Ley de la conservación de la materia
Manantial
Si la impronta del tutor suele perdurar, y convertirse en un manantial para la creación de nuevos vínculos de apoyo (Puig y Rubio, 2011) se entiende que dicha experiencia facilitará la reconstrucción y la generación de nuevas relaciones interpersonales de confianza. Una segunda lectura de esta premisa, sería considerar esta relación con el tutor como inspiradora de conductas prosociales.
Una de las variables predictivas más asiduamente estudiadas en relación al altruismo es la empatía (Otiz, Apodaka, Etxeberría, Ezeiza, Fuentes y López, 1993), tanto aquella empatía disposicional (considerada como rasgo), como la situacional, centrada en la víctima. Sobre esta última podemos decir que no es raro encontrarse con personas que se reconstruyen en el entendimiento y ayuda de otros que han pasado por la misma situación dolorosa. Parafraseando a Cyrulnik (2001), la resiliencia se constituye como un proceso, ya que debe entretejerse entre los recursos afectivos, verbales y los ecológicos, junto con los personales, en una interacción entre la persona y su nicho ecológico.
Proceso
Y dependerá de ciertas cualidades de este proceso interactivo entre el sujeto y su entorno el que se completen o no procesos de resiliencia, puesto que, como postula Galende (1990), «la norma que regula el bienestar mental es sociocultural y se constituye en la experiencia colectiva del sujeto como valor».
La Ley de Conservación de la Materia, también conocida como la Ley de Conservación de la Masa, es un principio fundamental en la química. Esta ley establece que en una reacción química cerrada, la masa total de las sustancias antes de la reacción es igual a la masa total de las sustancias después de la reacción. En otras palabras, la materia no se crea ni se destruye, solo se transforma.
La formulación más conocida de esta ley proviene de Antoine Lavoisier, quien es considerado el padre de la química moderna. Su declaración de la ley, en términos simples, es la siguiente: «En una reacción química, la masa se conserva; los productos de la reacción tienen la misma masa que los reactivos iniciales».
Esta ley es fundamental en química y se aplica en una amplia gama de situaciones, desde reacciones químicas en laboratorios hasta procesos industriales y reacciones en la naturaleza. Permite a los químicos y científicos comprender y predecir cómo las sustancias interactúan y se transforman en reacciones químicas.
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