Solo será absolutamente sincero si tiene la completa seguridad de que el profesional que le atiende busca ante todo su interés.
Ciñéndonos al tema de la consultoría, de la cual la de formación es una rama, la primera norma es no revelar el nombre de la empresa cliente a otras personas, a no ser que estemos expresamente autorizados para ello. Este sigilo se concreta en no publicar el nombre de la empresa cliente en anuncios, folletos, página web, etc.
La segunda norma es no referir a otros clientes o en el transcurso de nuestras conversaciones normales con terceros, información que hemos recogido en la empresa cliente en el curso de nuestra actividad. Esa información reservada puede haber sido confiada por la propia empresa, pero también por los participantes en los cursos de formación, que, en el transcurso de juegos didácticos, resolución de casos o diversos ejercicios, difunden información acerca de su propio trabajo no destinada a nosotros, pero que no podemos evitar escuchar.
En nuestra vida profesional hemos contado entre nuestros clientes a varias cadenas de supermercados y siempre hemos seguido la norma de no referir a unos los procedimientos de otros, a no ser que esos procedimientos fueran de conocimiento público.
La ética siempre es rentable para quien la practica. Pero lo es solo a largo plazo. Nosotros hemos perdido algún cliente por no acceder a revelarles información de otros competidores por la que nos preguntaban. Si hubiéramos sucumbido a la petición, el resultado hubiera sido que, de momento, estarían muy contentos con nosotros y con el valor que les añadíamos en forma de información, pero al poco la consecuencia sería que no se fiaran de unos consultores externos que, si no tenían reparos en contarles a ellos información de un competidor, probablemente también serían capaces de revelar la información suya a otros competidores.
La información confidencial es aquella que está protegida y no debe ser divulgada sin autorización, ya sea por razones legales, éticas o de seguridad:
1. Datos Personales y Financieros:
- Información de Identificación Personal (PII): Nombres, direcciones, números de identificación, etc.
- Información Financiera: Números de cuenta bancaria, números de tarjeta de crédito, detalles de transacciones, etc.
2. Información Comercial y Propiedad Intelectual:
- Secretos Comerciales: Fórmulas, métodos, estrategias de negocio, planes de marketing, etc.
- Propiedad Intelectual: Patentes, derechos de autor, diseños, etc.
3. Datos de Clientes y Proveedores:
- Información de Clientes: Historiales, preferencias, información de contacto, etc.
- Información de Proveedores: Acuerdos, contratos, precios, etc.
4. Información Interna de la Empresa:
- Estrategias Corporativas: Planes de expansión, adquisiciones, objetivos financieros, etc.
- Recursos Humanos: Información de empleados, evaluaciones, salarios, etc.
5. Datos de Salud y Seguridad:
- Información Médica: Historiales clínicos, diagnósticos, tratamientos, etc.
- Información de Seguridad: Contraseñas, códigos de acceso, información de seguridad física, etc.
Editorial Luis Bonilla. Expertos en enseñanza, formación a distancia, tutores cualificados y con variedad de cursos online.
🔐 1. ¿Qué entendemos por información confidencial?
Incluye, entre otros:
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Datos personales: nombre, correo electrónico, edad, cargo, rendimiento, opiniones…
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Datos sensibles: salud, género, origen, creencias (cuando se recogen o aparecen indirectamente).
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Datos financieros o estratégicos: presupuestos, políticas salariales, beneficios, inversiones, resultados de negocio o decisiones futuras.
⚖️ 2. Marco legal y buenas prácticas
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Cumplir la legislación vigente: como el RGPD en Europa, que exige consentimiento claro, uso limitado y almacenamiento seguro.
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Informar al participante sobre cómo se usarán sus datos, quién tendrá acceso y con qué finalidad.
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No compartir datos sin autorización expresa (ni con otros participantes, ni con otros formadores, ni con terceros).
👉 No basta con ser discretos: hay que ser transparentes, responsables y proactivos en la protección.
📉 3. Riesgos de una mala gestión
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Pérdida de confianza de los trabajadores o clientes.
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Multas o sanciones legales.
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Daño reputacional para el formador o la empresa.
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Dificultades futuras para implementar nuevas acciones formativas.
🧠 4. ¿Cómo proteger esta información?
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Usar sistemas seguros para almacenar y compartir documentos (no enviar por correo datos sensibles sin protección).
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Firmar acuerdos de confidencialidad cuando sea necesario.
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No incluir datos personales identificables en informes o presentaciones públicas.
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Borrar o anonimizar los datos una vez usados, si ya no son necesarios.