El formador ocupacional II

El formador ocupacional II

 

 A) La comunicación pedagógica

La comunicación pedagógica es el proceso a través del cual el/la formador/a y el grupo de alumnos/as intercambian experiencias y conocimientos. El/a formador/a debe entrenarse y prepararse a fondo para que este proceso de comunicación favorezca al máximo el proceso de aprendizaje de los/as alumnos/as y no se constituya como un elemento de interferencia.

Mediante el feed-back o retroalimentación el/la formador/a ha de comprobar continuamente si los/as alumnos/as han recibido de forma adecuada su mensaje.

Para que el proceso de comunicación pedagógica se desarrolle correctamente, el/la formador/a debe tener siempre presente los siguientes aspectos de la comunicación:

Emisor Formador

 

 B) Cómo adaptar la comunicación a los alumnos

A pesar de que el formador tenga desarrolladas sus habilidades de comunicación, siempre tendrá que poner en juego una serie de recursos que faciliten su proceso de comunicación con los/as adultos/as. Para ello, se aconseja que ponga en marcha algunos de los siguientes comportamientos:

comunicacion con los alumnos

 

 C) La comunicación no verbal

No sólo nos comunicamos a través de la palabra, sino que los gestos y otros comportamientos también juegan un papel decisivo en el proceso de comunicación. El formador ejerce una gran influencia sobre la relación pedagógica con el conjunto de signos no verbales que utiliza, por lo que debemos tener en cuenta:

 

La comunicación no verbal

 Las relaciones

Las buenas relaciones entre el formador y los integrantes de un grupo formativo dependen en gran medida de las impresiones que aparezcan en la primera sesión de trabajo. Para que el/la formador/a lleve a cabo una dirección eficaz del grupo y se mantengan unas relaciones cordiales, ha de intentar desde el principio:

  • Personalizar en la medida de lo posible descubriendo los recursos personales de cada alumno/a.
  • Evitar las impresiones iniciales sin dejarse llevar por los estereotipos o prejuicios sobre el comportamiento o la personalidad de los/as alumnos/as.
  • Observar imparcialmente.
  • Evitar las expresiones espontáneas y subjetivas. No dejarse llevar por su estado de ánimo.
  • Fomentar la relación entre todos los participantes organizando subgrupos de trabajo que permitan que todos los/as alumnos/as se conozcan.
  • No formular sus quejas al grupo sino llevarlas a la instancia superior de quien dependa.

D) Estilos de liderazgo

Ya hemos visto que el/la formador/a, como líder formal del grupo, puede adoptar distintos estilos de liderazgo que dependerán de cada situación concreta. De esta manera, en algunos momentos el/la formador/a adoptará el tipo democrático, autoritario o liberal según que las circunstancias lo requieran. Decidir qué estilo de liderazgo desempeñar dependerá de los participantes y de su madurez sin que podamos olvidar:

  • La tarea: dirección y control que debe ejercer el/la formador/a sobre la actividad propuesta.
  • Relación establecida con los/as alumnos/as.

 

El formador ocupacional II

 

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