La esperanza se cuela por las rendijas de la vida

Las paradojas marcan la vida humana.
Y el líder está permanentemente desafiado a superar las construcciones de la realidad. No espera las situaciones favorables para llevar adelante un proyecto, sino que ve más allá, hasta lo invisible. Cargado de esperanza, percibe cómo en los intersticios de la vida y de los hechos se abren nuevas oportunidades. No tiene miedo, llama a las cosas por su nombre y no lo vencen derrotas ni fracasos. “Llora todas las lágrimas y ríe todas las risas”, sin miedo a la caída y al triunfo. Y se anima a confrontar sus ideas con los datos de la realidad. Para que las esperanzas que alimentan al líder tengan bases sólidas, el nuevo líder necesitará: Sentirse satisfecho con su pasado. Para ello aprende a apartarse de la falsa creencia de que las experiencias negativas pasadas determinan el presente y el futuro.
También está invitado a aumentar la gratitud de todo lo bueno que le ha sucedido. Será la esperanza su luz si aprende a perdonar los errores pasados. La experiencia del perdón es una actitud fundamental para una vida plenamente humana. No puedo esperar que el perdón sea un gesto de aquel que me ha lastimado u ofendido, por más grave que sea la herida causada. ¡Le sigo dando mucho poder sobre mi vida! El perdón me hace libre de los errores ajenos y propios. Ser más feliz en el presente. Y esto es posible si aprendemos a distinguir entre placeres y gratificaciones. Los placeres son las delicias que tienen componentes claramente sensibles y emocionalmente fuertes que requieren pensar poco. Las gratificaciones son actividades valorativas que apreciamos muchísimo hacer, pero que no están necesariamente acompañadas de ningún sentimiento exaltado. Las gratificaciones duran más que los placeres y están apuntaladas por nuestras fuerzas y virtudes.
Futuro
Pensar el futuro con optimismo, reflexionar, revisar las situaciones que han producido angustia, examinar falsas creencias, aprender a juzgar los hechos con prudencia, sin alarma y sin temeridad, para reorganizar el propio pensamiento, los sentimientos y las acciones para lograr una vitalización de nuestra vida. “Con un leve gesto…” Ortega y Gasset decía que la verdad se señala así, con “un leve gesto”. No se impone con prepotencia. Es una invitación, no una declamación. No es necesario predicarla, se muestra no como quien posee un oráculo, sino como quien está enamorado de una convicción. Consciente, además, de que se trata de una tarea permanente, porque vivimos en un mundo siempre en movimiento.

Es necesario reformular, pulir, volver a pensar, cambiar. No porque se “venda” a nuevas luces que lo seduzcan, sino porque se percibe a sí mismo como buscador y no como propietario de una verdad única, definida desde siempre. Los dirigentes que se adjudican la posesión de verdades superiores y que miran a los demás desde sus pináculos inaccesibles no contribuyen, de ninguna manera, a la construcción de proyectos y a la transformación. El líder debe ser un buscador del bien. El bien en el pensar, en el sentir y en el actuar. Son las tres cosas al mismo tiempo. Es un error creer que sólo una de ellas es importante. Todos conocemos gente inteligente que sabe mucho y que sin embargo actúa mal.
Sentimientos
También conocemos gente de buenos sentimientos, pero ingenua para percibir las sutilezas y que, queriendo hacer el bien, terminan haciendo mal. También conocemos gente que siempre actúa bien, pero es tan rígida y tan falta de afecto que sus buenos actos no parecen tales, porque carecen de amor.

En su propia búsqueda del bien, el líder necesita contar con un maestro. Hoy tenemos una gran necesidad de maestros. Hombres y mujeres que honren el trabajo consigo mismos, y vivan en la verdad, porque además de buscarla, le han encontrado sentido a sus aciertos y a sus errores.
Las paradojas son situaciones, afirmaciones o conceptos que parecen ser contradictorios o inconsistentes a primera vista, pero que pueden contener un significado más profundo o una verdad subyacente. De hecho, las paradojas son una parte intrínseca de la vida humana y la experiencia cotidiana. A menudo, las paradojas reflejan la complejidad y la ambigüedad de la existencia humana:
- Paradoja del tiempo: El tiempo es una constante en la vida humana, pero a la vez, experimentamos su fluidez y relatividad de manera subjetiva. El tiempo puede pasar lentamente en algunas situaciones y volar en otras, creando una paradoja en la percepción del tiempo.
- Paradoja de la libertad y la responsabilidad: Si bien valoramos la libertad y la autonomía, también estamos sujetos a responsabilidades y obligaciones que limitan nuestra libertad. Esta paradoja a menudo se refleja en la tensión entre la elección y la responsabilidad.
- Paradoja de la vida y la muerte: La vida y la muerte son dos aspectos inevitables de la existencia humana. La vida y la muerte están entrelazadas en una paradoja que refleja la dualidad de la vida.
- Paradoja de la comunicación: A pesar de los avances en la comunicación, a veces nos encontramos con desafíos para entendernos y comunicarnos efectivamente. La paradoja aquí es que, aunque tenemos muchas formas de comunicación, a menudo experimentamos malentendidos y conflictos.
- Paradoja de la identidad: A medida que las personas cambian y evolucionan a lo largo de sus vidas, a veces se enfrentan a la paradoja de mantener una identidad constante a la vez que se adaptan y crecen.
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🌤️ La esperanza que se cuela…
La esperanza no siempre llega por la puerta principal.
No es grandilocuente ni evidente.
A veces aparece en el detalle más simple,
en una mirada, en un silencio compartido, en un gesto mínimo.
🌱 La esperanza no grita.
Se insinúa.
Se cuela por las rendijas:
cuando algo en nosotros se resiste a renunciar al sentido.
Incluso cuando todo parece perdido,
la esperanza es esa grieta luminosa en la pared del cansancio.
♾️ La paradoja como forma de existir
La vida humana es paradojal por naturaleza:
-
Queremos seguridad y al mismo tiempo, libertad.
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Buscamos sentido, pero también disfrutamos del misterio.
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Necesitamos del otro, aunque ansiamos autonomía.
-
Amamos y, por eso, también tememos perder.
🌀 Las paradojas no son errores. Son estructuras profundas del existir.
🔗 El cruce: cuando la esperanza habita la paradoja
La verdadera esperanza no es ingenuidad.
Es saber que el dolor existe,
que la pérdida forma parte,
que no todo se resuelve…