El Afecto

Situaciones
Otro deber del nuevo líder es ser sensible ante determinadas situaciones y procesos cambiantes en el ámbito de las vivencias y convivencias de los grupos con los que trabaja. El afecto es un sentimiento que surge de la interacción social entre dos o más personas. Por lo general, se lo suele identificar con la emoción pero, en realidad, son fenómenos muy distintos aunque, sin duda, están relacionados entre sí. Podemos dar y recibir afecto. En cambio las emociones ni se dan ni se quitan, sólo se experimentan. Las emociones describen el estado de bienestar o no en el que nos encontramos.
A veces describimos nuestro estado emocional a través de expresiones tales como “siento una gran alegría en mi corazón”. Me parece que hay una diferencia fundamental entre emoción y afecto; la emoción es algo que se produce dentro de cada uno, mientras que el afecto fluye y se traslada de una persona a otra. Creo que el afecto puede acumularse; no en vano utilizamos, la expresión “cargar la batería”, justamente para mejorar nuestra predisposición y atender mejor a nuestros amigos, clientes, alumnos. Lo importante de almacenar una mayor capacidad de afecto es que podemos dar lo mejor de nosotros a todos aquellos que lo necesitan. La experiencia nos enseña que dar afecto requiere esfuerzo. A veces, no nos damos cuenta de este esfuerzo, más o menos intenso, que realizamos a diario.
Libertad
Respetar al otro en su libertad, felicitarlo por su propio esfuerzo y alentarlo a seguir, brindarle un regalo o simplemente un abrazo sincero, son acciones que requieren de un estar atentos, y todas ellas son formas distintas de proporcionar afecto. Sin dudas, el afecto está íntimamente ligado a las emociones, será por eso que siempre decimos: “me siento muy seguro” (emoción) o bien “me da mucha seguridad” (afecto). Generalmente designamos el afecto recibido por la emoción particular que nos produce. El afecto es esencial para todas las personas, es una necesidad que todos los seres humanos tenemos y que nos diferencia de otras especies. Esta necesidad se acentúa con mayor énfasis en ciertas circunstancias, por ejemplo, en la infancia y en situaciones de enfermedad.

Necesitamos no sólo la colaboración sino el afecto de otros, incluso, para sobrevivir. La necesidad de ayuda en lo social es también necesidad de afecto para lograr el bienestar. Dar afecto significa ayudar al otro, procurar su bienestar y su supervivencia. El afecto bien entendido nos ayuda a la retroalimentación y al crecimiento como personas de bien. La capacidad afectiva de cada persona depende de su capacidad de trabajar en beneficio de los demás (de forma no remunerada), aunque ésta sea limitada, porque depende directamente de la cantidad de recursos a que se tiene acceso y a la capacidad y voluntad para realizar trabajos en beneficios de los otros. Las señales afectivas expresan un amplio repertorio de conductas culturales, cuya función es garantizar la disponibilidad afectiva de quien las emite con respecto al receptor. Por ejemplo la sonrisa, el saludo cordial, son señales de aceptación y sirven para comprometer a quien las emite y constituyen una fuente de afecto potencial para el receptor.
Lideres sociales
Por su parte, los nuevos líderes sociales también necesitan el apoyo y el afecto de los liderados. Sin estas señales, no habrá garantías de un apoyo futuro. De allí, la importancia de las señales afectivas. Quien recibe una sonrisa franca y sincera experimenta una emoción positiva. No obstante, el hecho de emitir señales afectivas no asegura, en todos los casos, una cesión futura de afecto. Esta divergencia entre intención afectiva y capacidad afectiva real causa frecuentes y variados conflictos en las relaciones humanas. Creo que la finalidad del nuevo líder es garantizar la reciprocidad en el intercambio afectivo de los otros, aunque las relaciones sociales humanas sean enormemente complejas.

A pesar de los grandes avances de la sociedad moderna, seguimos necesitando afecto para vivir ya que creo que el mundo afectivo es una cuestión esencial en el hombre; tan esencial que no encuentro descripción alguna, seguramente por mis limitaciones y mi poco conocimiento. Hay realidades que nos tocan vivir y uno se siente impotente e incompleto, necesitado de los demás, de su reconocimiento, de su cariño, de su amor y de su manifestación. Una palabra de aliento, una sonrisa, un gesto cariñoso y un abrazo son indispensables para poder seguir adelante. Alcanzar la madurez afectiva es tarea de todos los días. El papel de la afectividad es un elemento fundamental en la formación de nuestra personalidad porque nos integra de una forma especial en nuestra relación con nosotros y con los demás. Creo que el mayor desafío de los nuevos líderes es devolver a los otros la confianza de creer en sí mismos como seres humanos, vivir y expresar lo que se siente verdaderamente, sin miedo a amar y ser amado.
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🌟 ¿Qué es el afecto?
El afecto es más que un sentimiento pasajero: es la energía emocional que conecta a las personas, da sentido a nuestras interacciones y crea vínculos que pueden ser nutritivos o destructivos.
Es la manera en que mostramos aprecio, cercanía, empatía y cuidado.
💌 Situaciones donde el afecto se pone en juego:
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En la familia
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El afecto familiar se expresa a través del apoyo emocional, la compasión, la protección.
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En los momentos de crisis o alegría, el afecto se vuelve un pegamento que nos une o un punto de quiebresi no está presente.
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En las relaciones de pareja
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El afecto aquí es fundamental para nutrir la confianza y la intimidad.
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Las pequeñas acciones afectivas cotidianas pueden mantener la relación sólida, mientras que la falta de afecto puede llevar a la desconexión.
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En el trabajo y liderazgo
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El afecto en un entorno profesional puede ser empático, como cuando un líder muestra interés genuino por el bienestar de su equipo.
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Pero también puede ser destruye vínculos si no se encuentra el balance adecuado entre profesionalismo y humanidad.
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En situaciones de conflicto
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El afecto puede ser un puente o una barrera. En momentos de desacuerdo, la falta de afecto puede intensificar la confrontación, mientras que el afecto genuino puede ser la clave para la resolución pacífica.
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En la amistad
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El afecto es la base que mantiene la amistad, sobre todo en momentos difíciles.
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Un gesto afectivo en la amistad cierra heridas y fortalece el lazo.
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En la comunidad
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El afecto en las relaciones colectivas crea un espacio de solidaridad, apoyo mutuo y compromiso social.
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En un mundo a veces desconectado, las acciones afectivas son esenciales para construir comunidades resilientes y saludables.
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🌿 El afecto como motor de transformación
El afecto tiene un poder transformador:
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Fortalece la autoestima, al recibir amor y reconocimiento.
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Promueve la cooperación, al generar empatía y confianza.
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Construye comunidades más fuertes, cuando hay un sentido de apoyo y pertenencia.
🔑 Situaciones clave donde el afecto puede cambiar el rumbo:
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Un líder que valida y cuida a su equipo: El afecto genera compromiso, lealtad y creatividad. Un líder afectivo tiene la capacidad de sacar lo mejor de las personas, haciendo que se sientan valiosas.
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En momentos de vulnerabilidad: Cuando las personas están atravesando una crisis, un gesto afectivo puede ser la diferencia entre caer en la desesperanza o sentir que no están solas. La presencia afectiva es un bálsamo para las heridas emocionales.
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Al sanar heridas del pasado: El afecto en una conversación sincera o en un acto de perdón puede reparar relaciones rotas y generar nuevos comienzos.