Cuide de la comodidad

Cuide de la comodidad

He perdido la comodidad de la ignorancia.

 

Una parte no pequeña del éxito de un curso o seminario depende del confort del que disfruten sus participantes. El curso mejor preparado puede fracasar porque en la sala hace demasiado frío o demasiado calor, o porque se escuchan ruidos de obras en la calle o en el mismo edificio. Por consiguiente, es necesario antes de impartir un curso comprobar que todo está en orden desde el punto de vista del confort.

Los puntos principales que hay que comprobar son los siguientes:

  1. Temperatura y humedad.
  2. Ruido.
  3. Iluminación.
  4. Mesas y sillas.
  5. Visibilidad.

 

a) Temperatura y humedad

La temperatura ideal para un curso se sitúa en torno a los 22° centígrados. Por encima de esa temperatura, se transpira y entra somnolencia, especialmente después de las comidas. Por debajo, las personas más frioleras lo pasan realmente mal, sin que se alivien suficientemente poniéndose más ropa encima, porque las zonas que más calor irradian (cabeza y pies) se enfrían e impiden concentrarse en el aprendizaje. En cuanto a la humedad, demasiada humedad acentúa la sensación térmica de calor o frío, pero la humedad escasa reseca los ojos, las mucosas de la nariz y la boca y producen una sensación de disconfort que también repercute sobre la atención y el aprendizaje. En torno a una humedad del 50% diríamos que nos encontramos en una zona óptima.

b) Ruido

En los hoteles no es infrecuente que las salas destinadas a la formación se encuentren cercanas a los comedores. El ruido de platos y cubiertos antes, durante y después de las comidas pueden perturbar nuestras sesiones. En otras ocasiones el ruido es debido al tráfico rodado cuando las salas de formación dan a la calle y no se han colocado ventanas con rotura térmica y acústica.

Por último, las obras dentro del propio edificio o en la vía pública pueden arruinar el mejor de los cursos. Por consiguiente, estas posibilidades deben ser controladas para evitar problemas.

c) Iluminación

Los participantes deben ser capaces de ver con claridad y distinguir lo que se escribe en el rotafolios o metaplán, así como poder leer sin problemas el material escrito. Siempre es posible poner luces adicionales.

En nuestras latitudes, sin embargo, el problema puede provenir de exceso de luminosidad en lugares iluminados por el sol. Las persianas y las cortinas solucionan este problema, aunque en alguna ocasión nos hemos visto forzados a empapelar una ventana con papel continuo para evitar la cegadora luminosidad del sol.

d) Mesas y sillas

Huya de los asientos duros, incómodos o con respaldo poco anatómico. Los peores son quizás esas sillas en las que te resbalas, o en las que te quedas pegado. Pero tampoco le recomiendo que use sillones. La excesiva comodidad no invita a la atención o al aprendizaje.

En cuanto a las mesas, lo importante es que se encuentren a la altura conveniente, que las patas no molesten a la persona que se sienta y que el espacio para cada persona sea lo suficientemente holgado para seguir las sesiones cómodamente.

e) Visibilidad

Usted debe poder mirar a todas las personas a los ojos, y ellos a usted. Así pues, cuando por cualquier causa (columna, respaldo de silla de otra persona, ángulo de la propia habitación, etc.) un participante no puede mirarle a usted a los ojos sin tener que hacer piruetas, inclinarse hacia un lado o estirar el cuello, no lo dude y ponga remedio a esta situación.

 

Editorial Luis Bonilla. Expertos en enseñanza, formación a distancia, tutores cualificados y con variedad de cursos online.

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