COACHING PARA DOCENTES (I y II) parte 9

COACHING PARA DOCENTES (I y II) parte 9

El desarrollo de habilidades en el aula

ESCUCHA ACTIVA

Saber escuchar y atender es una de las cualidades imprescindibles que debe poseer todo coach-profesor, y puede afectar, si no se tiene, a la motivación y confianza del alumno que pensará que no le hacemos caso, y a la capacidad del profesor en el desempeño de su trabajo, ya que la mayoría de las veces comprenderá al alumno erróneamente y elegirá una estrategia de actuación inadecuada.

La finalidad de escuchar consiste en comprender realmente el punto de vista de la otra persona, cómo interpreta la realidad, cuáles son sus pensamientos y sus emociones, y qué es aquello que le preocupa y le motiva, sus miedos y sus deseos.

Escuchar activamente, no sólo significa atender y analizar exhaustivamente los mensajes de tus alumnos, sino también hacerles ver que has comprendido perfectamente todo lo que te han querido transmitir.

Como decían O’Connor y Lages en su libro Coaching con PNL, “escuchar parece algo sencillo. Sin embargo, prestar verdaderamente atención a tu cliente y escucharle con atención sin que medie juicio, interpretación o distorsión, constituye una experiencia en verdad muy profunda” .

Estos autores hablaban de cuatro niveles de escucha:

• Oir: el nivel más superficial y por lo tanto, inadecuado para la práctica de la docencia ya que en él sólo percibimos las ondas sonoras del mensaje del alumno pero hacemos caso omiso al contenido.

• Escuchar a: el segundo nivel, aún insuficiente para ejercer como buenos coaches-profesores porque aunque en este nivel empiezas a atender al contenido del mensaje lo haces desde tu punto de vista, desde tu experiencia y no desde la visión de tu alumno.

• Escuchar para: el tercer nivel, cercano a una buena escucha pero sin llegar a conseguirlo, porque el profesor sigue manteniendo un diálogo interno ante el mensaje de su alumno.

 

Coaching para docentes

COACHING PARA DOCENTES (I y II) parte 9

• La escucha consciente o activa, el cuarto y último nivel, donde el docente analiza profundamente las palabras de su alumno con un mínimo de juicio.

Resumiendo, podemos decir que para practicar una escucha activa de calidad, debemos tener el mínimo diálogo interno, rebajar la tensión muscular y relajarse lo máximo posible para facilitar la atención a tu alumno y ampliar el campo de visión para que tu mente esté más abierta y receptiva.

La escucha activa no es una capacidad innata para todo el mundo y necesita de aprendizaje y práctica continua. En este sentido, si queremos desarrollarla de manera efectiva debemos evitar las siguientes situaciones:

– Llevar la contraria, aconsejar, dar soluciones, querer dar una clase magistral o hacer un sermón.

– Desviar la conversación, cambiar de tema o de idea.

– Pensar sólo en lo que vamos a decir, sin estar atento a las palabras del alumno que tenemos delante.

– Creerse capaz de anticipar lo que dirá el alumno.

– Entornos físicos muy ruidosos (teléfonos, otras conversaciones de otras personas y distracciones de fondo).

– Soñar despierto y pensar en cualquier otra cosa que no venga al caso.

– Interrumpir al alumno cuando habla.

– Reconfortar o consolar al alumno cuando exprese sus sentimientos. En este caso es mejor dejarle expresar todas sus emociones y no caer en un paternalismo poco eficiente.

– Emplear un lenguaje con gran carga emocional ya que el lenguaje emotivo puede generar una respuesta igual en el alumno.

– Emplear el humor inadecuadamente (falta de empatía).

El error más habitual es querer hablar primero y expresar nuestro punto de vista a toda costa, de ahí que nos concentremos únicamente sobre la idea que queremos transmitir, y no sobre lo que nos están diciendo. Esta forma de distraerse perjudica seriamente la comunicación.

Para escuchar bien es importante olvidarse de nuestros problemas, deseos y objetivos personales y, por contra, mostrarse más dispuesto y atento hacia los demás.

De esta manera, se puede establecer una guía que recoja los puntos más importantes para mejorar tu escucha activa:

1. Prepárate a conciencia: estudia las relaciones humanas, autoanalízate, analiza a los demás, etc.

2. Evita pensar en otra cosa que no sea lo que te intenta decir tu alumno.

3. Motívate para estar lo más atento posible hacia los demás.

4. Haz gala de tu empatía: demuestra interés y curiosidad por el otro.

5. Ayuda a crear un clima agradable y de confianza con la persona que te habla para que ésta se sienta cómoda y se considere importante.

6. Escucha con todo tu cuerpo, no sólo con las orejas.

7. No intentes interpretar las palabras de tu alumno de inmediato, dale tiempo y escucha hasta el final.

8. Mantén una actitud mental positiva y busca los puntos de convergencia (palabras y frases positivas).

9. Adopta una actitud objetiva y constructiva.

10. Trata de analizar todo lo que te está diciendo e incluso aquello que percibes que no te dice.

11. Escucha la última frase y hasta la última palabra porque a menudo resumen las expectativas del alumno.

12. Dale feedback para que sepa que lo estás entendiendo.

13. Toma notas discretamente. Te ayudarán a recordar los temas que habéis tratado.

14. No interrumpas su argumentación, espera al final.

15. El silencio comunica. Tienes que saber gestionarlo, tanto el tuyo como el de tu alumno. El silencio es oro.

16. Sé capaz de encontrar el cuerpo principal del mensaje.

17. Evita etiquetar, enjuiciar o evaluar hasta haber oído toda la conversación.

18. Diga lo que diga, mantente sereno hasta el término de la exposición.

19. Proporciona mensajes claros para demostrar que lo estás escuchando. (Sí, ajá, sigue, cuéntame más sobre….).

20. Cuando finalice la conversación, resume siempre los puntos clave de la misma y pregunta al alumno si está de acuerdo con tu interpretación.

 

La escucha activa es una habilidad de comunicación crucial que implica prestar atención completa y consciente a lo que alguien está diciendo, procesar esa información, comprenderla y luego responder de manera reflexiva. La escucha activa es esencial en situaciones de conversación y comunicación interpersonal, ya que demuestra respeto, empatía y un deseo genuino de comprender a la otra persona. Aquí hay algunas características y técnicas clave de la escucha activa:

Características de la escucha activa:

  1. Atención plena: La escucha activa requiere que te concentres completamente en la persona que está hablando. Elimina las distracciones y muestra que estás presente en el momento.
  2. Contacto visual: Mantén el contacto visual con la persona que habla para demostrar que estás interesado y comprometido en la conversación.
  3. Lenguaje corporal abierto: Adopta una postura abierta y receptiva, como inclinarte hacia adelante ligeramente y mantener una postura relajada, para mostrar que estás disponible y dispuesto a escuchar.
  4. No interrupción: Evita interrumpir a la persona mientras habla. Deja que termine sus pensamientos antes de responder.
  5. Asentir y mostrar entendimiento: Utiliza gestos como asentir con la cabeza o expresiones faciales que muestren que estás entendiendo y siguiendo lo que se dice.
  6. Reflexión: Haz preguntas de seguimiento o comentarios que reflejen lo que has entendido hasta el momento. Esto muestra que estás comprometido en comprender completamente el mensaje.

Técnicas de escucha activa:

  1. Paráfrasis: Repite las palabras o ideas clave que ha expresado la persona para confirmar tu comprensión y demostrar que estás escuchando atentamente.
  2. Preguntas de aclaración: Haz preguntas para aclarar cualquier punto que no esté claro o que requiera más detalles. Esto muestra un deseo de comprender a fondo.
  3. Empatía: Intenta entender las emociones subyacentes en lo que se dice. Puedes expresar empatía diciendo cosas como «Parece que te sientes frustrado/a por esta situación».
  4. Silencio reflexivo: A veces, dar espacio para que la persona hable y reflexione puede ser una forma poderosa de escucha activa. No sientas la necesidad de llenar cada silencio con una respuesta.
  5. Resumen: Después de que la persona termine de hablar, resumir sus puntos principales puede ayudar a consolidar la comprensión mutua y proporcionar una base para continuar la conversación.

Beneficios de la escucha activa:

  • Fomenta una comunicación efectiva y una comprensión mutua más profunda.
  • Ayuda a construir relaciones sólidas y fortalece la confianza entre las personas.
  • Facilita la resolución de conflictos al permitir que las partes se sientan escuchadas y comprendidas.
  • Promueve un ambiente de aprendizaje y colaboración en el entorno laboral y académico.
  • Mejora la toma de decisiones informadas al garantizar que todas las perspectivas sean consideradas.

La escucha activa es una habilidad valiosa que puede mejorar tus relaciones personales y profesionales, así como tu capacidad para comunicarte de manera efectiva con los demás. Practicar la escucha activa requiere tiempo y esfuerzo, pero los beneficios son significativos.

 

Editorial Luis Bonilla. Expertos en enseñanza, formación a distancia, tutores cualificados y con variedad de cursos online.

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