El formador y las actitudes de los alumnos 

Durante el proceso de aprendizaje los alumnos pueden manifestar actitudes variadas que pueden ir desde la más absoluta impaciencia hasta el interés, o la curiosidad más exacerbada. Hemos de tener en cuenta que estamos trabajando con personas adultas que no están habituadas a asistir a clase y que encontrarán numerosas dificultades para aprender. Además de ello, tienen ya un bagaje de experiencias e ideas que se resistirán a cambiar y las cuales mediatizarán su proceso formativo. 

Los adultos manifestarán distintas actitudes ante su proceso formativo las cuales deben ser reformuladas positivamente por El formador para conseguir los logros deseados. 

 

El formador y las actitudes de los alumnos

 

¿Cómo debe actuar un formador ante determinadas actitudes de los alumnos? 

 

La relación entre el formador y las actitudes de los alumnos desempeña un papel crucial en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Las actitudes de los alumnos pueden influir en su disposición para participar, su nivel de compromiso y, en última instancia, su éxito en el aprendizaje:

  1. Creación de un Ambiente Positivo:
    • El formador desempeña un papel clave en la creación de un ambiente positivo y propicio para el aprendizaje. Fomentar un clima de respeto, apoyo y aceptación contribuye a actitudes positivas por parte de los alumnos.
  2. Motivación:
    • El formador debe ser capaz de motivar a los alumnos, mostrando la relevancia y la aplicabilidad de los conceptos que se están enseñando. La conexión entre el contenido del curso y el mundo real puede aumentar la motivación de los estudiantes.
  3. Adaptabilidad y Flexibilidad:
    • La adaptabilidad del formador a las necesidades y estilos de aprendizaje variados puede afectar las actitudes de los alumnos. La flexibilidad en la presentación del material y la disposición para ajustarse a las necesidades individuales pueden generar una respuesta más positiva por parte de los estudiantes.
  4. Establecimiento de Expectativas Claras:
    • Un formador efectivo establece expectativas claras desde el principio. Esto incluye objetivos de aprendizaje, criterios de evaluación y políticas del curso. Las expectativas claras pueden ayudar a los estudiantes a sentirse seguros y saber qué se espera de ellos.
  5. Empatía y Comprensión:
    • Comprender las perspectivas y desafíos individuales de los alumnos puede mejorar la relación entre el formador y los estudiantes. La empatía en situaciones difíciles y la disposición para ofrecer apoyo pueden influir positivamente en las actitudes de los alumnos.
  6. Feedback Constructivo:
    • Proporcionar feedback constructivo y específico es esencial. Los comentarios positivos refuerzan el buen desempeño, mientras que los comentarios constructivos ofrecen oportunidades de mejora sin desmotivar a los estudiantes.
  7. Fomento de la Participación:
    • Incentivar la participación activa en el aula puede influir positivamente en las actitudes de los alumnos. El formador puede lograr esto mediante la formulación de preguntas, la promoción de discusiones y la creación de actividades interactivas.
  8. Resolución de Conflictos:
    • En situaciones en las que surgen conflictos entre estudiantes o entre el formador y los alumnos, la capacidad del formador para abordar y resolver estos problemas de manera efectiva puede tener un impacto significativo en las actitudes generales.

 

 

🔍 Tipos comunes de actitudes de los alumnos

  1. Actitud positiva

    • Interés, motivación y participación activa.

    • Disposición para aprender y colaborar.

  2. Actitud pasiva

    • Poco interés, baja participación.

    • Cumplimiento mínimo sin involucrarse.

  3. Actitud negativa

    • Resistencia, desmotivación o rechazo a la formación.

    • Comportamientos disruptivos o desafiante.

  4. Actitud indiferente

    • Apatía, desconexión emocional con la actividad.

    • Falta de compromiso.


🎯 Rol del formador para gestionar las actitudes

  • Observar y diagnosticar las actitudes desde el inicio.

  • Crear un clima positivo donde se fomente la confianza y el respeto.

  • Motivar y reconocer los esfuerzos y logros, aunque sean pequeños.

  • Involucrar a los alumnos con actividades dinámicas y participativas.

  • Manejar las conductas negativas con tacto y estrategias específicas:

    • Escuchar sus razones.

    • Dialogar y buscar acuerdos.

    • Establecer normas claras y consecuencias.

  • Adaptar la metodología para despertar interés y relevancia.

 

 

Tipos comunes de actitudes de los alumnos

  • Positiva: muestran interés, motivación y participan activamente.

  • Pasiva: cumplen con lo mínimo, poco involucramiento y participación escasa.

  • Negativa: resistencia, desmotivación, actitudes desafiantes o disruptivas.

  • Indiferente: apatía, desconexión y falta de compromiso.


Funciones del formador ante las actitudes

  • Detectar las actitudes desde el principio para anticipar dificultades.

  • Crear un ambiente seguro y de confianza para que los alumnos se sientan cómodos y motivados.

  • Estimular la motivación mediante actividades dinámicas, relevantes y participativas.

  • Fomentar la comunicación abierta para escuchar preocupaciones o dificultades.

  • Gestionar actitudes negativas con tacto: diálogo, normas claras y resolución de conflictos.

  • Adaptar su metodología a las necesidades y características del grupo.

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