La configuración de los saberes docentes
La construcción del saber, menciona Heller (1997), se da en la vida cotidiana, en donde el particular se apropia de aquello que le es necesario para vivir en la misma vida cotidiana, en este sentido, el docente construye una serie de saberes sobre, de y para la docencia en el ejercicio mismo de su profesión.
Estos saberes tienen huellas del pasado, son históricos, dialógicos, sociales (Mercado, 2002) y temporales, provienen de fuentes distintas (Tardif, 2004), entre las que se encuentran las experiencias personales, escolares, profesionales, que se conjugan para dar paso a la configuración de un saber-hacer docente. Entre las principales fuentes de saber mencionan: “La práctica en condiciones reales y la indagación en diversas fuentes, también el asistir a cursos, foros, intercambios y los propios retos que demandan las necesidades en el trabajo con los alumnos”. “El no desapartarme de los textos y formarme de manera permanente en instituciones de nivel superior, como la unam…”. 81 Los saberes de los formadores en los espacios de observación y práctica docente “Las reuniones con los profesores que han atendido estos espacios en colegio y asistir a los talleres para los docentes que atienden estos espacios”. “A través de mi formación en esta escuela, de la lectura y búsqueda individual de información y del acercamiento con aquellos compañeros del colegio que siempre estamos en continua retroalimentación y apoyo; la experiencia, el análisis y la reflexión obtenidos a través de la práctica, también forman parte de estos logros, así como algunos cursos promovidos desde esta institución o la DGENAM”. “Asistencia al taller para docentes que coordinan las asignaturas del área de acercamiento a la práctica”. “Como me cuesta trabajo los aspectos de la planeación, pues… me apoyo de los compañeros más experimentados, compañeros que han llevado esta asignatura o que llevaban Laboratorios de Docencia… y me he apoyado para ver por dónde y ver qué es conveniente trabajar con los alumnos en ese semestre… en este sentido, para mi caso, cuando yo me sentía como que me faltaba algo para trabajar con los alumnos, yo decía, bueno, sí he leído sobre procedimentales, contenidos procedimentales, actitudinales, pero no sé bien exactamente cómo manejarlos, entonces iba conmigo la maestra X a mis sesiones y me apoyaba, ella desarrollaba entonces el contenido y yo ya veía, entendía lo que tenía que hacer… en ese sentido, la cuestión o la parte psicopedagógica se puede decir, de integrar lo disciplinario con la forma en la que se debe trabajar con los alumnos, es donde me apoyaban… y los contenidos disciplinarios ya los desarrollaba yo… y entonces intentaba explicar a qué se referían los contenidos o los procesos biológicos, ya lo que tiene que ver con la biología”.
La actualización de forma autónoma y la asistencia de cursos, talleres, seminarios o congresos son el principal medio que los docentes reconocen como principales fuentes para la construcción de sus saberes, pero además, la socialización o la interexperiencia (Honoré, 1980) es un elemento importante que les posibilita compartir conocimientos y experiencias que ponen en práctica en Observación y Práctica Docente. No obstante que a partir de diferentes experiencias formativas los maestros han configurado ciertos saberes para la formación de docentes de escuela secundaria, también reconocen que existen ausencias que deben subsanar. Cabe destacar que las ausencias están centradas en conocimientos de tipo disciplinar y curricular, en menor medida procedimental, pero no refieren ningún tipo de actitudes, lo cual invierte la pirámide en relación con las cualidades y saberes que afirman poseer para la docencia. Dentro de lo que reconocen como ausencias en su formación se encuentran: t Los conocimientos disciplinares y curriculares: Procesos formativos y prácticas de los formadores de docentes 82 “Los que tienen que ver con la planificación, la evaluación de procesos de enseñanza-aprendizaje, así como metodología y didáctica de las asignaturas que imparten como docentes”. “Comprensión de las teorías pedagógicas”. “…sobre reflexión docente”. “…sobre investigación educativa”. t Procedimentales: “…consolidar el trabajo colaborativo que permita claridad en el área por especialidad y escuela”. “…aplicación de las teorías psicopedagógicas”. “…la planificación, principalmente”. Los conocimientos disciplinares que enuncian se enfocan, en primer lugar, en elementos pedagógicos, lo cual puede indicar que en el proceso de formación de estudiantes identifican carencias teóricas sobre lo que hacen al enseñar a enseñar. En especial en los aspectos de planificación, evaluación, didáctica, que si bien lo asumen como un saber construido, éste se sustenta principalmente en la experiencia, pero las exigencias en torno a los nuevos enfoques en la educación básica les genera la necesidad de prepararse para comprenderlos y a la vez enseñarlos.
La confrontación misma que les da la práctica en la enseñanza de estos conocimientos al estudiante les genera la necesidad de buscar elementos teóricos que fundamenten su acción.
Sin embargo, estas carencias son reconocidas en los estudiantes como un problema que deben enfrentar de forma cotidiana y que expondremos en el siguiente apartado. Los problemas que enfrentan El desarrollo del espacio curricular de OPD lleva a los profesores a enfrentar una serie de obstáculos para el alcance de los propósitos de la asignatura, éstos son colocados fuera del docente, es decir, están depositados en los estudiantes, los procesos de gestión y vinculación que tienen con la escuela secundaria y los contenidos del propio programa. Los estudiantes normalistas son para la mayoría de las formadoras el principal obstáculo que enfrentan, resalta en su discurso una serie de carencias en relación con una concepción de alumno ideal que han construido y que no empatan con las propias cualidades que afirman las caracterizan como formadoras, en particular la valoración en las actitudes de compromiso, responsabilidad, entre otras. Es decir, se piensa en un sujeto 83 Los saberes de los formadores en los espacios de observación y práctica docente formado más que como sujeto en formación. La evaluación se centra entonces principalmente en rasgos actitudinales, como se observa en el siguiente testimonio: “…son varios aspectos dentro de la propia guía que tengo de observación, es ver y rescatar sus competencias docentes, pero también sus competencias comunicativas, cómo se relaciona con el adolescente, su empatía y su compromiso y responsabilidad, creo que también ahí está algo importante, sí me fijo en ese compromiso y responsabilidad, creo que el detalle de la presentación, de la imagen, sí le exigimos, aunque yo lo hago no porque sea un gusto mío o porque los chicos deban ir bien vestidos, creo que sí es importante esa imagen todavía en estas jornadas de práctica para los chicos en formación porque ellos están muy jovencitos y tienen muy pocos años de diferencia con el adolescente y de alguna manera creo que es la imagen la que les permite también una barrera con los adolescentes… como dicen ellos, es el disfraz, aunque no es un disfraz, es una apariencia, porque en la cultura mexicana así es: como nos ven, nos tratan”. “...los alumnos elaboran su guía para observar a sus compañeros en la que contemplarán aspectos como la puntualidad, la presentación, el uniforme, si se unifican, pues traje negro, falda o pantalón y ellos elijen el color de la camisa, pero también pongo a consideración con ellos una hoja como de 19 puntos, entre ellos hay unos cinco más importantes dentro de éstos, pues está la puntualidad, que si llevó su planeación, que si maneja los contenidos, que si llevó su material didáctico, les hacemos ver desde la actitud que tienen con los alumnos, si les responden las preguntas, si responden a los imprevistos, si se dirigen a todos con respeto, como además de los contenidos que se manejan, si manejan valores también con sus alumnos, en eso consiste esa hoja de evaluación y la ponemos a consideración del alumno”.
A estos aspectos en los que centran la mirada los formadores en las prácticas de los estudiantes en las escuelas se suman otras actitudes, conocimientos y habilidades de las que, afirman, carecen los alumnos y que las observan en el desempeño cotidiano en el salón de clases de la escuela normal, entre los que se encuentran: t Respecto a las actitudes, mencionan: “…las expectativas que posee el alumno; está en la espera de que todo lo diga y elabore el docente, la falta de compromiso y falta de trabajo autónomo”. “…los alumnos regularmente tienen poca disposición al trabajo”. “…presentan situaciones de autoestima, tienen problemas de inmadurez, familiares, de salud o económicos”. Procesos formativos y prácticas de los formadores de docentes 84 “…es difícil lograr que asuman compromiso en su formación y valoren la observación y otras metodologías para incursionar en la investigación de la práctica”. t Entre los procedimentales enuncian: “…no sabe planificar”. “…falta de implementación de actividades que impacten de manera general en la escuela secundaria”. “…las tic han sido una desventaja, no las manejan y no saben investigar, tienen una ortografía y redacción fatales”. t Sobre contenidos disciplinares afirman: “…tienen un escaso conocimiento de los contenidos programáticos, es decir, falta de domino de la disciplina”. “…falta de una visión clara de lo que es la pedagogía… un bajo bagaje cultural… poco sustento teórico”. No obstante que la mayoría de los formadores hace una fuerte crítica hacia el alumno como el principal problema que enfrentan al coordinar las asignaturas de OPD, cabe destacar que sólo una profesora reconoce que la ausencia de contenidos psicopedagógicos y la organización del tiempo se convierten en factores que limitan el buen desarrollo de este espacio curricular: “…el tiempo de preparación de clases es un problema, pues aún me sobra tiempo y cuando tengo las sesiones de clase el tiempo que se requiere para revisar las secuencias didácticas para autorizarlas antes de irse a practicar me falta… enfrento retos sobre todo psicopedagógicos y específicamente de las teorías psicopedagógicas”.
Además de los estudiantes, encuentran otros problemas que tienen que enfrentar en OPD, como son los propios contenidos de la asignatura, ante esto, los maestros refieren principalmente a la actualización de los programas, la lectura de textos completos, la actualización de las lecturas básicas, como se observa en los siguientes testimonios: “…considero que los contenidos están adecuados, sin embargo, considero que actualmente tendríamos que manejar muchos más, sobre todo en los aspectos de actualizaciones de programas, de conocimiento de organización de aspectos culturales, cívicos y de proyectos académico-administrativos, pues son parte 85 Los saberes de los formadores en los espacios de observación y práctica docente de la realidad en la escuela secundaria… también adecuar las fuentes y acervo bibliográfico”. “En relación con los textos de la sep, sólo exhiben breves artículos… eso genera en los jóvenes que sólo se apropien de los refritos, mermando así la posibilidad de que analicen la obra en su totalidad”. “Los libros de texto son escasos y desafortunadamente algunos alumnos normalistas no logran entender conceptos en libros especializados”. Respecto a la vinculación con las escuelas secundarias, las dificultades se centran en la poca apertura que encuentran en éstas y el tipo de acompañamiento que el tutor da al estudiante, por ejemplo: “…el problema está en cuestiones de gestión y organización de actividades al interior de la escuela, la visión del tutor para dar apertura a las actividades con docentes y padres es difícil”. “…resulta a veces difícil conseguir una escuela secundaria en la que nos den carta abierta para el trabajo, aun cuando las autoridades comentan que está autorizado con antelación, comentarios como: ‘pero no pueden observar a los docentes’, ‘no se pueden quedar después de su clase ni estar antes de ésta, lo lamento, nos han generado conflictos porque los maestros no están al pendiente, necesito la autorización de no sé qué tantas partes para permitir que sus alumnos practiquen aquí, entre otros muchos y son parte del viacrucis que padecemos muchos de los titulares de estos espacios”. “…hay poca apertura en las escuelas secundarias, no siempre demuestran calidad y responsabilidad de las prácticas de los estudiantes en formación y realizar un verdadero trabajo es complicado, encontrar tutores es todo un reto”. Como se observa en los testimonios anteriores, los problemas para coordinar OPD están colocados fuera del maestro, pero siendo la reflexión de la práctica el motor de la formación, poco les permite a los profesores colocarse en el centro aun reconociendo que tienen ausencias en su formación; sólo una maestra voltea la mirada sobre sí misma como uno de los obstáculos para poder enfrentar esta tarea. Los hallazgos ponen al descubierto, además, el currículum oculto que se vuelve en currículum formal, pues traducen sus angustias, pero también sus creencias, en exigencias hacia los estudiantes en las prácticas.
Por ejemplo, la actitud es lo más importante en la formación, pues desde su experiencia, ser responsable, comprometido, paciente, empático, puntual y vestirse adecuadamente son cualidades que debe poseer un maestro de secundaria y se convierten en rasgos que se observan y se evalúan, poniendo en la Procesos formativos y prácticas de los formadores de docentes 86 mesa de discusión si ser un “buen maestro” de secundaria radica principalmente en tener “una buena actitud”, seguido de saber aplicar estrategias didácticas y finalmente contar con el dominio del contenido disciplinario de acuerdo con la mayoría de los entrevistados. En este sentido, coincidimos con Mercado (2007) cuando cuestiona si la práctica está centrada sólo en el hacer técnico, instrumental y procedimental.
La configuración de los saberes docentes se refiere a la compleja amalgama de conocimientos, habilidades, valores, experiencias y creencias que conforman la base de la práctica educativa de un docente. Estos saberes son fundamentales para el ejercicio efectivo de la enseñanza y están influenciados por diversos factores:
Conocimientos Disciplinares:
- Contenido Académico: Dominio de la materia que se enseña, incluyendo teorías, conceptos y métodos propios de cada disciplina.
Saberes Pedagógicos:
- Metodologías de Enseñanza: Estrategias y técnicas educativas para facilitar el aprendizaje de los estudiantes.
- Evaluación Educativa: Habilidad para evaluar el progreso y aprendizaje de los alumnos de manera efectiva.
Saberes Curriculares:
- Diseño de Programas de Estudio: Planificación y adaptación de currículos para cumplir con estándares educativos y necesidades de los estudiantes.
Saberes Prácticos:
- Experiencia en el Aula: Conocimientos adquiridos a través de la experiencia directa en la enseñanza, resolución de problemas y toma de decisiones en tiempo real.
Saberes Socioemocionales:
- Inteligencia Emocional: Habilidades para gestionar las emociones propias y de los estudiantes, fomentando un ambiente de aprendizaje positivo.
Saberes Contextuales y Culturales:
- Entorno y Contexto Educativo: Comprensión de la diversidad cultural y social de los estudiantes, adaptando la enseñanza según las necesidades del entorno.
Saberes Reflexivos:
- Reflexión Crítica: Capacidad de autoevaluación y reflexión constante sobre la práctica docente para mejorar continuamente.
Formación y Desarrollo Profesional:
- Formación Continua: Actualización constante de conocimientos y habilidades a través de la participación en programas de desarrollo profesional.
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