Concepto

Necesidad  

Las dietas equilibradas son aquellas en que la ingestión de alimentos está ajustada a las necesidades individuales de nutrientes, es decir, de hidratos de carbono, proteínas, lípidos, minerales, vitaminas y agua.

El análisis de los alimentos por técnicas físicoquímicas, biológicas y microbiológicas permite conocer su composición y estimar su valor nutritivo, cuya recopilación en las tablas de composición de alimentos correspondientes es de gran utilidad y aplicación en nutrición y dietética. Los grupos básicos, o rueda de alimentos, y las listas de intercambio sirven también como elementos de referencia para la elaboración y confección de dietas.

Concepto 

En la confección de dietas equilibradas, los hidratos de carbono no pueden ser considerados nutrientes esenciales, ya que pueden obtenerse a partir de precursores presentes en la dieta; sin embargo, se considera conveniente la ingestión de al menos 125g/día, a partir fundamentalmente de cereales y derivados y también de legumbres, mientras que la leche, los productos lácteos, las frutas y las verduras representan una menor proporción. Las recomendaciones dietéticas vigentes estiman que el 50-60% del valor calórico de la dieta debe ser aportado por los glúcidos, preferentemente en forma de azúcares complejos o polisacáridos (40-50% de la enertgía) y el resto refinados (10-15% de la energía).

Las proteínas dietéticas deben ingerirse en cantidad y calidad ajustadas a las necesidades individuales, es decir, con una adecuada presencia de aminoácidos esenciales. La carne, el pescado, los huevos y la leche son fuentes de proteínas (15-22%) de alto valor biológico, mientras que los cereales y las leguminosas aportan también cantidades importantes de (10-30%), aunque de menor calidad al ser pobres en ciertos aminoácidos como la lisina y la metionina, considerados limitantes. Las recomendaciones dietéticas diarias de proteínas en el adulto están establecidas en 0,8-1,0 gramos/kg de peso y deben suponer entre el 10 y el 15% del valor calórico de la ración. 

Los lípidos de la dieta pueden encontrarse en forma visible (aceites, margarinas, etc) o invisible (leche, huevo, grasa intramuscular, etc), aconsejándose que el contenido en ácidos grasos sea: saturados (7-10%); monoinsaturados (10-15%) y poliinsaturados (8-10%), respecto del 30% del valor calórico que deben aportar estos nutrientes en una dieta equilibrada. El ácido linoleico y también el linolénico, en ocasiones, son considerados como esenciales y deben encontrarse en cantidades regulares (2-6% de la energía) en la ración diaria. 

El valor calórico de la dieta global debe ajustarse a las necesidades individuales para evitar problemas tanto de obesidad como de desnutrición energética. Las recomendaciones de agua deben adaptarse a las características de la dieta, la actividad desarrollada y las pérdidas por el riñón, el sudor, etcétera. En un individuo normal las recomendaciones de agua son del orden de 1ml/Kcal. Por último, las recomendaciones dietéticas de minerales y vitaminas, del orden de miligramos o microgramos por día, vienen reflejadas en distintas tablas elaboradas por diferentes organismos nacionales e internacionales en función de la edad, el sexo, situaciones de lactancia, embarazo, etc. 

En síntesis, los objetivos dietéticos de una dieta completa deben considerar la presencia de proteínas (aminoácidos esenciales y no esenciales), las características de los hidratos de carbono (polisacáridos, oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y fibra), la distribución de grasas de origen animal y vegetal (ácidos grasos saturados e insaturados, colesterol), el contenido en sales (macro y microminerales) y vitaminas (hidro y liposolubles), así como el valor calórico y el contenido hídrico aportado por los alimentos y las bebidas. Una dieta saludable puede obtenerse a través de la ingestión de alimentos variados entre los que no deben faltar leche y derivados lácteos, carnes y pescados, legumbres, huevos, frutas y verduras, cereales y pan, así como condimentos. 

Concepto

La deficiencia prolongada de un determinado nutriente conduce a su desaparición progresiva en los tejidos, posteriormente a alteraciones bioquímicas y  finalmente a manifestaciones clínicas, características de su defecto en la dieta. Por otra parte, ingestiones excesivas de uno o varios nutrientes pueden desarrollar situaciones de obesidad o toxicidad. 

Los hábitos alimentarios de una población dependen de una serie de factores como la disponibilidad de alimentos, las costumbres y tradiciones culinarias y gastronómicas, las modas y campañas publicitarias, así como también de los avances de las ciencias de los alimentos, que pueden afectar a la conducta del consumidor respecto a su alimentación. 

La preparación de dietas por medio de los grupos básicos de alimentos (leche, carne, cereales y verduras), además de emplear alimentos de diverso origen y naturaleza, asegura el suministro de todos los nutrientes en cantidades apropiadas para distintas necesidades y situaciones fisiológicas, con la excepción del aporte energético, a partir de la ingesta de raciones recomendadas para cada grupo de edad, sexo, actividad física y situación fisiopatológica. En la actualidad la elaboración de dietas está facilitada enormemente por el empleo de programas informáticos destinados al efecto. 

pastedGraphic.png

 

Editorial Luis Bonilla. Expertos en enseñanza, formación a distancia, tutores cualificados y con variedad de cursos online.

Compartir en facebook
Facebook
Compartir en twitter
Twitter
Compartir en linkedin
LinkedIn

Compártelo en redes

Utilizamos cookies para asegurar que damos la mejor experiencia al usuario en nuestra web. Si sigues utilizando este sitio asumimos que estás de acuerdo. VER