LÍNEAS DE REFLEXIÓN DE POLÍTICAS PÚBLICAS SOBRE LA EDUCACIÓN

LÍNEAS DE REFLEXIÓN DE POLÍTICAS PÚBLICAS SOBRE LA EDUCACIÓN

En la Declaración final de la Conferencia Regional de Educación Superior de 1996 (CRES96) se afirmaba que las nuevas tecnologías de información y comunicación (NTIC)

constituían un instrumento capaz de modernizar amplios sectores de la educación superior en la región. Asimismo, se proponía facilitar la utilización de ellas en los programas de educación a distancia mediante la creación de las capacidades locales correspondientes.

 

Se visualizaba a los centros de apoyo, al empoderamiento y a las incipientes tecnologías digitales como ejes de la dinámica de la educación a distancia. En tal sentido, se proponía que los gobiernos destinasen apoyos financieros para el desarrollo de la educación a distancia con uso de NTIC, pero manteniendo en primer lugar el componente humano como factor fundamental. Las tecnologías eran vistas como un complemento para el aprendizaje. De acuerdo con ello, en el 2003, el IESALC realizó una amplia investigación sobre el estado de la educación a distancia y virtual en los diversos países de la región y realizó la primera reunión técnica sobre la educación a distancia a escala regional con miras a analizar los reportes sobre el estado de la modalidad en cada uno de los países de la región y de estructurar un análisis comparativo regional. Estos primeros diagnósticos y el análisis comparativo mostraron que era un fenómeno reciente y marginal en la educación superior, pero que estaba en rápido crecimiento, que podía constituirse en un factor de creciente importancia en la educación superior y que podía ser un eje de la política para lograr alcanzar una mayor cobertura. Más tarde, en la Declaración final del Seminario sobre Universidades Virtuales en América Latina y el Caribe (Quito, Ecuador, 13 y 14 de febrero de 2003), se expresó que las nuevas tecnologías de información y comunicación (NTIC) estaban influyendo de manera significativa en la educación superior en todas sus funciones y áreas de gestión, y que se estaba frente a un proceso fermental donde irrumpían múltiples programas académicos que incorporaban en diversos grados componentes a distancia y virtuales.

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La Declaración hacía referencia a que en la Conferencia Mundial sobre Educación Superior (CMES), celebrada en París en 1998 bajo los auspicios de la UNESCO, se reconocía ampliamente la contribución de las tecnologías de información y comunicación a la calidad y pertinencia de la gestión de la educación superior. En concordancia con ello se sugería, para coadyuvar al impulso y a la consolidación de la educación virtual, apoyar la modernización de la educación superior, promoviendo cambios de los paradigmas de pensamiento y acción para lograr un mayor y mejor acceso al conocimiento, así como una mayor cobertura con equidad, calidad y pertinencia social, valorizando para ello el potencial de las nuevas tecnologías de la información y de las comunicaciones para la educación superior. Se consideraba pertinente socializar la tecnología aplicada a la educación a efectos de reducir costos que permitieran trasladar esos beneficios al estudiante como sujeto activo del proceso educativo, al tiempo que se reafirmaba que la educación superior era —es— única, con matices, metodologías e instrumentos diversos, y que los criterios y estándares de acreditación debían ser comunes más allá de la especificidad, de la presencialidad y de la virtualidad. En esta línea se sugería identificar reformas e innovaciones en los modelos educativos, incluyendo la aplicación y desarrollo de las NTIC, que permitiesen contribuir a la educación virtual y a distancia, así como acciones de investigación que condujeran a la apropiación crítica y a la aplicación de las NTIC, a la educación internacional y al desarrollo de la sociedad de la información, entre otros puntos. Siguiendo con esta línea de reflexión, se planteaba profundizar en el análisis y en la identificación de las bases de una pedagogía acorde con el nuevo paradigma de la educación virtual. Se reclamaba la necesidad de contar con normas regulatorias facilitadoras y comprensivas de los recaudos para la acreditación nacional e internacional, y de atender la contribución de las NTIC en la democratización del conocimiento.

 

Niveles de conectividad

Se reclamaba la necesidad de promover un incremento de los niveles de conectividad mediante el desarrollo de la infraestructura técnica y un esquema de tarifas comunicacionales especiales para el sector educativo. En materia de internacionalización, se propendía a su desarrollo salvaguardando la multiculturalidad y la diversidad. En dicho año, 2003, se realizó en París la Conferencia Mundial de Educación Superior+5 (CMES+5), auspiciada por la UNESCO, con la finalidad de dar un seguimiento y actualización a la CMES de 1998. Allí, la UNESCO, en el marco de las conclusiones de la CMES+5, en lo atinente a la educación a distancia y virtual, encaró la formulación de unos lineamientos a fin de ayudar a los Estados miembros a evaluar la calidad y pertinencia de la educación superior transfronteriza y proteger a los estudiantes y demás partes interesadas contra una educación superior de mala calidad. Los lineamientos que asumieron la forma de “Directrices en materia de calidad de la educación superior a través de las fronteras” fueron elaborados por la UNESCO en cooperación con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD) y, aunque no fueron jurídicamente vinculantes, se esperaba que los Estados miembros los aplicasen en su contexto nacional específico. La educación transfronteriza se constituía crecientemente en una de las cuatro expresiones de la educación internacional (junto con la movilidad estudiantil, docente y de las instituciones) e implicaba espacios de potencial competencia y de presencia de nuevas instituciones en los países y, por ende, se constituía en un tema de polémica internacional en relación a los reales beneficios y posibles riesgos que implicaba para los sistemas locales. Más allá de los problemas de una educación mala por falta de efectivos controles y sistemas de aseguramiento de la calidad, se observaban los impactos de la educación transfronteriza en relación a la pertinencia y el bajo uso de recursos humanos locales. Por su parte, entre los aspectos positivos se analizaban sus potencialidades en términos de aumento de la cobertura; esto, en un contexto de fuerte crítica a la baja cobertura de la educación superior en muchos de los países de la región. La educación internacional se estaba constituyendo en el sector más dinámico de la educación superior y se conformaba como un ámbito especialmente complejo y polémico por su potencial inclusión en las negociaciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC) respecto de los sectores a ser incluidos para las listas de apertura y negociación al comercio internacional. La OMC definió a la educación superior y al comercio internacional de servicios educativos. En tal situación, la resistencia de muchas universidades y de diversos países de la región a la incorporación de los temas de educación en las negociaciones comerciales al interior de la OMC derivaron al mismo tiempo en un cambio en las prioridades de la educación superior en la región, también en relación a la educación a distancia, por su relacionamiento con la educación transfronteriza y la potencial competencia en los mercados locales de educación superior.

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Era vista, además, como un componente que podía afectar el financiamiento de la educación pública. En esta línea, en la Declaración final de la Conferencia Regional de Educación Superior en el 2008 (CRES2008), la educación a distancia, a pesar de su creciente importancia en la dinámica universitaria, no fue analizada profunda y ponderadamente en sus diversas dimensiones y se la asoció a la educación transfronteriza y al ingreso de proveedores externos. En la Declaración se consideró que la educación suministrada por proveedores transnacionales, exenta de control y orientación por parte de los Estados Nacionales, favorecía una educación descontextualizada en la cual los principios de pertinencia y equidad quedaban desplazados. En este contexto, el documento no incluyó a la educación a distancia, aun cuando se reconocía que la virtualización de los medios educativos y su uso intensivo en los procesos de enseñanza-aprendizaje tenderían a crecer aceleradamente en los próximos años, tal como efectivamente se produjo en los últimos diez, cuando la educación a distancia, en sus diversas modalidades, se fue consolidando más allá de su creciente regulación.

 

Las políticas públicas sobre educación abarcan una serie de líneas de reflexión fundamentales que guían la formulación, implementación y evaluación de estrategias educativas:

  1. Acceso y Equidad: ¿Cómo se puede garantizar el acceso equitativo a la educación para todos los grupos demográficos, regiones geográficas y comunidades, incluidos aquellos con desventajas socioeconómicas o con necesidades especiales?
  2. Calidad Educativa: ¿Cómo se puede mejorar y evaluar la calidad de la enseñanza y el aprendizaje, incluyendo el desarrollo de estándares, evaluaciones, capacitación docente y métodos pedagógicos efectivos?
  3. Innovación y Tecnología: ¿De qué manera se puede integrar la tecnología de manera efectiva en el aula y en los sistemas educativos para mejorar la experiencia de aprendizaje y preparar a los estudiantes para un mundo digitalizado?
  4. Inversión y Financiamiento: ¿Cómo se puede garantizar una inversión suficiente y sostenible en educación para mantener y mejorar los sistemas educativos, incluyendo la infraestructura, los recursos y el apoyo a los docentes?
  5. Participación de la Comunidad: ¿Cómo pueden involucrarse las comunidades, padres, estudiantes y otros actores relevantes en la toma de decisiones educativas para asegurar que las políticas respondan a las necesidades locales y sean culturalmente relevantes?
  6. Educación Inclusiva: ¿Cómo se puede promover una educación inclusiva que atienda las diversas necesidades de los estudiantes, incluyendo aquellos con discapacidades, habilidades diferentes o contextos culturales diversos?
  7. Formación Docente y Desarrollo Profesional: ¿Cómo se puede mejorar la formación inicial y continua de los docentes para garantizar que estén preparados para los desafíos cambiantes del aula y puedan apoyar mejor el aprendizaje de los estudiantes?
  8. Evaluación y Rendición de Cuentas: ¿Cómo se pueden establecer sistemas de evaluación efectivos que midan el progreso educativo, identifiquen áreas de mejora y fomenten la rendición de cuentas de las instituciones educativas y los responsables políticos?

 

Editorial Luis Bonilla. Expertos en enseñanza, formación a distancia, tutores cualificados y con variedad de cursos online.

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