Comprometer

Comprometer

Los obstáculos también cuentan

 

El modelo de interacción tutorial que vamos siguiendo está claramente enfocado a activar la motivación personal del alumno para que se implique en un cambio deseable. La perspectiva de las ventajas a medio y a largo plazo frente a la posible incomodidad por el esfuerzo de renunciar a las ganancias secundarias que el alumno está obteniendo en el momento presente como resultado de su actual comportamiento poco deseable, junto con las evidencias –tomadas de su propia historia– de que la chica o el alumno poseen las capacidades necesarias para lograr el cambio, favorecen la movilización de sus recursos para la obtención de un objetivo deseable que es necesario concretar, especificar y asegurar. Por otra parte, es necesario contar de antemano con los inevitables obstáculos, reticencias y retrocesos que, con toda seguridad, se van a interponer en la consecución de las metas señaladas.

 

Como las quebradas, rocas desprendidas y demás incidencias, los obstáculos forman también parte del camino por lo que el hecho de contar con ellos de antemano será la mejor manera de prevenirlos. Por lo tanto, los obstáculos también deben ser considerados una parte del camino a recorrer y, por eso mismo, será necesario incluirlos en el guión que nos ayude a estructurar la entrevista con el alumno. Una vez clarificadas las razones para dejar atrás los caminos que llevarían al lugar errado y, en su lugar, emprender el viaje por la vía que conduce a la meta deseada, llega el momento de concretar el viaje en etapas abordables de manera realista, estableciendo objetivos mínimos concretos y alcanzables para que nuestro alumno o alumna se sientan animados a emprender el camino con la confianza de que van a seguir contando con nuestro apoyo a lo largo de las posteriores fases de seguimiento, que mantendremos con ellos hasta asegurarnos de que el objetivo principal está consolidado.

 

Dialogo

De esta manera, de lo que se trata es de favorecer un diálogo mediante el cual se consolide la confianza del alumno respecto al propio cambio. En esta fase final, orientada a asentar un compromiso concreto, la intervención de la tutora o del orientador podría adoptar un estilo semejante al que se propone a continuación:

• ¿Cómo podrías organizar el cambio?

• ¿Cuál sería el primer paso que podrías dar?

• ¿Qué obstáculos, qué inconvenientes piensas que te podrían surgir?

• ¿Qué vas a hacer cuando se te presente (obstáculo)?

• ¿Qué recursos tienes ahora? ¿En qué te puedes apoyar?

Es importante revisar los puntos fuertes del alumno o la alumna, sus éxitos anteriores, aunque se refieran a otros campos que nada tengan que ver con el objetivo que ahora se persigue, con tal de que tengan un carácter positivo y deseable. Por ejemplo, puede resultar muy conveniente trasvasar la capacidad de constancia para asistir a los entrenamientos semanales del equipo de fútbol al campo del estudio, la preparación de materias cada día y la realización regular de ejercicios de clase.

• ¿Qué cosas has conseguido ya?

• ¿Qué cualidades o fortalezas propias tuviste que poner en marcha para conseguirlo?

• ¿De qué manera podrías aplicar esas cualidades a las metas que estamos apuntando?

• ¿A qué valores estarás sirviendo cuando te pongas en marcha hacia esas metas?

 

Fallos y fracasos

De igual manera, será conveniente contar con los fallos y fracasos sufridos en el intento de alcanzar la meta. El tutor, la orientadora, para resultar motivadores de una manera efectiva deberán de ser muy cuidadosos para ayudar al alumno a reformular los fallos como intentos que es necesario ir ensayando hasta alcanzar la meta deseada. Para ello, habrá que recurrir a metáforas o ejemplos como, por ejemplo, las inevitables caídas para aprender a andar en bicicleta o el saltador de pértiga que no consigue superar el listón en los primeros intentos pero que continúa con sus entrenamientos hasta rebasar la altura deseada. En esta fase de asentamiento del compromiso, el material que vaya surgiendo a lo largo de la entrevista deberá ser elaborado hasta conseguir una imagen clara de la situación de cambio: los beneficios, los efectos positivos sobre el propio alumno, sobre su entorno, el sentimiento de satisfacción por ser el protagonista del propio cambio, las ganancias en todos los órdenes (materiales, de relación con los demás, del propio carácter) etc.

Comprometer

Para concluir la sesión, es conveniente hacer una recapitulación de todos los temas tratados, como una especie de resumen con el concluir para subrayar la iniciativa del propio alumno:

• ¿Qué crees que podías hacer?

• ¿Qué cambios estás pensando hacer?

• Después de revisar todo esto y teniendo en cuenta los posibles obstáculos, ¿cuál va a ser tu próximo paso?

• Parece que las cosas no deberían seguir como están. ¿Qué crees que deberías hacer?

• ¿Qué sería lo mejor de hacer algún cambio?

 

Concretar el compromiso Llegados a este punto y a la vista de los costes y beneficios, de los obstáculos y las fortalezas personales, es el momento de concretar el cambio en forma de acciones específicas de manera que, en todo momento, se pueda contar con una referencia clara sobre el punto del camino en el que se encuentra el alumno en cada momento así como para establecer posibles metas secundarias o estrategias alternativas para abordar algún obstáculo imprevisto o que despliegue una envergadura inesperada. En todo caso, lo pertinente en este momento es establecer con la alumna o el alumno un PLAN DE CAMBIO que suponga: 1. Establecer metas. Y asegurarse de que: – Las metas estén claramente definidas (p. ej.: estudiar media hora cada día; dejar la cartera preparada el día anterior para no llegar tarde a clase; centrarse en las explicaciones de clase, tomando notas, para evitar hablar con el compañero). – Sean realistas, que estén al alcance del alumno de acuerdo con sus posibilidades reales y que no pretendan un imposible (p. e.: alcanzar una calificación acorde con el nivel actual del alumno y no, necesariamente, un “sobresaliente”; incrementar el tiempo de estudio en algunos minutos mejor que estudiar “toda la tarde”).

 

Metas

El propio alumno las controla; asegurarse de que el logro de las metas depende de la alumna o alumno y de nadie más (p. ej.: “no hablar con el compañero durante la clase” en lugar de “no dejar que mi compañero hable conmigo”). – Forman parte de un marco más amplio (p. ej.: “aprobar las matemáticas – para salvar el curso para terminar la ESO – para acceder al ciclo formativo deseado – para obtener un trabajo interesante”). 2. Considerar las posibles opciones En función de todas las alternativas manejadas a lo largo de las sucesivas entrevistas y, tras considerar las ventajas e inconvenientes de cada alternativa, se debe determinar el escenario más adecuado para alcanzar la meta deseada con el menor coste para el alumno. Por ejemplo, para evitar el peligro de distracción que le podría suponer la proximidad del televisor, un chico podría decidir estudiar en la biblioteca o en alguna dependencia de la casa en la que no haya TV ni videoconsola. Del mismo modo, se podría considerar la posibilidad de un cambio de ubicación en el aula para facilitarle el propósito de no distraerse durante las clases con un compañero determinado. Diseñar el plan A la vista de las metas fijadas y una vez establecido el camino para alcanzarlas, es necesario asegurar algunos puntos concretos que ayuden al alumno a poner en marcha el plan, a seguirlo hasta la meta y a superar los obstáculos que le puedan surgir a lo largo del camino.

Comprometer

Por ejemplo, cómo establecer el momento de comenzar el tiempo de estudio (fijando una hora concreta, después de la merienda, etc.), en qué momento establecer un descanso y la duración del mismo, cómo reiniciar el trabajo, la manera de organizar las distintas materias (en función de su nivel de dificultad, comenzando por las más motivadoras para “calentar motores”) cómo volver al plan inicial cuando la alumna se dé cuenta de que no se está ajustando al plan establecido, etc. 4. Formular el compromiso Por último, se debería llegar a establecer con el alumno un compromiso concreto, materializado en una especie de contrato al que tanto el alumno como el tutor u orientador puedan recurrir para determinar si se están siguiendo los pasos fijados en el acuerdo o si es necesario establecer algún tipo de cambio para ajustarse al compromiso pactado. Veamos un posible ejemplo: PLAN DE CAMBIO Las razones por las que quiero cambiar son: Mis objetivos principales ahora mismo son: Lo que me propongo hacer para conseguir mis objetivos: Acción específica Cuándo Las ayudas que podría necesitar: Persona Modo concreto de ayuda Los obstáculos que podría esperar

 

 

Posible obstáculo

Cómo solucionarlo Sabré que mi plan está funcionando cuando vea los siguientes resultados: Por último, es necesario señalar que las distintas fases por las que transcurre una entrevista motivadora a lo largo del encuentro tutorial – desventajas de la situación inicial, ventajas del cambio, optimismo para cambiar y establecimiento de un compromiso– no se suceden una a la otra en un orden secuencial sino que el movimiento entre las distintas fases se parece más bien a la subida de la marea, que no tiene lugar en una progresión continua sino que se puede dar un avance seguido de una vuelta atrás para iniciar otro avance con un nuevo retroceso pero que ya no desciende hasta el nivel anterior sino que se asienta en un estadio más elevado, a la espera del siguiente movimiento de flujo y reflujo para seguir avanzando. Del mismo modo, en la entrevista con los alumnos será necesario seguir esa cadencia de ida y vuelta, desde la consideración de los inconvenientes y ventajas hasta el esbozo de objetivos para regresar, a continuación, a los inconvenientes de partida y, así, sucesivamente.

 

Por supuesto, la continuidad de los encuentros y el seguimiento de cada alumno es una función esencial del tutor u orientador. El alumno no se debe sentir “abandonado” en mitad del camino. La revisión de logros y tropiezos, el rediseño de estrategias, el hecho de señalarle al alumno lo que va haciendo bien, animarlo a que asuma un compromiso mayor, que ponga a prueba su propia capacidad de esfuerzo, es la esencia de la motivación que todo “guía” que se precie debe utilizar como herramienta principal.

 

Editorial Luis Bonilla. Expertos en enseñanza, formación a distancia, tutores cualificados y con variedad de cursos online.

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Compártelo en redes

Utilizamos cookies para asegurar que damos la mejor experiencia al usuario en nuestra web. Si sigues utilizando este sitio asumimos que estás de acuerdo. VER