Expectativas de futuro

Optimismo inteligente
(que nada tiene que ver con el optimismo ingenuo, como defienden Avia y Vázquez, 1998) Se les anima a elaborar proyectos para su futuro, alimentando la expectativa de mejora, dando ánimo, cariño, hablando, escuchando… sabiendo estar. Se promueve la ocupación en actividades que permitan la abstracción del daño y posibiliten momentos gratificantes porque está demostrado que pueden convivir las emociones positivas y negativas. Generar salidas para la frustración, distraerse, practicar algún hobby o incluso imaginar una salida (Sapolsky, 1995). Con ello se busca que uno incorpore mecanismos para escapar de esa adversidad… por ejemplo un hobby para distraerse, ejercicio físico, comer, beber, ir de compras…
Se le permite pasar de víctima a superviviente, proyectando su vida más allá de la situación actual (Pérez Sales, 2006). Existe disponibilidad del recurso o procedimientos para los que el usuario puede acudir en caso de riesgo, malestar o conflicto (recaídas). Se ofrece la posibilidad de que el usuario colabore en el proceso de otras personas desde su nuevo rol de «experto en la superación del problema» (Freeman, Epston, Lobovits, 2001). Espacios de crecimiento y saneado para los profesionales: co-construir Estrategias de evasión. Estrategias para protegerse, que estén explicitadas. Es necesario mantener relación con gente que no conozca tu trabajo. Centrarse en su casa, en su espacio, etcétera. Generar momentos en el equipo para compartir información acerca de los avances y las dificultades.
Herramientas
Una herramienta útil es la intervisión, una técnica de asesoramiento entre colegas que facilita la revisión sistemática, moderada por uno de los profesionales participantes, de tal forma que se genera una red de apoyo y asesoramiento entre profesionales, en la que todos sacan beneficio. Los y las profesionales reciben formación y tienen oportunidad de reciclarse de manera continua. La institución propicia un clima afectivo y colaborador entre profesionales. Los y las profesionales se sienten reconocidos y valorados, siendo frecuentes los momentos de participación en aquellas decisiones que afectan a la institución. ¿Hay alguien ahí? Durante millones de años de evolución, la vida ha buscado la forma de perdurar, adaptándose y encontrando siempre la manera más eficiente.

Probablemente de entre todas las estrategias de las que se ha servido, el comportamiento emergente haya sido su táctica principal. Podríamos definir el comportamiento emergente como aquel comportamiento complejo, o que da la impresión de inteligencia, que aparece espontáneamente y de forma imprevista, como consecuencia de una serie de acciones simples. Algunos sistemas sociales de animales presentan un comportamiento colectivo inteligente a pesar de estar compuestos por individuos con capacidades limitadas. Las soluciones inteligentes emergen de manera natural gracias a la auto-organización y la comunicación. Ejemplos clásicos de comportamiento emergente podrían ser el vuelo conjunto y complejo de una bandada de estorninos, la manera en la que un banco de peces nadan agrupados en un cardumen o la forma como unas sencillas hormigas logran organizarse (Wilches, 2005). Biológicamente, por ejemplo, las hormigas son insectos con una memoria limitada y capaces de llevar a cabo un repertorio limitado de acciones sencillas.
Colectivo
Sin embargo una colonia tiene un comportamiento colectivo complejo, capaz de ofrecer soluciones inteligentes a problemas como el transporte de objetos pesados, construcción de puentes y la búsqueda del itinerario más corto del nido hasta la comida (Dorigo y Stützle, 2004). También es posible considerar al ser humano como el resultado de un comportamiento emergente. En nueve meses pasamos de una simple célula o cigoto a la complejidad de 30 billones de células, en las que todas conocen su misión y salvo raras excepciones todas cumplen con la misma. El comportamiento emergente no se limita a los sistemas y procesos estrictamente biológicos. La cultura es otro ejemplo perfecto de comportamiento emergente: el salto cualitativo que hace que una serie de conductas individuales se conviertan en un sistema complejo, característico, integral y colectivo, que constituye el elemento fundamental, orientador y aglutinante del pueblo que encarna esa cultura. Wilches señala cuatro características principales para considerar un comportamiento como emergente:
1.Cada individuo debe comprometerse con un comportamiento simple.
2. Debe existir un número crítico de individuos.
3.Los individuos deben mantenerse en constante comunicación.
4. Y la última, un requisito propio de la especie humana, es que exista una intencionalidad.
Sociedades
Sin entrar en muchas disquisiciones entre distintos tipos de sociedades y por tanto de culturas, podríamos decir que la auto-organización, comunicación e intencionalidad compartida, fluye con mayor facilidad cuando hablamos de pequeños grupos humanos. El comportamiento individual orientado al beneficio común bien podría entenderse como una característica que favorece los procesos de resiliencia y por ende la emergencia de figuras de apoyo en situaciones comprometidas. Saavedra (2010), al hablar de resiliencia señala diferencias estadísticamente significativas entre los niveles de resiliencia, en poblaciones urbanas y rurales, a favor de estos últimos.

Una explicación para lo anterior, se encuentra en los referentes teóricos, que señalan una diferente socialización en las familias asentadas en sectores rurales, teniendo que ver con la estructura familiar en ocasiones más extensa (número crítico de individuos), lo que se puede relacionar con la disponibilidad de redes (reparto de roles simples) y el tipo de contacto afectivo más cercano (comunicación constante e intencionalidad compartida). El comportamiento emergente —según Wilches— puede considerarse una fuente de esperanza y de vitalidad y devolvernos la confianza en que partiendo de esos pequeños cambios en lo local y en lo «simple», podamos formar parte de las grandes transformaciones que requiere el planeta.
Las expectativas de futuro y el optimismo inteligente están relacionados con la forma en que las personas ven el futuro y cómo abordan las oportunidades y desafíos que se les presentan. Aquí hay algunas ideas clave sobre estos conceptos:
- Expectativas de futuro: Las expectativas de futuro se refieren a las creencias y suposiciones que las personas tienen sobre lo que les depara el futuro. Estas expectativas pueden ser positivas, negativas o neutrales. Las personas con expectativas positivas tienden a creer en un futuro prometedor y lleno de oportunidades, lo que puede aumentar su motivación y resiliencia. Por otro lado, las expectativas negativas pueden generar ansiedad y desmotivación.
- Optimismo inteligente: El optimismo inteligente es un enfoque equilibrado y realista hacia la vida y el futuro. Se trata de ser optimista de manera inteligente, lo que significa tener una visión positiva del futuro, pero sin ignorar los desafíos y obstáculos que puedan surgir. Las personas con optimismo inteligente suelen ser optimistas, pero también son conscientes de que el camino hacia el éxito puede ser difícil y requiere esfuerzo y planificación.
- Beneficios del optimismo inteligente: El optimismo inteligente tiene varios beneficios. Fomenta la resiliencia, lo que significa que las personas pueden recuperarse más fácilmente de las adversidades. También promueve una actitud proactiva, ya que las personas tienden a tomar medidas para lograr sus metas. Además, puede mejorar la salud mental y emocional, ya que reduce el estrés y la ansiedad.
- Desarrollo del optimismo inteligente: Desarrollar el optimismo inteligente implica cultivar la mentalidad de crecimiento, que implica la creencia de que las habilidades y la inteligencia se pueden desarrollar a través del esfuerzo y la práctica. También es útil establecer metas realistas y trabajar en un plan para alcanzarlas.
- Afrontar desafíos: El optimismo inteligente no implica negar los desafíos o dificultades, sino afrontarlos de manera efectiva. Esto implica buscar soluciones, aprender de los errores y mantener una actitud positiva incluso en situaciones adversas.
Editorial Luis Bonilla. Expertos en enseñanza, formación a distancia, tutores cualificados y con variedad de cursos online.
¿Qué es el Optimismo Inteligente?
El optimismo inteligente no se trata de ver la vida a través de una lente de irrealidad o de ignorar los desafíos y dificultades que pueden surgir. Más bien, es una forma de optimismo equilibrado que involucra reconocer las dificultades y limitaciones del contexto, pero enfocándose en las soluciones y en cómo aprovechar las oportunidades para mejorar y crecer. Este enfoque también implica:
-
Reconocer las realidades del presente: Tener una comprensión clara de la situación actual sin caer en la idealización.
-
Establecer metas alcanzables: En lugar de soñar con resultados inalcanzables, se enfoca en metas realistas y alcanzables que incrementen las probabilidades de éxito.
-
Desarrollar resiliencia: La capacidad de adaptarse y aprender de los fracasos, utilizando esas experiencias como trampolín para el futuro.
-
Ser proactivo: Tomar decisiones que favorezcan el crecimiento y el aprendizaje constante, anticipando problemas y buscando formas de solucionarlos antes de que surjan.
Expectativas de Futuro y el Rol del Optimismo Inteligente
Cuando hablamos de expectativas de futuro, las personas a menudo se enfrentan a un dilema: por un lado, el deseo de un futuro brillante y lleno de posibilidades; por otro, el temor de que los desafíos actuales puedan limitarnos. El optimismo inteligente nos permite abordar este dilema con una mentalidad orientada a la acción. Aquí hay algunos aspectos clave en los que el optimismo inteligente influye positivamente en las expectativas de futuro:
1. Claridad en la Visión Personal
El optimismo inteligente fomenta una visión clara del futuro, basada en nuestras fortalezas, habilidades y áreas de mejora. Al tener una visión objetiva pero positiva de lo que es posible lograr, nos permite tomar decisiones informadas y alineadas con nuestros intereses y valores.
2. Adaptación a los Cambios
En un mundo en constante cambio, tener expectativas de futuro realistas es vital. El optimismo inteligente fomenta la capacidad de adaptarse, aprender de los imprevistos y mantenerse flexible ante situaciones inciertas. En lugar de aferrarse a un plan rígido, nos ayuda a ver cada cambio como una oportunidad de aprendizaje y crecimiento.
3. Motivación para Superar Obstáculos
Un futuro lleno de oportunidades no está exento de dificultades. Sin embargo, el optimismo inteligente ayuda a mantener la motivación para enfrentar estos obstáculos. En lugar de rendirse ante los fracasos o los contratiempos, esta actitud nos anima a seguir intentándolo con estrategias diferentes y enfoques renovados.
4. Fortalecimiento de la Resiliencia
El optimismo inteligente también se trata de ser resiliente: de reconocer que los fracasos son una parte inevitable de cualquier proceso de crecimiento. En lugar de ver los fracasos como el final del camino, los ve como lecciones y trampolines que nos acercan más al éxito.
5. Perspectiva Constructiva
Este tipo de optimismo no es ciego ni ingenuo. Reconoce los desafíos y limitaciones, pero busca cómo transformar esas barreras en oportunidades. En lugar de ver el futuro como algo incierto y aterrador, el optimismo inteligente permite imaginar un futuro positivo en el que las dificultades se superan con creatividad, esfuerzo y resiliencia.
6. Mejora Continua
El optimismo inteligente también impulsa una mentalidad de aprendizaje continuo. Nos anima a estar siempre preparados, actualizándonos en nuevas habilidades y conocimientos, anticipando los cambios y evolucionando constantemente para aprovechar las nuevas oportunidades.
Aplicación del Optimismo Inteligente en el Futuro
Las expectativas de futuro en un mundo incierto pueden ser un desafío, pero el optimismo inteligente nos permite no solo superar el miedo al cambio y a lo desconocido, sino también impulsarnos hacia la acción, asegurando que nuestras expectativas se basen en una combinación de realismo, confianza y planificación estratégica.
Al adoptar este enfoque, podemos visualizar un futuro donde:
-
Las oportunidades de crecimiento son aprovechadas a medida que surgen.
-
Los fracasos y obstáculos son vistos como lecciones valiosas para la mejora continua.
-
Las decisiones son tomadas de manera informada, alineadas con los intereses a largo plazo.
-
Las relaciones interpersonales son enriquecidas por una actitud positiva y resiliente.