La fatiga infantil
Agotamiento corporal
La fatiga infantil aparece como un estado consecutivo al agotamiento corporal o psíquico, como una disminución reversible de rendimiento y funcionamiento. Es sinónimo también del propio proceso de agotamiento por una actividad.
Inicialmente el término apareció a comienzos del siglo XX, como estudio de la fatiga muscular dentro del campo de la fisiología del trabajo. A partir de los cambios laborales surgen como objeto de estudio múltiples factores psicológicos de la fatiga, con consiguientes teorías, definiciones y resultados distintos.
Las numerosas formas de fatiga pueden encuadrarse dentro de dos ámbitos:
- Fatiga física o muscular
- Fatiga psíquica, central o nerviosa.
Los síntomas objetivos de la fatiga, y los cambios de conducta y de rendimiento en ambos ámbitos, se distinguen como sentimiento subjetivos de sensaciones de fatiga.
La fatiga muscular se produce por la reducción de la capacidad de contracción de un músculo, originada por aporte deficiente de oxígeno y sustancias nutritivas, o a una acumulación de ácido láctico en el músculo, para cuya combustión falta el oxígeno requerido.
Cuando cesa la actividad fatigosa se produce la recuperación. El estado de la sangre, la capacidad respiratoria y circulatoria son muy importantes en la fatiga y en su recuperación.
Las manifestaciones de la fatiga son. Respiración superficial, aceleración del pulso y disminución de su tono.
La fatiga psíquica produce una sensación de cansancio general cuyas manifestaciones más relevantes son: irritabilidad, trastornos de la recepción, percepción, coordinación y del grado de capacidad mental.
La actividad física y mental tienen influencias favorables en el desarrollo de la persona, ya que posibilitan un mayor equilibrio y mejores condiciones de salud. No obstante, el exceso de actividad en cualesquiera de estos ámbitos origina situaciones de fatiga con el consiguiente empeoramiento de la calidad del movimiento, de la coordinación y disminuyendo la precisión, de modo que se produce mayor número de errores en la actividad que se está realizando, o bien se manifiesta como un estado de nerviosismo, sobreexcitación e hipermotricidad.
Teniendo en cuenta el grado excitabilidad muscular y de inestabilidad psíquica, habrá de procurarse no llevar al niño y la niña a situaciones de fatiga; no obstante, si el propio niño o niña llega a esta situación, normalmente por desconocimiento o falta de control de sus posibilidades personales, podremos abordar estas situaciones del modo que se especifica a continuación.
La actividad que se realiza a lo largo del día que produce un determinado índice de fatiga desaparece:
- Tras el descanso nocturno mediante el sueño.
- Mediante relajación muscular.
- Con el cambio de actividad.
El descanso es subsiguiente a la realización de cualquier tipo de actividad, siendo necesario que exista equilibrio entre actividad y descanso, para evitar agotamiento y estrés. La recuperación de la fatiga o descanso puede conseguirse mediante el cambio de actividad o por medio de la inactividad. En ambos casos se requiere de tranquilidad para que ésta se produzca.
El sueño o dormir consiguen el descanso en el niño y la niña, puesto que mediante él se llega al nivel mínimo de actividad física.
La relajación muscular es una técnica que proporciona gran ayuda para disminuir la fatiga producida por el exceso de actividad, o bien por estados de cansancio general. Tras el recreo, juegos motrices, estados ansiosos o nerviosos de los niños y niñas o de los bebés…, las técnicas de relajación son sencillas de aprender y de aplicar, y deben incorporarse en la actividad diaria del niño de manera permanente y que formen parte de las rutinas de su vida diaria, como mecanismo compensador del desgaste de energía cotidiana.
También el juego, metodología propia de la educación infantil, sirve como descanso, ya que pueden utilizarse diferentes tipos de juegos en los cuales el componente de actividad física y/o mental varía y seleccionando aquellos que puedan compensar mayor o menor esfuerzo físico o mental, y que pueden originar los efectos beneficiosos deseados de tranquilidad y descanso.
Puesto que el niño y la niña cuando es muy pequeño es incapaz de tener una medida exacta de sus posibilidades, es el adulto quien debe velar porque las condiciones en que se desenvuelve la actividad del niño sean las idóneas y no generen situaciones de fatiga. Por tanto será en los ámbitos escolar y familiar en los que habrán de centrarse las actuaciones con carácter preventivo.
Ámbito escolar
- Se procurará que el horario tenga una distribución por sesiones a lo largo del día, de manera que contemple una ordenación equilibrada de las actividades de menor a mayor esfuerzo, según la curva de rendimiento que por edades sea la más adecuada.
- En cuanto a las actividades, además de ajustarse a la competencia y posibilidades de los niños y las niñas, se procurará que sean variadas y además que exista equilibrio entre actividades de tipo físico y mental.
- El número de actividades también se adecuará a la capacidad y rendimiento del alumnado, y en su realización se estará pendiente del número de ellas que lleva a cabo cada uno de los alumnos y alumnas para que no haga un número excesivo, aunque sean muy de su interés.
- Con los niños y las niñas que muestran gran avidez por la realización de actividades, el profesorado estará pendiente de incitarles a cambiar de actividad con mayor frecuencia, hasta que aprendan a autorregularse y tengan una idea de la medida de sus posibilidades.
- Se evitará caer en el tópico de que los niños y niñas se recuperan fácil y rápidamente de la fatiga, ya que, si bien eso es cierto, implica que la persona adulta de confianza en esas características demande mayor esfuerzo de los niños y niñas o un esfuerzo breve pero excesivo que está fuera de sus posibilidades. Por el contrario, actuará del corrector de esos desfases.
- Debe evitarse por todos los medios que se produzca una excesiva fatiga; es de gran importancia saber cómo alternar adecuadamente los tiempos dedicados a la observación con juegos y actividades más tranquilas. A este fin el patio debe estar provisto de bancos con respaldos y mesas para que los niños/as puedan entregarse a juegos tranquilos con diferentes juguetes.
Ambito escolar
- El horario de sueño del niño/a debe estar equilibrado y debe tenerse constancia en el respeto de las horas y los momentos de sueño.
- El número de horas de sueño debe ser el adecuado para la edad y el tipo de actividad que desarrolle el niño y la niña.
- No se debe agobiar al niño/a con un exceso de actividades para que esté entretenido.
- Dedicar diariamente varios periodos de tiempo a estar con el niño y la niña para proponerle juegos y actividades, observando su fatigabilidad, para sí poder ir ajustando su intervención.
- Controlar el tiempo y el horario destinados al uso de la televisión y de los vídeos-juegos que, lejos de suponer una actividad pasiva para el niño y la niña, es una fuente de constante excitación, con independencia de la calidad y adecuación de los programas.
- Si se le observa fatigado se debe cambiar al niño y la niña de actividad, o suprimirla, proporcionándole un momento para descansar y recuperarse adecuadamente.
- En caso de que el niño/a presente trastornos de sueño, es importante darle solución urgente para evitar que caiga en situaciones de fatiga permanente.
- Eliminarles situaciones de competitividad permanente que hacen que el niño y la niña se sitúe en una situación de sobreesfuerzo por su afán de dar satisfacción a las expectativas de los adultos.
- Evitar compararle con amigos/as, vecinos/as, hermanos/as… bien sea mayores o de la misma edad, para que se ajuste su actividad y el ritmo de la misma a sus propias capacidades y posibilidades.
Trastornos de sueño y su abordaje
A lo largo del desarrollo de la persona, las necesidades del sueño varían, como ya hemos visto. Siendo ésta una de las necesidades básicas de la vida, no siempre se realiza en condiciones de normalidad, sino que, como tiene componentes biológicos y psicológicos cuyo funcionamiento depende de las estructuras neurofisiológicas, a menudo se dan problemas relativos al sueño.
Es interesante el conocimiento de los diferentes tipos de problema y las causas que los generan, para aplicar en cada momento los criterios más adecuados para la etiología del caso y situación.
- Insomnio: es la dificultad para conciliar el sueño, o interrupción de éste seguida de una fase de desvelo anormal.
El insomnio inicial consiste en la dificultad para conciliar el sueño y el insomnio terminal consiste en un despertar prematuro y cierta dificultad para volverse a dormirse.
Las causas del insomnio pueden ser debidas a lesiones orgánicas del sistema nervioso central, estados febriles e intoxicaciones y a afecciones dolorosas; frecuentemente sobreviene a fatiga excesiva, conflictos emocionales, ansiedad, estrés…
El tratamiento mediante fármacos es peligroso, ya que no son productos inocuos; si bien a dosis terapéuticas favorecen el sueño, una cantidad no exactamente ajustada es tóxica para el sistema nervioso y genera hábito, y con ello obligación de aumentar la dosis. Por tanto, existe grave peligro por su empleo.
En la infancia, desde el nacimiento a los tres meses, esta alteración del sueño puede tener su origen en el régimen alimenticio, el defecto o exceso de estimulación táctil o proceso de sensibilidad constitucional del niño y la niña hasta que se adapta a las nuevas condiciones del medio. A partir de esta edad puede ser debido a la dentición, miedo a la oscuridad, inadaptación familiar o escolar, problemas afectivos u obsesiones infantiles.
- Somnolencia: tras situaciones como hipertensión craneana, procesos infecciosos y tóxicos y de tumoraciones, a veces sobreviene un estado letárgico al que se denomina somnolencia, que suele desaparecer cuando desaparecen estas causas.
- Parasomnias: se denominan así a aquellas alteraciones que interrumpen o interfieren el sueño del niño y la niña, como son:
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- Terrores nocturnos: hacen su aparición entre los 3-6 años, con carácter frecuente o no, no se suelen recordar por la mañana.
- Enuresis: el sueño se interrumpe porque se orina en la cama y las causas pueden ser debidas a una educación higiénica demasiado severa, capacidad vesical inadecuada, celos, miedos a pasillos o a zonas oscuras…
- Sonambulismos: entre los 5-12 años suele hacer su aparición; se manifiesta porque caminan dormidos, y no se suele recordar este hecho por la mañana; tiene un carácter esporádico. El niño y la niña se levanta en la primera parte de la noche con los ojos abiertos y adoptando una postura automática aunque con paso dubitativo. La duración de los episodios de sonambulismo es entre un minuto y media hora.
- Pesadillas: son frecuentes entre los 8-10 años. Hacen despertarse al niño y la niña de manera sobresaltada, con movimientos y gimoteos, expresando de manera oral a los adultos sus temores y haciendo intentos de no volver a dormirse, para que no vuelvan a surgir las pesadillas. Si se recuerdan al día siguiente.
Los terrores nocturnos y las pesadillas suelen reflejar conflictos que para su superación precisan de tratamiento psicológico.
- Epilepsia nocturna: consistente en espasmos psicomotores, pérdida de orina, deambulación automática y conducta aterrorizada. En raras ocasiones estos episodios se acompañan a la crisis de epilepsia nocturna de modo simultáneo, se suelen producir durante el sueño y el despertar
La fatiga infantil se refiere al agotamiento físico o mental que experimentan los niños debido a una combinación de factores, como la falta de sueño adecuado, sobrecarga de actividades, estrés, preocupaciones emocionales o trastornos de salud:
Causas de la Fatiga Infantil:
- Falta de Sueño: Horarios irregulares de sueño, falta de descanso adecuado durante la noche.
- Sobrecarga de Actividades: Participación en múltiples actividades extracurriculares o académicas.
- Estrés y Preocupaciones: Problemas familiares, escolares o emocionales que generan ansiedad o agotamiento.
- Problemas de Salud: Enfermedades crónicas, alergias, trastornos del sueño, entre otros.
Síntomas Comunes de Fatiga en Niños:
- Irritabilidad constante
- Dificultad para concentrarse
- Cambios en el apetito
- Reducción del rendimiento académico
- Cambios en los patrones de sueño
- Quejas de dolores de cabeza o estómago sin causa médica aparente
Estrategias para Reducir la Fatiga Infantil:
- Establecer Rutinas de Sueño: Garantizar horarios regulares y suficientes de descanso nocturno.
- Balance entre Actividades: Evitar la sobrecarga de actividades extracurriculares.
- Apoyo Emocional: Proporcionar un ambiente familiar y escolar que fomente la expresión de emociones y la resolución de problemas.
- Alimentación Saludable: Asegurar una dieta equilibrada y variada.
Importancia del Descanso en la Infancia:
- Desarrollo Físico y Mental: El sueño y el descanso adecuados son fundamentales para el crecimiento físico y el desarrollo cognitivo.
- Bienestar Emocional: Ayuda a regular las emociones y reduce el estrés en los niños.
Cuándo Consultar con un Profesional:
- Si la fatiga persiste a pesar de cambios en la rutina y el entorno del niño.
- Si se presentan síntomas físicos o emocionales preocupantes.
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