El valor de las preguntas

El valor de las preguntas

Ejercicio 

 

Fernando Savater decía que la moral es la ética de nuestros padres y nuestra ética es un ejercicio de libertad que nos da la posibilidad de cuestionar lo que nos enseñaron nuestros padres y pensar en cuáles son nuestras propias elecciones. Cada nueva pregunta nos abre al aprendizaje.

El valor de las preguntas

La que nos hacemos buscando una nueva respuesta, que puede ratificar la anterior o modificarla. A su vez, la respuesta, cuando impacta en nuestros actos, es la plataforma para hacernos nuevas preguntas y seguir aprendiendo, enriqueciendo nuestra experiencia. El que sigue aprendiendo es un explorador de nuevas posibilidades, de nuevas combinaciones, imprescindibles para procesar la velocidad del cambio actual y para aceptar el conocimiento en su provisoriedad, y no volvernos seres históricos disfuncionales para vivir plenamente la vida.

 

Liderazgo 

Este proceso es el que nos permite ejercer el liderazgo sobre nuestras propias vidas y, también, ofrecérselo a los demás. Los líderes antiguos, que tal vez fueron funcionales en otro momento de nuestro desarrollo, han quedado superados por la dinámica de aprendizaje actual que requiere establecer nuevos enfoques, nuevos estilos de liderazgo, menos jerárquicos y más reflexivos. Al ejercer este nuevo liderazgo, se ofrece un ejemplo y un modelo para la formación de nuevos líderes.

 

Las preguntas tienen un valor fundamental en la vida humana, en la toma de decisiones, en la adquisición de conocimiento y en la resolución de problemas:

  1. Generación de conocimiento: Las preguntas son la base de la búsqueda de conocimiento. A través de la formulación de preguntas, las personas exploran, investigan y descubren nuevas ideas y soluciones. Cada avance científico, tecnológico o creativo a menudo comienza con una pregunta.
  2. Aprendizaje: Las preguntas son una herramienta fundamental para el aprendizaje. Hacer preguntas fomenta la curiosidad y ayuda a las personas a profundizar en un tema, comprenderlo mejor y recordarlo más tiempo. Los educadores a menudo utilizan preguntas para estimular la participación y el pensamiento crítico en el aula.
  3. Resolución de problemas: Las preguntas son esenciales para identificar y abordar problemas. Al hacer preguntas relevantes, se puede desglosar un problema complejo en componentes más manejables y encontrar soluciones efectivas.
  4. Comunicación: Las preguntas son una forma poderosa de comunicación. Pueden ayudar a aclarar malentendidos, obtener información, profundizar en conversaciones y fomentar la empatía al demostrar interés por la perspectiva de los demás.
  5. Toma de decisiones: Formular preguntas adecuadas es esencial para la toma de decisiones informadas. Las preguntas ayudan a recopilar datos, considerar diferentes opciones y evaluar las consecuencias, lo que contribuye a tomar decisiones más acertadas.
  6. Creatividad: Las preguntas impulsan la creatividad al desafiar el status quo y alentar nuevas perspectivas. Preguntarse «¿Y si…?» o «¿Por qué no…?» puede inspirar ideas innovadoras.
  7. Autoconciencia: Hacerse preguntas a uno mismo puede promover la autorreflexión y la autoconciencia. Ayuda a las personas a comprender sus valores, deseos, metas y emociones.
  8. Desarrollo de relaciones: Las preguntas son una forma efectiva de conocer a otras personas en un nivel más profundo. Preguntar sobre experiencias, valores y opiniones puede fortalecer las relaciones y fomentar la empatía.
  9. Resolución de conflictos: Las preguntas abiertas y constructivas pueden ayudar a resolver conflictos al permitir que las partes involucradas expresen sus preocupaciones y escuchen las de los demás. Esto puede conducir a soluciones más satisfactorias.
  10. Exploración y descubrimiento: Las preguntas son esenciales para explorar el mundo que nos rodea. Ayudan a comprender fenómenos naturales, sociales y culturales, lo que enriquece nuestra experiencia.

 

Editorial Luis Bonilla. Expertos en enseñanza, formación a distancia, tutores cualificados y con variedad de cursos online.

 

 

🧩 Parte 1 – Preguntar sin responder (10 minutos)

  1. En parejas o grupos pequeños, uno comparte una situación, desafío o tema que le preocupa o interesa.

  2. El otro/a solo puede hacer preguntas. Nada de consejos, juicios, opiniones ni respuestas.

  3. La idea es profundizar a través de las preguntas, no resolver.

Ejemplo:
– Me cuesta delegar en mi equipo.
– ¿Qué creés que hay detrás de esa dificultad?
– ¿Qué pasaría si dejaras que otro tomara esa decisión?
– ¿Qué temés que se pierda si no lo hacés vos?

Al final, quien compartió suele decir: “me ayudó más esto que si me hubieran dado una solución”.


🪞 Parte 2 – Elegí tu mejor pregunta (5 minutos)

Cada persona escribe en un papel una pregunta que le haya impactado, conmovido o que quiera seguir pensando. No hace falta responderla, solo sostenerla.

Algunas buenas preguntas que suelen aparecer:

  • ¿Qué parte de mí se está resistiendo al cambio?

  • ¿Qué pasaría si me animara a hacerlo distinto?

  • ¿Qué necesito soltar para avanzar?

  • ¿Qué no me estoy preguntando?

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