizar lo que quieres lograr y a dividir tus metas en pasos más pequeños y alcanzables.
  2. Mapa de Habilidades y Capacidades: Identifica las habilidades y capacidades necesarias para alcanzar tus metas. Evalúa tus fortalezas y áreas de mejora, y planifica cómo puedes adquirir o mejorar esas habilidades.
  3. Mapa de Recursos y Apoyo: Identifica los recursos disponibles y las personas que pueden apoyarte en tu camino. Esto puede incluir conexiones profesionales, recursos financieros, herramientas tecnológicas o grupos de apoyo.
  4. Mapa de Acción: Crea un plan detallado con acciones específicas y fechas límite. Este mapa te ayudará a llevar a cabo tus metas paso a paso, manteniéndote enfocado y organizado.
  5. Mapa de Flexibilidad y Adaptabilidad: Reconoce que el camino hacia tus metas puede cambiar. Mantén la flexibilidad para ajustar tu enfoque si es necesario y sé adaptable frente a los cambios inesperados.
  6. Mapa de Tiempo y Prioridades: Gestiona tu tiempo de manera efectiva. Prioriza tus tareas y actividades de acuerdo con la importancia y la urgencia, asegurándote de dedicar tiempo a lo que es fundamental para tus objetivos.
  7. Mapa de Aprendizaje y Crecimiento: Reconoce que el aprendizaje continuo y el crecimiento personal son parte integral del camino hacia el éxito. Identifica oportunidades de aprendizaje y desarrollo que te ayuden a avanzar.

 

Editorial Luis Bonilla. Expertos en enseñanza, formación a distancia, tutores cualificados y con variedad de cursos online.

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