Cuándo decir que no

Formador independiente
You have to know how to accept rejection and reject acceptance.
Necesitas saber cómo aceptar el rechazo y cómo rechazar la aceptación. RAY BRADBURY
El formador independiente, hasta que está sólidamente instalado en el sistema, vive una vida azarosa semejante a la de los actores, por citar un ejemplo, que igual pueden conocer una etapa en la que se los rifan para hacer películas, como períodos en que parece que nadie se acuerda de ellos.
Es en esos momentos bajos cuando corren más peligro de recibir proposiciones que son pan para hoy y hambre para mañana, y que en consecuencia deberían rechazar. Pero cuando no se tiene trabajo a la vista, la tentación es demasiado fuerte y no hay manera de acertar, aunque se sepa que a la larga aquello nos va a perjudicar.
Además, decir que no es muy duro, porque si hoy rechazas a un cliente, es posible que nunca te vuelva a ofrecer nada.
Sin embargo, hay situaciones en las que el sentido común aconseja rehusar un ofrecimiento de trabajo:
- Cuando te ofrecen algo que no has hecho nunca, y que en el fondo piensas que no eres capaz de hacer. Es decir, cuando no te sientes preparado honestamente para asegurar que tu intervención va a ser un éxito. Puede que te ofrezcan algo que nunca has hecho, y que sin embargo te sientes capacitado para llevar a cabo; en este caso sí podrías aceptar, pero no cuando internamente pienses que no estás preparado para ello.
Cuando lo que te ofrecen está por debajo de tu nivel de ejecución
- habitual. Si te ofrecen un trabajillo de poca categoría lo más probable es que nunca te vuelvan a ofrecer de nivel superior.
- Cuando lo que te ofrecen te aparta de tu línea de trabajo, de especialización y de competencia. Si tu especialidad es la formación y te ofrecen un trabajo de selección de personal, esto significa que te estás apartando peligrosamente de tu línea de conducta.
- Cuando te paguen poco, con tal de que tengas trabajo suficiente para ir tirando a precio normal. Si aceptas trabajar por menos pensando que, bueno, todo ingreso es positivo, la consecuencia será que ya no te pagarán más que a precios de saldo.
- Cuando el que te lo ofrece ha tenido contigo o con otros formadores problemas en el pasado, cuando es mal pagador, cuando se sabe que ha explotado a sus colaboradores, etc. Este tipo de personas tiene que ser evitado.
- Cuando todo lo que le encarguen sea siempre el mismo tipo de trabajo o de curso. A base de repeticiones se perfeccionan los cursos, pero también crece el hastío del encargado de impartirlos. Ya sabe que los actores se quejan a veces de que los han encasillado en un tipo de papeles y que no les ofrecen otras cosas.
Hemos visto el cuándo rehusar. Ahora vamos a ver el cómo hacerlo.
Incluso cuando tengamos razones poderosas para rechazar un encargo a un cliente que nos dejó a deber mucho dinero o que tardó demasiado tiempo en abonar nuestras facturas, el rechazo debe hacerse educadamente.
- Usted puede decir la verdad, no acepta porque en el pasado la relación no ha sido feliz. Aunque es la forma más incómoda para usted, le garantiza que no le van a requerir en el futuro.
- Alternativamente usted puede dar una excusa: tengo mucho trabajo ahora; ahora me dedico a otra cosa…
- Si el cliente no es malo, pero lo que le ofrece esta vez a usted no le interesa, puede recomendarle a otro formador para hacer el trabajo: Me parece que Fulanito ahora se dedica a esto y parece que lo hace bien…, aunque debería usted hablar con Fulanito y explicarle lo que le van a ofrecer y por qué no ha aceptado usted.
En suma, si tiene que decir que no, haga como las damas cuando rechazan a un pretendiente, primero diga que le halaga que hayan pensado en usted, después diga claramente que no y, si quiere, explique su decisión con argumentos verdaderos o ficticios, pero siempre dígalo con estilo y evitando crearse un enemigo que no le perdonará por haberle rechazado.
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