El valor de la experiencia…
¡Qué manera de meter la pata!
Parafraseando a Pablo Neruda, yo podría decir “Confieso que me he equivocado”. Vaya, a modo de ejemplo, el ranking de mis mejores equivocaciones en el trabajo: Mala elección: cuando implementé el voluntariado en el año 2000 creí que lo mejor era que los lugares para hacer el voluntariado estuvieran cerca de la casa de los empleados. Entonces con oficinas en Barracas, elegí la ONG Huilen (trabajan con chicos con problemas de adicción que habían cometido delitos penales por efecto de la droga). Me equivoqué, y con el tiempo aprendí que lo mejor es que el centro de voluntariado esté cerca de las oficinas.
Esto hace más fácil la logística de traslado de los voluntarios al lugar y, también, produce un acercamiento de la empresa a la comunidad. No escuchar a los demás ni ponerse en el lugar del otro: al principio no era bueno escuchando. Me equivoqué, ya que algunas decisiones que tomé habrían sido más acertadas si hubiera escuchado otras opiniones. Hoy consulto más, a pesar de que en momentos críticos opto por la decisión más adecuada y alineada con los objetivos de la compañía.
Discapacitados
No instalar ascensores para discapacitados: cuando en el 2001 hice las nuevas oficinas, no puse rampas o ascensores para personas con discapacidad. Nadie de la corporación me indicó ese requisito, tampoco nadie del equipo, tal vez me faltó preguntar. No sabía y aprendí. Ahora instalamos el Servicio al Cliente en la planta baja; de este modo, cualquier persona con discapacidad motriz puede trabajar en esa área. A las apuradas: durante 2001-2002, quité el beneficio de almuerzo a fin de reducir el impacto de la crisis, y en una reunión una persona de administración me dijo: “¡Usted se equivocó! ¡Eso que hizo está muy mal!”. ¿Por qué?, pregunté yo.
“Ahora que sacó la comida para reducir gastos, los caminantes (posición en nuestra empresa de trabajo y logística que retiran y entregan paquetes en la calle) no almuerzan”. “¿Pero cómo no almuerzan? Si yo hice poner una cocina con microondas y heladera para que se traigan la vianda?”. “Sí, pero no les alcanza con su sueldo”. Esa misma semana saqué una nota diciendo que la quita momentánea del beneficio de almuerzo era para todos los empleados con un sueldo mayor a 1000 pesos (esto fue en el 2002). Al año siguiente volvió el beneficio para todos, por lo tanto mi palabra fue convalidada con mi acción. Muchas veces somos rápidos para quitar beneficios pero no para devolverlos. Como verán, la clave está en la coherencia entre sentir, pensar, decir y hacer.
El valor de la experiencia radica en el conocimiento y la sabiduría que adquirimos a lo largo de nuestras vidas a través de nuestras acciones, interacciones y aprendizajes. La experiencia nos brinda una serie de beneficios y perspectivas importantes:
- Aprendizaje: La experiencia es una de las formas más efectivas de aprender. A través de la experiencia, podemos comprender mejor cómo funcionan las cosas, qué decisiones son más efectivas y cómo enfrentar desafíos.
- Conocimiento práctico: La experiencia nos proporciona conocimiento práctico que es aplicable en situaciones reales. A menudo, el conocimiento teórico se complementa con la experiencia práctica para lograr un entendimiento completo.
- Mejora de habilidades: Practicar y aplicar lo que hemos aprendido a través de la experiencia nos ayuda a mejorar nuestras habilidades y competencias en diversas áreas, ya sea en el trabajo, en relaciones personales o en actividades cotidianas.
- Toma de decisiones informada: La experiencia nos permite tomar decisiones más informadas. A medida que enfrentamos situaciones similares en el futuro, podemos basar nuestras elecciones en experiencias previas y en lo que sabemos que ha funcionado o no.
- Adaptabilidad: La experiencia nos enseña a ser más adaptables y flexibles. Aprendemos a lidiar con cambios inesperados y a ajustar nuestras estrategias según las circunstancias.
- Resolución de problemas: La experiencia nos brinda la capacidad de abordar problemas de manera más eficiente. Aprendemos a identificar y resolver desafíos de manera más efectiva a medida que acumulamos experiencia.
- Confianza: A medida que enfrentamos y superamos desafíos a lo largo del tiempo, ganamos confianza en nuestras habilidades y en nuestra capacidad para enfrentar dificultades.
- Perspectiva y sabiduría: La experiencia a menudo nos proporciona una perspectiva más amplia y sabiduría. Podemos entender mejor las complejidades de la vida y las relaciones a medida que acumulamos experiencias diversas.
- Conexiones humanas: Las experiencias compartidas con otros pueden fortalecer las relaciones. Superar desafíos juntos, celebrar éxitos y aprender de los fracasos puede crear vínculos significativos.
- Éxito profesional: En muchos campos, la experiencia es un activo valioso que puede abrir puertas y mejorar las oportunidades profesionales. Los empleadores a menudo valoran la experiencia en combinación con la educación formal.
- Inspiración: Las experiencias personales y los logros pueden inspirar a otros. Compartir tus experiencias y lecciones aprendidas puede motivar y guiar a quienes te rodean.
- Sentido de identidad: La experiencia contribuye a la formación de nuestra identidad y personalidad. Las lecciones aprendidas y las experiencias vividas influyen en quiénes somos y en cómo nos relacionamos con el mundo.
Editorial Luis Bonilla. Expertos en enseñanza, formación a distancia, tutores cualificados y con variedad de cursos online.