¿CÓMO INFLUYE LA EDAD EN LA OCURRENCIA DE ESTAS CONDUCTAS?

¿CÓMO INFLUYE LA EDAD EN LA OCURRENCIA DE ESTAS CONDUCTAS?

ESTATUS SOCIAL 

 

El estatus social de los escolares catalogables como agresores suele ser alto: son alumnos que en los sociogramas reciben más elecciones y pocos rechazos de sus compañeros; en cambio, las víctimas, desde edades tempranas y llamados «blanditos», tienden a quedarse fuera de las fuentes de refuerzo social entre iguales. Ser «duro» en los años de Educación Primaria da estatus, credibilidad y poder. Ahora bien, esto es así mientras están cursando Primaria, hasta los 11 años. A partir de los 13-14 años hay cambios notables, empiezan a ser claramente ignorados por los demás o no les prestan atención a sus conductas de acoso, les censuran más sus tentativas y van quedando algo «marginados» por los demás compañeros. La mayoría opta por reducir notablemente su actividad acosadora, intuyendo que le acarrea soledad y marginación; como mucho permanecen aliados a otro compañero que le reía las burlas de antaño. Han entendido demasiado tarde que han venido usando la violencia como la manera más normal de ganarse el prestigio frente a los demás; sus actitudes desafiantes se han mantenido demasiado tiempo y ahora sufren cierto hastío social.

¿CÓMO INFLUYE LA EDAD EN LA OCURRENCIA DE ESTAS CONDUCTAS?

Así pues, la edad, como expresión de la madurez, es una variable de pronóstico favorable, los alumnos de 2º de ESO (13-14 años), en comparación con los de 1º de ESO (11-12), amenazan e intimidan menos a sus compañeros, cuidan más el material del centro, se roban en menor medida entre ellos, son más atentos con sus compañeros, más sinceros con sus profesores, cuidan un poco más su vocabulario y son algo más respetuosos con sus profesores (Sanabria, Villanueva y García, 2007). No hay que ignorar que hoy las conductas inadecuadas más frecuentes en los centros educativos están gozando de una mayor tolerancia por su reiterada observancia, lo que puede estar mermando su gravedad y, con ello, afectar a la valoración moral de las mismas (Tablas 1 y 2). Existen teorías explicativas para estos fenómenos.

 

Disonancia cognitiva 

Una de ellas es la disonancia cognitiva: se trata de una inclinación a pensar que como una conducta la llevan a cabo todos los miembros del grupo, se intuye su aprobación social y la vía libre para hacerla (Aragonés, Talayero y Moyano, 2003). Se corre el riesgo de convertir lo estadístico en normativo, ya ocurre con los insultos, por ejemplo. Pero no siempre la edad implica madurez y responsabilidad, algunos autores advierten que si los alumnos de Secundaria acosan menos que los de Primaria es porque desvían el acoso hacia otras formas más sutiles y sofisticas, buscando más el daño psicológico y moral que el físico (O’Moore y Minton, 2004; Oñate y Piñuel, 2005). Así pues, conocer este problema en toda su amplitud se hace necesario, ya que los escolares tienen derecho a ser educados en un clima acogedor y de respeto.

 

El estatus social se refiere a la posición o rango de una persona en una jerarquía social o estructura social. Esta posición se basa en diversos factores, como la riqueza, el poder, la ocupación, la educación, la clase social y otros elementos que determinan la posición relativa de un individuo en una sociedad dada. El estatus social puede influir en la forma en que una persona es percibida por otros y en las oportunidades y recursos a los que puede acceder.

Algunos aspectos clave relacionados con el estatus social incluyen:

  1. Clase Social: La pertenencia a una clase social específica puede ser un importante determinante del estatus social. Las clases sociales suelen estar vinculadas a factores económicos y determinan en gran medida el acceso a recursos y oportunidades.
  2. Educación: El nivel de educación de una persona puede influir en su estatus social. En muchas sociedades, las personas con niveles más altos de educación tienen más oportunidades laborales y pueden acceder a trabajos mejor remunerados.
  3. Ocupación: El tipo de trabajo que una persona desempeña también puede afectar su estatus social. Las ocupaciones de alto estatus suelen estar relacionadas con roles de liderazgo, alta remuneración y prestigio social.
  4. Ingresos y Riqueza: Los ingresos y la riqueza son indicadores importantes del estatus social. Las personas con ingresos más altos y una mayor acumulación de riqueza a menudo tienen un estatus social más elevado.
  5. Poder y Prestigio: La influencia y el poder en la sociedad, así como el prestigio social, pueden contribuir significativamente al estatus social de una persona. Aquellos que ocupan posiciones de liderazgo en política, negocios u otras esferas suelen tener un estatus social más alto.
  6. Identidad Cultural: La identidad cultural y étnica también puede influir en el estatus social. En algunas sociedades, ciertos grupos étnicos pueden enfrentar discriminación y desventajas que afectan su estatus social.
  7. Género: El género puede ser un factor que influye en el estatus social, ya que en muchas culturas existen diferencias en las oportunidades y expectativas para hombres y mujeres.

 

Editorial Luis Bonilla. Expertos en enseñanza, formación a distancia, tutores cualificados y con variedad de cursos online.

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