Enseñanza de la Química

Enseñanza de la Química

Ámbito escolar

 

 

En el contexto escolar la enseñanza y aprendizaje de la Química se ha venido abordando de manera independiente. Basta con ver algunos de los planes de estudio o algunos libros de texto de la disciplina para corroborarlo. En los dos casos se han limitado a proporcionar de manera escalonada y fragmentada una lista extensa de temáticas que promueven una cobertura superficial de la materia, donde lo primordial es la cantidad de conceptos científicos «trabajados» en detrimento de la calidad con la que se deben abordar. En ambos casos, también, se hace énfasis únicamente en el desarrollo de habilidades algorítmicas que le exigen al estudiante resolver preguntas o problemas y no en el hecho de realizar análisis, críticas, reflexiones y socializaciones sobre ideas y conceptos centrales de la Química (Talanquer, 2009).

Enseñanza de la Química

Docente del Colegio Rafael Uribe Uribe. Serie Investigación idep 266 Lo anterior se ve reflejado en el inconveniente que se viene presentando en el trabajo académico en el aula, en cuanto al pensamiento que se espera desarrollar en el estudiante. Así, es común que en las clases de Química se propenda por el desarrollo de un estudiante netamente lógico, que promueve el razonamiento deductivo, inductivo o analógico y deja de lado la complejidad de los procesos y su evolución.

 

Por ende, el discente sólo desarrolla habilidades para ordenar, aclarar, interpretar, argumentar, sintetizar e inferir información (De Oliveira & Serra, 2005). En este orden de ideas, para que este desarrollo y evolución tenga lugar en la escuela, se debe hacer uso de un ambiente de aprendizaje adecuado con una serie de actividades científicas coherentes y contextualizadas que permitan la comunicación y resignificación del conocimiento en el contexto del diálogo, la negociación y la elaboración conjunta de significados.

 

Profesor

En estos espacios de subjetividad compartida o de intersubjetividad, el profesor y los estudiantes deben participar de manera colaborativa. Ahora bien, la cuestión principal trata realmente de la capacidad del maestro para diseñar, ejecutar y evaluar diferentes actividades científicas que respondan de manera contextualizada a las necesidades de los estudiantes y la sociedad, para que vayan a la vanguardia con los avances científicos, culturales, tecnológicos y sociales. Tomando como base lo planteado con anterioridad, en la presente investigación se establece el siguiente problema de estudio:

Enseñanza de la Química

¿en qué medida la implementación de un ambiente de aprendizaje, basado en actividades científicas, favorece la progresión en la complejidad de pensamiento de un grupo de estudiantes de grado décimo del Colegio Rafael Uribe Uribe, en el contexto temático de la asignatura de Química? Para dar respuesta al problema citado, se plantea el objetivo general de evaluar en qué medida el ambiente de aprendizaje, estructurado en el diseño e implementación de diferentes actividades científicas, favorece la progresión en la complejidad de pensamiento de un grupo de estudiantes de grado décimo del Colegio Rafael Uribe Uribe.

 

La enseñanza de la Química es una disciplina fundamental en la educación científica y se centra en el estudio de la materia, sus propiedades, la estructura de los átomos y moléculas, las reacciones químicas y las interacciones entre sustancias. Aquí hay algunas consideraciones clave para la enseñanza efectiva de la Química:

  1. Establecer Objetivos de Aprendizaje Claros: Antes de comenzar a enseñar Química, es importante definir los objetivos de aprendizaje que se desean alcanzar. Estos objetivos deben ser claros y medibles, y pueden incluir la comprensión de conceptos químicos fundamentales, la capacidad de realizar cálculos químicos y la aplicación de la Química en situaciones del mundo real.
  2. Secuenciación de Contenido: La Química es una disciplina que se basa en conceptos previos. Por lo tanto, es esencial secuenciar el contenido de manera lógica y progresiva. Los conceptos básicos, como la estructura atómica y la tabla periódica, a menudo se enseñan primero, seguidos de temas más avanzados como las reacciones químicas y la termodinámica.
  3. Enfoque Práctico: La Química es una ciencia experimental, por lo que la realización de experimentos y demostraciones prácticas es fundamental. Los experimentos permiten a los estudiantes ver la Química en acción y aplicar lo que han aprendido en la teoría.
  4. Relación con la Vida Cotidiana: Ayudar a los estudiantes a comprender la relevancia de la Química en la vida cotidiana puede aumentar su interés y motivación. Puedes destacar cómo la Química está presente en la alimentación, la medicina, la energía, la industria y muchos otros aspectos de la vida diaria.
  5. Uso de Tecnología: La tecnología, como simulaciones y software de modelado molecular, puede ser una herramienta valiosa para enseñar Química. Estas herramientas pueden ayudar a visualizar conceptos abstractos y a realizar experimentos virtuales.
  6. Fomentar la Participación Activa: Anima a los estudiantes a participar activamente en clase, hacer preguntas y discutir conceptos. Fomentar la participación promueve el pensamiento crítico y la comprensión profunda.
  7. Evaluación Formativa: Utiliza evaluaciones formativas, como cuestionarios y ejercicios de práctica, para verificar la comprensión de los estudiantes a lo largo del proceso de aprendizaje. Esto te permite identificar áreas en las que los estudiantes pueden necesitar apoyo adicional.
  8. Diversificar los Métodos de Enseñanza: Varía tus métodos de enseñanza para atender a diferentes estilos de aprendizaje. Esto puede incluir conferencias, discusiones en grupo, actividades de laboratorio, trabajo individual y más.
  9. Promover la Resolución de Problemas: La Química implica resolver problemas y aplicar principios científicos para comprender y predecir fenómenos químicos. Promueve la resolución de problemas y la aplicación de la Química en situaciones del mundo real.
  10. Fomentar el Aprendizaje Autodirigido: Ayuda a los estudiantes a desarrollar habilidades de aprendizaje autodirigido, como la capacidad de investigar y aprender de forma independiente. Esto es especialmente importante en la Química, ya que es una disciplina en constante evolución.

La enseñanza de la Química puede ser un desafío, pero también puede ser muy gratificante al ver cómo los estudiantes adquieren una comprensión más profunda de la materia y su aplicación en el mundo que los rodea. La creatividad, la práctica y la adaptación son clave para el éxito en la enseñanza de la Química.

 

Editorial Luis Bonilla. Expertos en enseñanza, formación a distancia, tutores cualificados y con variedad de cursos online.

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