El arte de preguntar
Participación
Ask the right questions if you’re to find the right answers.
Haz las preguntas correctas si quieres encontrar las respuestas correctas.
En la vida ordinaria, cuando varias personas hablan, cuando una se calla la otra habla, y esta alternancia le da viveza y participación a la interacción hablada. Sin embargo, aunque defendemos la formación como un diálogo participativo, lo usual es que cuando usted, el formador, se calla, rara vez la otra parte, los formandos, toma el relevo en la conversación.
Para que la interacción se lleve a cabo se requiere por parte del formador el dominio del arte de manejar las preguntas.
En realidad, este arte requiere la práctica de tres habilidades diferentes:
- Saber formular preguntas que susciten respuestas.
- Responder a las preguntas que los formandos le planteen.
- Reconducir convenientemente las respuestas que den a sus preguntas, y quizás convertirlas en nuevas preguntas.
Saber formular preguntas que susciten respuestas
La primera distinción es entre preguntas abiertas y cerradas. Las preguntas cerradas son las que se pueden contestar con un sí o un no. Generalmente no suscitan mucha participación, por lo que si el objetivo es que los formandos hablen, es preferible utilizar preguntas abiertas, que son aquellas que comienzan por un qué, cómo, cuándo o por qué. Estas son las que hacen reflexionar para dar una respuesta, y por eso se prefieren a las preguntas cerradas.
Otra distinción es la de pregunta dirigida a una persona o pregunta dirigida al grupo. La pregunta directa a una persona puede tener muchas connotaciones. Puede ser una llamada de reproche a alguien que anda despistado, o un premio, ya que preguntemos a una persona que sabemos seguro que va a dar la respuesta correcta. A veces es una pregunta de ánimo, cuando la dirigimos a alguien que no destaca por su conocimiento del tema que tratamos, pero que sabemos que esta vez tiene la respuesta correcta. Cuando responda acertadamente tendremos la ocasión de sonreír y pronunciar una palabra de ánimo.
La pregunta dirigida al grupo permite que cualquiera responda, pero a veces solo responden los más participativos, con lo que puede llegar a un monopolio de las respuestas por parte de una minoría.
Reaccionar a las preguntas que los formandos le planteen
Las respuestas que usted obtiene a sus preguntas pueden ser correctas o incorrectas. Si son correctas, usted debe aprobarlas verbal y gestualmente. Si son correctas en parte, pero son incompletas, refuerce la parte correcta e intente que le complete la parte que no lo es. Si la persona interpelada lo consigue, acepte y apruebe; si no lo consigue, puede redirigir la pregunta al grupo o a una persona concreta.
Si la repuesta que usted obtiene es incorrecta, puede intentar repreguntar cambiando las palabras, de modo que sirva de ayuda para que la persona interpelada encuentre la respuesta correcta.
Reconducir convenientemente las respuestas que den a sus preguntas, y quizás convertirlas en nuevas preguntas
Existen tres posibles posturas cuando usted recibe una pregunta por parte de un miembro del grupo: responderla directamente; rebotarla sobre otro miembro del grupo; reformularla a la misma persona que le pregunta. También puede diferir la respuesta para otro momento.
Veamos en qué situaciones se puede emplear una u otras alternativas.
- Si es usted la única persona que puede responder a la pregunta, no lo dude, responda.
- Si hay otras personas en el grupo que pueden responderla, rebótela a la persona que usted sabe que tiene la respuesta correcta; será un reconocimiento a su capacidad.
- Si usted piensa que el que preguntó puede llegar por sí mismo a la respuesta, reformule la pregunta para facilitar que esta persona dé por sí misma la respuesta.
El diferir la respuesta puede obedecer a varias causas:
- No tenemos tiempo para abordar esta cuestión.
- El tema va a ser tratado más adelante.
- El tema interesa solo a una persona; en ese caso ofrézcase para responderla en otro momento, durante el descanso o al final de la sesión.
- Usted no tiene la seguridad de responder correctamente a la pregunta y quiere antes de responder estudiarse bien el tema.
El «arte de preguntar» se refiere a la habilidad de hacer preguntas significativas, relevantes y poderosas para obtener información, comprender mejor un tema, estimular el pensamiento crítico y fomentar el diálogo constructivo:
Escuchar Activamente:
- Comprensión Profunda: Escuchar con atención para formular preguntas basadas en la información recibida.
- Empatía: Hacer preguntas que demuestren interés genuino en la perspectiva del otro.
Claridad y Precisión:
- Formulación Clara: Plantear preguntas de manera clara y concisa para evitar confusiones.
- Estructura Adecuada: Utilizar estructuras de pregunta que promuevan respuestas detalladas, como preguntas abiertas.
Curiosidad y Pensamiento Crítico:
- Curiosidad: Ser curioso y explorar diferentes aspectos de un tema con preguntas relevantes.
- Estimular el Pensamiento: Formular preguntas que desafíen las suposiciones, promuevan nuevas ideas y enfoques.
Adaptabilidad:
- Flexibilidad: Ajustar las preguntas según el contexto, el interlocutor y el desarrollo de la conversación.
Preguntas Estratégicas:
- Preguntas Potentes: Hacer preguntas que estimulen la reflexión profunda y la discusión significativa.
- Secuencia Lógica: Planificar preguntas en una secuencia lógica para profundizar en un tema específico.
Fomentar el Diálogo:
- Diálogo Abierto: Utilizar preguntas para fomentar la comunicación abierta y respetuosa.
Aprender y Compartir:
- Aprendizaje Continuo: Utilizar preguntas para aprender de otros y expandir tus propios conocimientos.
- Compartir Conocimiento: Hacer preguntas que inviten a compartir experiencias y sabiduría.
Editorial Luis Bonilla. Expertos en enseñanza, formación a distancia, tutores cualificados y con variedad de cursos online.