El contexto sociocultural

Universidades

En las universidades de América Latina y Caribe Conviene hacer una breve referencia sobre las universidades latinoamericanas en particular y su evolución en el marco de lo ya planteado en forma general. Como señala Didriksson (2003) con respecto a la evolución contemporánea de estas instituciones, la universidad latinoamericana y caribeña, desde sus orígenes, impactó con su quehacer científico y su participación en todos los acontecimientos políticos y sociales de la época. Es así también que se propuso, cuando le llegó su momento, como el lugar de donde debía partir el cambio social y la revolución que transformaría las cosas. En su primera etapa, se constituye como un conjunto de instituciones de carácter profesionalizante, centradas en la docencia para la formación de elites con aspiraciones liberales. En las décadas del 50 y 60, la educación superior experimenta cambios cruciales, emergiendo nuevas demandas del mercado laboral, que conllevan el requerimiento de un nuevo tipo de egresados, el crecimiento en la matrícula y la necesidad de mejoras en la calidad académica. A partir de la década de los 80, se suceden importantes cambios políticos, sociales y económicos, que implican profundas alteraciones y adecuaciones en los distintos niveles educativos.

Se produce una contracción del sistema, en el marco de nuevos debates en torno a conceptos de calidad, transparencia en el financiamiento, rendición de cuentas, flexibilidad curricular, equidad y pertinencia, uso de tecnologías de la información. Se reorientan las respuestas y debates hacia el desarrollo de nuevas líneas de investigación, la vinculación con el sector productivo y de servicios y la producción de nuevos conocimientos. Cambia además el papel de Estado, que define nuevas políticas para la educación superior, con fuerte incidencia en los procesos de evaluación como garantía de calidad educativa. Los actores tradicionales del cambio en las macro universidades –estudiantes y sindicatos– pasan a ocupar un lugar menos estratégico, emergiendo investigadores, funcionarios y académicos como actores relevantes del cambio. Entre las particularidades del sistema de educación superior que se identifican en la actualidad en las universidades de América Latina y el Caribe, cobran relevancia: la cantidad y heterogeneidad de sus instituciones – universitarias/no universitarias, públicas/privadas–, los distintos sistemas normativos y la diversidad de denominaciones y títulos para carreras similares.

Universidades de la religión

Diferentes autores caracterizan la situación de las universidades de la región como de fragmentación, diversificación institucional, disparidad y contradicción en los modelos universitarios y en los niveles de calidad, especialmente a partir de los años 90 (Lamarra, 2004; Lemaitre, 2004). Se describen procesos de transformación de la identidad misma de las universidades, al interior de las cuáles se producen debates de diversa índole, influidos en muchos casos por modelos de análisis y concepciones que provienen de contextos diferentes (Mollis, 2003; García Guadilla, 2003; Brunner, 2000). En este nuevo entorno, la universidad latinoamericana y caribeña del siglo XXI, se presenta en un escenario caracterizado como de “presión sin límites” (Didriksson, 2003). En un mundo caracterizado por su acelerado progreso tecnológico, en el cual la gestión del conocimiento se ha impuesto como el principal paradigma de la organización laboral, con frecuentes crisis económicas y alteraciones políticas de gran alcance, estas instituciones reciben profundos impactos desde su entorno, y son exigidas a la vez para iniciar importantes transformaciones desde su interior. Frente a estas realidades, existen importantes tendencias hacia la concreción de acciones comunes en torno a la integración educativa y cultural.

Entre Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay, Chile y Bolivia, se han desarrollado acciones a través del acuerdo MERCOSUR cultural y educativo, para cooperar en la capacitación de ciudadanos, formar para el desarrollo y armonizar sistemas educativos. Diferentes organismos –americanos, europeos e internacionales– trabajan en la región en el tema de la movilidad y la cooperación (Lemaitre, 2004). Didriksson (2003), caracteriza claramente los cambios requeridos con relación a la necesidad de generar modelos alternativos de universidad. Dichos modelos se caracterizan por la producción y transferencia del valor social de los conocimientos y la pertinencia de las tareas académicas. El enfoque supone transformar estructuras tradicionales en estructuras en red y cooperación horizontal, que promuevan proyectos conjuntos con otras instituciones, posibilitadoras de movilidad a docentes y alumnos, acreditando instancias formativas realizadas en otros lugares, con una orientación educativa social solidaria. Se plantea la necesidad de instituciones que promuevan valores educativos centrados en el cambio de conocimientos, formadoras de nuevas habilidades sociales, que aborden nuevas áreas de conocimiento con alto compromiso con la innovación.

Instituciones

En la tensión entre los problemas de identidad que enfrentan las instituciones, el complejo y difícil panorama socioeconómico que las enmarca –marginación de amplios sectores de la población, fuertes desigualdades, segmentación social– y el ideal de universidad a conformar; y en los conflictos consecuentes a dichas tensiones, se insertan y participan los actores institucionales y sus roles, así como los procesos de internalización y externalización que con ellos y desde ellos se producen. La pregunta por el tutor en el contexto de la universidad argentina, y por los problemas a los que intenta responder a través de sus funciones, necesita partir de esta contextualización. Por ello, será importante analizar las configuraciones tutoriales emergentes en sus relaciones con las transformaciones institucionales en cada contexto, las tensiones y conflictos que se producen y las consecuentes posibilidades de cambio que se habilitan.

El contexto sociocultural se refiere al entorno social y cultural que rodea a los individuos y que influye en sus experiencias, creencias, valores, comportamientos y desarrollo. Este contexto abarca una amplia gama de elementos que pueden impactar en la vida de las personas, como:

Cultura: Incluye normas, tradiciones, valores, creencias, arte, idioma y costumbres compartidas por un grupo de personas. La cultura influye en la forma en que se perciben y se comportan los individuos.
Entorno familiar: La familia es una parte fundamental del contexto sociocultural. La estructura familiar, las relaciones, las creencias y las prácticas educativas tienen un impacto significativo en el desarrollo de una persona.
Entorno educativo: La escuela y otros entornos educativos son cruciales en la socialización y el aprendizaje. Las políticas educativas, las interacciones entre estudiantes y docentes, así como el clima escolar, influyen en las experiencias de los estudiantes.
Factores socioeconómicos: El estatus socioeconómico, el acceso a recursos financieros, la vivienda, la ocupación laboral y las oportunidades económicas afectan el acceso a la educación, la salud y otras oportunidades.
Medios de comunicación y tecnología: Los medios de comunicación, como la televisión, internet y las redes sociales, moldean la percepción del mundo y las interacciones sociales de las personas.
Contexto histórico: Los eventos históricos, las tradiciones pasadas y la memoria colectiva de un grupo o sociedad también influyen en la identidad y las percepciones culturales.

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1. Universidad y sociedad: una relación dinámica

Históricamente, la universidad ha sido vista como un motor de cambio social y un espacio de producción de conocimiento. Sin embargo, también refleja las tensiones, desigualdades y contradicciones del entorno sociocultural. A medida que las sociedades evolucionan, también lo hacen las universidades, ajustando sus estructuras, discursos y prácticas a las nuevas realidades:

En contextos de crisis económica, las universidades enfrentan presión por ser eficientes, rentables y orientadas al mercado laboral.
En sociedades multiculturales, se demanda inclusión, equidad y reconocimiento de la diversidad cultural y lingüística.
En la era digital, se espera que las universidades integren la tecnología como parte central del aprendizaje y la gestión educativa.

2. Factores socioculturales que inciden en la universidad actual

Algunos de los principales factores del contexto sociocultural que influyen en las instituciones universitarias son:

a) Diversificación del estudiantado

El acceso a la universidad ya no está limitado a una élite social. Hoy, los estudiantes provienen de contextos sociales, económicos y culturales muy diversos, lo cual obliga a las universidades a ofrecer apoyos específicos y diseñar estrategias inclusivas.

b) Cambio en los valores y expectativas de los estudiantes

Los jóvenes universitarios actuales valoran la flexibilidad, la autonomía, la participación activa y la conexión con la vida real. Buscan experiencias formativas significativas y esperan que la universidad responda a sus inquietudes personales, sociales y profesionales.

c) Transformaciones en el mundo del trabajo

El mercado laboral exige competencias más complejas y cambiantes, lo que presiona a las universidades a revisar sus currículos, fortalecer los vínculos con el entorno productivo y fomentar la innovación.

d) Influencia de los medios y redes sociales

Las tecnologías de la información y comunicación han transformado los modos de relación, aprendizaje y difusión del conocimiento. La universidad actual convive con una cultura digital, en la que estudiantes y docentes interactúan a través de plataformas virtuales, redes sociales y entornos colaborativos.

e) Desigualdades estructurales

Las universidades enfrentan el desafío de combatir las desigualdades sociales, de género, étnicas o territoriales, que se reproducen en el acceso, permanencia y éxito educativo. Esto implica diseñar políticas institucionales de equidad y justicia social.

3. La universidad como actor sociocultural

Además de ser influida por su contexto, la universidad tiene un rol activo en la construcción cultural de la sociedad. A través de la investigación, la formación profesional y la extensión, contribuye a:

La producción de conocimiento crítico y situado.
La formación de ciudadanía comprometida.
La promoción de la cultura científica, artística y humanista.
La transformación social y comunitaria, especialmente en regiones vulnerables o con escaso acceso a servicios educativos.

Las universidades públicas, en particular, tienen un fuerte compromiso con el desarrollo local, regional y nacional, articulando su quehacer con las necesidades del entorno.

4. Desafíos en el contexto sociocultural universitario

Frente a este escenario complejo, las universidades deben afrontar varios desafíos:

Reafirmar su función pública en contextos de mercantilización del conocimiento.
Redefinir su rol pedagógico para adaptarse a nuevas formas de aprender y enseñar.
Garantizar la inclusión y equidad educativa, en todos los niveles.
Fomentar el pensamiento crítico y la participación ciudadana desde una perspectiva intercultural.
Establecer vínculos significativos con la comunidad, potenciando la proyección social del conocimiento.

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