Los alimentos como fuentes de energía
Conocimiento
El conocimiento de la composición nutricional de los alimentos y los diferentes grupos en que estos se clasifican es fundamental para la preparación de dietas, pues simplifica y ayuda extraordinariamente en la elección de los alimentos y menús que formarán parte de la dieta.
El hombre para mantener la salud desde el punto de vista nutricional, necesita consumir diariamente una determinada cantidad/calidad de energía y de unos 50 nutrientes que se encuentran almacenados en los alimentos. Gracias a las diversas adaptaciones que ha desarrollado a lo largo de su evolución, en la actualidad, puede utilizar o consumir una amplia gama de productos o alimentos para obtener la energía y los nutrientes necesarios.
Los alimentos son aquellas sustancias o productos de cualquier naturaleza que, por sus componentes, características, preparación y estado de conservación, son susceptibles de ser habitual e idóneamente utilizados para la normal nutrición humana, como fruitivos o como productos dietéticos en casos especiales de nutrición humana.
Factores que condicionan el valor nutritivo de los alimentos
La mayoría de los alimentos son mezclas complejas de estos nutrientes en calidad y cantidad. Casi ningún alimento está constituido por un solo nutriente y, por otro lado, no hay ningún alimento completo para el hombre adulto (la leche materna sólo es un alimento completo para el recién nacido durante los primeros meses de vida. Después deja de ser completa pues carece de hierro, vitamina C y fibra). En definitiva, todos los nutrientes se encuentran amplia y heterogéneamente distribuidos en los alimentos y pueden obtenerse a partir de múltiples combinaciones de los mismos. Se dice que existe una única forma de nutrirse pero múltiples e incluso infinitas formas de combinar los alimentos o de alimentarse.
Por este motivo, y dado que los nutrientes están muy repartidos, no hay ninguna dieta ideal ni ningún alimento aislado es bueno o malo por sí mismo. El valor nutricional de la dieta depende, por tanto, de la mezcla total de los alimentos que la componen y de los nutrientes que aporta y debe ser valorada en el curso de varios días. El consumo de una dieta variada y moderada es la mejor garantía de equilibrio nutricional.
Todos los componentes de los alimentos sufren continuos cambios que modifican la composición final del producto. Es decir, cuando un alimento está recién recolectado, pescado, etc. tiene un valor nutritivo potencial que puede modificarse por acción de diferentes procesos antes de ser utilizado por el organismo teniendo, en el momento de ser metabolizado, un valor nutritivo real. Cuando llega el alimento a nuestro plato puede haber sufrido modificaciones industriales y culinarias que pueden haber cambiado sus propiedades nutritivas.
Clasificación de los alimentos
Se puede hablar de una primera clasificación de los alimentos, divididos de acuerdo a su origen o procedencia, en alimentos de origen animal, vegetal o mineral.
Hay que tener en cuenta que cualquiera que sea su origen, los alimentos pueden ser sometidos a variaciones considerables en su composición por una serie de factores genéticos, climáticos, etc.
- Alimentos de origen animal: tienen alto valor biológico por tener porcentajes muy altos de proteínas y ser ricos en proteínas y sales minerales. Ejemplo: carnes, aves, mariscos, leche, huevos, etc.
- Alimentos de origen vegetal: también poseen proteínas pero en porcentajes más bajos. Son ricos en vitaminas, hidratos de carbono y sales minerales. Ejemplo: tubérulos, vegetales verdes, hortalizas, frutas. Cuando se toman íntegros, es decir, sin refinación, suelen tener un mayor valor nutritivo. Por ejemplo el arroz integral y azúcar de caña.
- Alimentos de origen mineral: hay algunos que se pueden obtener directamente de la naturaleza y dentro de su reino, como el cloruro de sodio, mientras orros se ingieren a través de ciertos alimentos vegetales o animales.
Una segunda clasificación de los alimentos es la que los diferencia según las funciones que estos realizan en el cuerpo humano:
- Alimentos constructores o plásticos: forman la masa muscular y los tejidos integrantes imprescindibles de las células, repositores de los tejidos. Los nutrientes que integran estos alimentos son algunos lípidos y micronutrientes, como el calcio y el fósforo que intervienen en la formación de tejidos en el crecimiento y en la reparación y mantenimiento de las estructuras ya formadas.
- Alimentos energéticos: son los proveedores de combustible que permiten la producción de energía indispensable para la vida. Los nutrientes que los componen son las proteínas, los hidratos de carbono y las grasas, que proporcionan la energía necesaria para el desarrollo de la actividad física y el mantenimiento de las funciones esenciales.
- Alimentos protectores: son los que permiten que las diversas transformaciones de alimentos se procesen de forma adecuada y conveniente para la salud. Los nutrientes que los componen son las vitaminas, las sales minerales, el agua, la celulosa y los aminoácidos, que influyen en la resistencia frente a las infecciones o en los procesos reguladores del organismo.
Los alimentos son la principal fuente de energía para el cuerpo humano. Los macronutrientes principales que proporcionan energía son los carbohidratos, las grasas y las proteínas.
- Carbohidratos: Son la principal fuente de energía para el cuerpo. Se encuentran en alimentos como cereales, pan, arroz, pasta, frutas, verduras y legumbres. Los carbohidratos se descomponen en glucosa, que es la principal fuente de combustible para el cuerpo, especialmente para el cerebro y los músculos.
- Grasas: Son otra fuente importante de energía y se encuentran en alimentos como aceites, mantequilla, nueces, semillas y algunos productos lácteos y de origen animal. Las grasas proporcionan una forma concentrada de energía y son vitales para la absorción de ciertas vitaminas y la función celular.
- Proteínas: Aunque su función principal no es la energía, las proteínas también pueden proporcionar energía cuando los niveles de carbohidratos y grasas son bajos. Se encuentran en alimentos como carnes, pescado, huevos, productos lácteos, legumbres, nueces y semillas. Las proteínas son esenciales para la reparación y el crecimiento del cuerpo.
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