Diseño de cuestionario

Diseño de cuestionario

Evaluación 

Always the beautiful answer who asks a more beautiful question.

Siempre espera una bella respuesta quien hace bellas preguntas.

A usted como formador le interesa recibir feedback del grado de satisfacción de los participantes con el curso que acaba de dar. Conocer los puntos fuertes de su curso es siempre un motivo de satisfacción, pero también lo es saber qué cosas no han acabado de gustar o no han sido bien entendidas o aceptadas, para no cometer el mismo error en cursos venideros. La mejor manera de poder cuantificar la satisfacción de los participantes es aplicar un buen cuestionario.

Si el curso está subvencionado, la empresa aplica un cuestionario de la Comisión Tripartita para la Formación, pero nada le impide a usted aplicar el suyo propio. Ahora bien, para no sobrecargar a los participantes con cuestionarios y más cuestionarios, procure que el suyo sea muy corto y fácil de responder.

Normas que deben seguir los cuestionarios2

El anonimato. Toda encuesta persigue conocer la verdad. Pero a veces las personas no nos dicen la verdad, o al menos no toda la verdad, por diversos motivos: temor a darse a conocer, no indisponerse con los jefes, etc. Por tanto, toda encuesta debe garantizar el anonimato, con medidas tales como:

  • No pedir que pongan el nombre, ni que firmen.
  • Huir al máximo de preguntas identificativas, tales como categoría profesional, sección en la que se trabaja, etc. Si se combinan las respuestas a tres o cuatro preguntas tales como edad, puesto que se ocupa, centro de trabajo y titulación, es casi seguro que identificaremos a la persona que contesta la encuesta, aunque no le pidamos que se identifique.
  • Evitar que sea necesario escribir algo de puño y letra. Los que contestan pueden pensar que, por la letra, van a ser identificados.

Si no se siguen estas normas, el resultado no puede ser otro que la abstención o el dar respuestas insinceras.3

La motivación. El porcentaje de personas que responden a las encuestas suele ser muy bajo, tanto que incluso puede ser poco representativo. Es, pues, muy conveniente informar oralmente, y también por escrito, en la propia encuesta, de las ventajas que van a obtener dando su opinión a las preguntas que en ella se plantean.

La técnica del embudo. Es conveniente empezar por preguntas muy sencillas y poco comprometedoras, para que quienes se pretende que contesten los cuestionarios se animen a hacerlo. Las preguntas fuertes deben colocarse hacia el final, cerrando la batería con una o dos preguntas suaves, para que no se queden con la impresión de que el cuestionario era muy comprometedor.

La brevedad. El cuestionario debe ser depurado para dejar las preguntas estrictamente necesarias. Las posibilidades de contestar un cuestionario disminuyen conforme aumenta la longitud de este.

La comunicación posterior. Cuando una persona contesta a un cuestionario desea conocer los resultados globales, por lo que es necesario informar a los encuestados sobre los resultados alcanzados, no dejando pasar demasiado tiempo entre la aplicación de la encuesta y la publicación de sus resultados.4

Se debe huir de:

Preguntas dobles. ¿Cuál es su opinión acerca de este curso y de su duración? Se puede opinar favorablemente de los cursos, pero

disentir de su duración, y si solo se puede dar una respuesta cerrada del tipo muy favorable/favorable/regular/mala/muy mala, resultará imposible explicar que es favorable respecto del programa, pero muy desfavorable respecto de la duración. Las preguntas dobles deben desagregarse en dos.

  • Preguntas en forma negativa: ¿No cree usted que sería conveniente que los cursos no se realicen en horas de trabajo? Puede surgir dudas acerca de qué significa contestar : que sí que creo que no se deben realizar en horas laborales, o que sí se deben llevar a cabo precisamente en horas de trabajo.
  • Preguntas con respuesta sugerida: ¿Acaso es usted de los que creen que la empresa debe pagar los estudios no relacionados con la propia actividad de la empresa? Esta redacción (¿acaso es usted de los que creen…?) sugiere una respuesta negativa.
  • Palabras oscuras. Debe huirse de palabras técnicas, rebuscadas, muy elevadas. El léxico debe ser comprensible para todo el mundo. Si fuera indispensable introducir palabras técnicas, debe aclararse su significado en la propia encuesta.

Tampoco se deben incluir siglas o acrónimos, salvo que sean conocidos por todos los participantes.

  • Interpretaciones dobles. ¿Qué opina usted de la competencia de nuestra empresa en la situación actual? No queda claro si nos referimos a la competencia en el sentido de empresas que operan en el mismo sector, o a la competencia como capacidad, habilidad.
  • Adverbios vagos. ¿Utiliza usted frecuentemente los servicios de nuestra biblioteca? ¿Qué es frecuentemente?, ¿todos los días?, ¿una vez por semana?, ¿una vez cada quince días?
  • Preguntas largas. Cuanto más larga sea una pregunta, más probable es que sea mal interpretada.
  • Usar moderadamente preguntas abiertas. Llamamos preguntas abiertas a aquellas que incluyen un espacio en blanco, o unas líneas para que el encuestado responda lo que crea oportuno. Preguntas cerradas son las que ya llevan incluidas las respuestas, y todo lo que hay que hacer es poner un aspa en una casilla. La ventaja de las

preguntas abiertas es que, al poderse expresar libremente, el encuestado da respuestas originales, que pueden ser de gran importancia desde el punto de vista cualitativo, pero que resulta imposible, o al menos muy difícil de cuantificar. En cambio, la tabulación y cuantificación de las preguntas cerradas es sencillísima.

Ojo con las preguntas fuertes. Se deben evitar, o al menos ser muy cuidadosos con las preguntas de carácter íntimo, hirientes para el individuo o el grupo, que impliquen críticas a ciertos grupos de la empresa, o que cuestionen derechos adquiridos. Además de inhibir a los encuestados, pueden provocar reacciones por parte de los sindicatos, u otros colectivos afectados.

Introduzca alguna pregunta clave. Por ejemplo, después de preguntar por diversos aspectos del curso, le vendrá bien introducir alguna pregunta de carácter global, algo así como: Cuál es su grado de satisfacción general con respecto al curso.

Buena presentación. Un cuestionario bien presentado predispone a contestarlo con gusto.

Atención al momento psicológico. Si aplica usted el cuestionario cuando estén fatigados, después de una larga conferencia, los resultados pueden ser más desfavorables que cuando se sienten eufóricos tras un ejercicio de grupo altamente motivador. Le voy a confesar una pequeña maldad: yo aplico los cuestionarios en la sesión final, una vez terminada la misma con un ejercicio divertido y tras proyectarles, por sorpresa, un movie en el que aparecen todos ellos, lo que siempre cosecha aplausos. Ya sé que los resultados en estas circunstancias están algo hinchados, pero mi cliente –el que me encargó el curso– no lo sabe. (L)

Tenemos por costumbre enviar siempre los resultados del cuestionario a nuestros clientes antes de una semana de terminado el curso. Como incluimos un apartado en el que preguntamos al grupo qué otros cursos les gustaría recibir, aprovechamos esta ocasión para ofrecerles estos mismos cursos. (L)

En no pocas ocasiones les enviamos no solo el resumen, sino hasta las respuestas originales de los participantes para que no crean que maquillamos los resultados en nuestro favor. Sin embargo, a veces no lo hacemos si tememos que las personas puedan ser identificadas, especialmente si los comentarios no son halagüeños para la empresa.

 

Diseñar un cuestionario de evaluación efectivo requiere atención a varios aspectos para obtener información valiosa y relevante:

Definición de Objetivos:

  • Identifica los Objetivos: Determina qué aspectos deseas evaluar: satisfacción, conocimientos adquiridos, percepciones, etc.

Estructura del Cuestionario:

  • Introducción Clara: Explica el propósito del cuestionario y su importancia para motivar a los participantes a completarlo.
  • Secciones Lógicas: Organiza preguntas por temas o áreas específicas para facilitar la comprensión.
  • Tipo de Preguntas: Incluye preguntas abiertas, cerradas, de escala de Likert, de opción múltiple, según la información que busques.

Redacción de Preguntas:

  • Claras y Precisas: Evita ambigüedades, utiliza términos sencillos y asegúrate de que las preguntas sean entendibles.
  • Equilibradas: Evita preguntas sesgadas o que sugieran respuestas.
  • Variedad: Mezcla distintos tipos de preguntas para obtener una visión completa y precisa.

Aspectos a Evaluar:

  • Satisfacción o Experiencia: Pregunta sobre la experiencia general o específica con el servicio, producto o curso.
  • Conocimientos Adquiridos: Evalúa si se han alcanzado los objetivos de aprendizaje.
  • Sugerencias y Mejoras: Incluye espacio para que los participantes ofrezcan sugerencias o comentarios.

Escalas de Valoración:

  • Escala de Likert: Utiliza escalas del tipo «Totalmente en desacuerdo» a «Totalmente de acuerdo» para medir opiniones.
  • Escala Numérica: Emplea escalas numéricas para medir frecuencia, satisfacción, etc.

Evaluación Posterior:

  • Prueba Piloto: Realiza pruebas con un grupo reducido para verificar la comprensión y efectividad del cuestionario.
  • Revisión Continua: Evalúa los resultados obtenidos para mejorar el cuestionario en futuras ocasiones.

Agradecimiento y Cierre:

  • Agradecimiento: Termina con un agradecimiento por la colaboración y la participación en la evaluación.

 

Editorial Luis Bonilla. Expertos en enseñanza, formación a distancia, tutores cualificados y con variedad de cursos online.

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