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Diferencias
Dani y Camilo molestan, y aludo a la diferencia entre el crecimiento corporal y el interior, comparando sus niveles de interioridad con el de los alumnos de preescolar. Dani balbucea negativa y malsonantemente, en alusión a sus diferencias anatómicas con los de preescolar. Preguntado en qué nivel se sitúa, responde que en el –dos– porque quiere; y lo hace en referencia a una actividad anterior de análisis sobre un comportamiento de llamada de atención, donde el nivel –dos– ha significado actuar así «porque se viene de mal humor y a pasar de la clase». La respuesta la acompaña con gestos que imitan a los de un embriagado y pareciendo que su bal- buceo es contra mí. Le digo que puede irse al recreo. Lentamente se pone el jersey, a la vez que responde que ya es hora, pues lo estaba deseando.
Una vez explicado al grupo por qué le he echado, continuamos con la actividad que parecían esperar.La primera respuesta a la pregunta de qué le dirías a Jaime que hiciera para que en clase las cosas le fueran mejor, la dice Rober, y es la de que se fuera de la escuela. Estrategias para la personificación de valores en la adolescencia Acompañando con ejemplos se hacen comentarios y se concluye con el esquema:
Jaime:
• Enfrentar: más difícil. Mejor a la larga: MAYOR.
• Huir: más fácil. Mejor al momento: PEQUEÑO.
Tras una votación se construye la primera norma del grupo: LEVANTAR LA MANO PARA HABLAR
Grupo
Aunque el grupo mostraba la necesidad del tratamiento de Habilidades sociales, algo que aparece como necesidad casi siempre, por no decir siempre, sí cabe decir que en grupos donde es notoria la cohesión entre sus miembros para mostrar conductas escolarmente no aceptables, es importante abordar los aspectos de presión de grupo y toma de decisiones con anterioridad a los de Habilidades sociales, ya que las reflexiones que aporta, posibilitan un marco de decisión autónoma que, aunque para ser plasmada en la práctica, requiere de un recorrido, sí abre las puertas para una reflexión desde la individualidad y autonomía, que va dotando de identidad al YO del sujeto, lo cual generalmente es aceptado como rasgo diferenciador de crecimiento y de autonomía también en la adolescencia.
En grupos escolares más normalizados, más heterogéneos, bien puede iniciarse el tratamiento de las habilidades con anterioridad a los de presión de grupo, y así llegada la hora de esto, poder mostrar habilidades para manifestarse en grupo de modo autónomo.También esto nos habla de la importancia de estar abiertos a lo que las alumnas y alumnos nos indican, y adecuar así los contenidos educativos al momento dinámico y evolutivo del grupo. Contexto, por otra parte, cambiante y modificable, y que nos permite programar y secuenciar estos contenidos, los de presión de grupo y los de Habilidades sociales de modo cíclico o en espiral y volver a tratarlos en profundidad.
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