El acompañamiento tutorial
Clave de la pedagogía de la mediación
La pedagogía de la mediación es una perspectiva que se nutre de diversas corrientes pedagógicas, antropológicas y psicológicas, desde las cuales se enfatiza en los elementos y componentes que permiten elaborar el mapa cognitivo, como un proceso en el que se configuran distintos elementos; al integrarlos, se contribuye a la construcción de la mente humana, resultado de mediaciones e interacciones. Estos componentes son el contenido, la modalidad o el lenguaje, las operaciones mentales, las fases del acto mental, el nivel de complejidad, el nivel de abstracción y el nivel de eficacia (Tébar Belmonte, 2011). Tébar Belmonte, psicólogo y educador lasallista, asume que el centro del planteamiento de la pedagogía de la mediación está en el reconocimiento de una constelación de procesos en la construcción de la mente cuando se realiza la intervención educativa, mediados por criterios que pretenden avanzar en la autonomía, el desarrollo del pensamiento crítico y la búsqueda sistemática de opciones para aprender cada vez con mayores niveles de efectividad.
Algunos de los criterios de la mediación, tal vez los más importantes, de acuerdo con Tébar Belmonte (2009), son la intencionalidad, la reciprocidad y el significado. En consecuencia, se hace énfasis en que la planeación y la ejecución didáctica implican una reflexión rigurosa sobre la estructura del conocimiento que se pretende enseñar, así como también sobre los significados que puede tener para los estudiantes. La pedagogía de la mediación es un enfoque en el cual se consideran elementos teóricos y metodológicos para comprender con mayor profundidad el alcance del acompañamiento tutorial, como una expresión de los principios pedagógicos que se traducen en acciones didácticas concretas, orientadas hacia la interiorización de la responsabilidad en la construcción del conocimiento, cuyos sustratos de estructuración los constituyen los andamiajes articulados en torno a los procesos de pensamiento, las narrativas que de estos se derivan, las intenciones y las emociones, como fuentes que apalancan la creación del saber.
Planteamientos
En este sentido, aquí se asumen los planteamientos de Tébar Belmonte (2016), entre los cuales se destaca la relevancia del papel del profesor como un mediador que considera los estilos didácticos y los criterios de interacción, con énfasis en los procesos cognitivos y afectivos, que se relacionan con el paradigma de aprender a aprender, el desarrollo de la metacognición e insight. Por consiguiente, la pedagogía de la mediación también se puede concebir como un sistema explicativo de la enseñanza. En el caso del acompañamiento tutorial, concreta su acción a partir de una didáctica centrada en los procesos de pensamiento y en los componentes emocionales implicados en la tutoría como escenario de crecimiento mutuo en función del incremento de los repertorios afectivos e intelectivos mediados, por supuesto, por factores normativos e institucionales que facilitan el logro de los propósitos esperados en el desarrollo de procesos y productos derivados del acompañamiento tutorial en el ámbito doctoral.
La participación, el compromiso y el nivel de involucramiento tanto del tutor como de los tutorados son primordiales en el acompañamiento, entendido como una acción pedagógica de la mediación, lo cual supone resaltar el protagonismo del doctorando en la construcción de su propio conocimiento y aprendizaje, con altos grados de transferencia a diversos espacios de su vida académica y profesional. Asumir estos principios lleva a comprender el desarrollo de las competencias investigativas como una búsqueda permanente de acciones para superar el carácter instrumental y técnico que ha prevalecido en la concepción de los procesos de investigación doctoral y en sus productos, uno de los cuales es la tesis, para la que se realiza una síntesis creativa que no solo integra saberes disciplinares y metodológicos, sino también experienciales, en sintonía con procesos cognitivos y escriturales. El acompañamiento tutorial como mediación pedagógica se apoya en una idea que alude al desplazamiento desde una visión fragmentada, asistemática o, en ocasiones, solo administrativa y normativa, hacia una mucho más orgánica y vital que lo sitúa en la perspectiva de activar de modo integral un conjunto de estrategias para hacer conscientes a los estudiantes acerca de los procesos cognitivos y afectivos que constituyen la base de la construcción de una actitud científica, que es necesaria para la interacción en las sociedades de la información y del conocimiento.
Obsolescencia
En estas, la información se produce con avasallante rapidez y los criterios para valorar la obsolescencia de los saberes son cada vez más complejos. La actitud científica en el marco de la pedagogía de la mediación supone una actitud de interposición entre dos mundos: el de los doctorandos y el de los tutores. Además, se considera el conocimiento como una aproximación epistémica para “la construcción de una verdad que no es absoluta, pero que se erige como un referente para generar sentido a todo lo que hacemos” (Novoa Palacios, 2017, p. 29). Esta actitud reclama humildad para ubicarse lejos de aquellos que toman con arrogancia el conocimiento y dispone a asumir la vulnerabilidad del corazón y aceptar los alcances y límites de la razón. El diálogo, la corrección mutua, la solidaridad y la escucha activa constituyen una condición de posibilidad para seguir construyendo el saber pedagógico que emerge desde la propia experiencia del quehacer docente en la formación de tercer nivel.
A modo de conclusión La mirada pedagógica sobre el acompañamiento tutorial en la formación doctoral aporta elementos para comprender las maneras en que se conciben la formación y la coformación en los procesos de construcción del conocimiento científico de más alto nivel, objetivo central de los programas de doctorado. Esta búsqueda permanente y el compromiso con la ciencia y con la sociedad exigen fundamentos histórico-pedagógicos y precisión, además, de los elementos estructurales que conforman una pedagogía del acompañamiento tutorial en este ámbito. Los componentes son los procesos cognitivos de alto nivel, las competencias informacionales avanzadas y la formación teórica, epistemológica y metodológica.
Procesos cognitivos
En cuanto a los procesos cognitivos de alto nivel, no solo es importante mostrar el dominio de las técnicas básicas, como la observación, la comparación, la relación, el análisis y la síntesis, que actúan como catalizadoras de la producción de un conocimiento de calidad, sino también del razonamiento deductivo, inductivo y abductivo, para transitar hacia la síntesis creativa, que asegura integraciones de los saberes, producto de la aplicación de habilidades rigurosas y sistemáticas. Ante las competencias informacionales avanzadas, el acompañamiento tutorial debe potenciar su desarrollo y apropiación efectiva, porque se trata de fomentar procesos de interacción con información científica que certifique un dominio de alto nivel. Finalmente, la formación/forma teórica, epistemológica y metodológica es esencial para potenciar las propuestas de trabajo doctoral derivadas de las acciones del acompañamiento tutorial. Además de lo señalado, este acompañamiento en la formación doctoral se asume como una acción pedagógica mediada, que considera elementos psicológicos, cognitivos y afectivos que fundamentan la comprensión de los alcances e impacto de la instrucción desde las perspectivas de la construcción de trayectorias personales y académicas.
El acompañamiento tutorial es un proceso de apoyo y orientación personalizada que se brinda a un individuo, generalmente en un entorno educativo, para facilitar su aprendizaje, desarrollo y crecimiento integral:
- Apoyo Académico: El tutor ayuda al estudiante a comprender mejor los conceptos, a mejorar sus habilidades en áreas específicas y a superar dificultades académicas. Proporciona asistencia con las tareas, explica conceptos difíciles y ofrece orientación en el proceso de aprendizaje.
- Orientación Personal: Además del aspecto académico, el tutor puede estar presente para escuchar y brindar apoyo en situaciones personales que puedan afectar el rendimiento del estudiante. Puede ayudar a establecer metas, mejorar la gestión del tiempo y la organización.
- Desarrollo de Habilidades: El tutor puede trabajar en el desarrollo de habilidades específicas, como la resolución de problemas, la comunicación efectiva, el pensamiento crítico y la toma de decisiones, que son útiles tanto en el ámbito académico como en la vida cotidiana.
- Motivación y Empoderamiento: Fomenta la motivación intrínseca del estudiante, ayudándole a descubrir su potencial, a ganar confianza en sí mismo y a asumir la responsabilidad de su propio aprendizaje.
- Seguimiento y Evaluación: El tutor hace un seguimiento del progreso del estudiante, identifica áreas de mejora y adapta las estrategias de apoyo según las necesidades cambiantes.
- Escucha Activa y Empatía: El tutor practica la escucha activa para comprender las preocupaciones del estudiante, mostrando empatía y brindando un espacio seguro para que pueda expresar sus inquietudes.
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