COACHING PARA DOCENTES (I y II) parte 13

COACHING PARA DOCENTES (I y II) parte 13

El desarrollo de habilidades en el aula

PREGUNTAS

Como dijimos anteriormente, el coaching se basa en los postulados de la filosofía socrática, donde dominar el arte de preguntar se convierte en tarea vital para poder desempeñar esta disciplina. Tal como hemos expuesto anteriormente, este método consiste en hacer una serie de preguntas al alumno acerca de una cuestión hasta que éste descubra por sí mismo la respuesta, en vez de que sea el propio profesor el que se la diga.

Un excelente docente debe saber hacer preguntas apropiadas y acertadas en el momento justo y en el contexto adecuado, ya sea en el aula o fuera de ésta. El tipo de pregunta que se plantee influirá en el tipo de respuesta que se obtenga.

Mientras que de una buena pregunta puede resultar una buena respuesta, la respuesta a una mala pregunta siempre será mala.

Saber preguntar quiere decir no preguntar nada al alumno, sin que puedas justificar por qué se ha demandado esa información concreta, en ese preciso momento.

 

Información

COACHING PARA DOCENTES (I y II) parte 13

Como dice Roji Menchaca, “saber preguntar implica que al formular una pregunta concreta, se han tenido en cuenta las siguientes consideraciones:

• Las preguntas dirigidas personalmente al sujeto, empleando el vocablo tú, Vd o llamándolo por su nombre, tienden a generar respuestas más fiables que si la pregunta se formula de forma abstracta.

• Un efecto semejante tienen las formulaciones en afirmativo respecto a los enunciados negativos. (…)

• El enunciado de una pregunta debe evitar sugerir la respuesta. (…)

• El enunciado de una pregunta no debe contener alternativas cerradas de tipo disyuntivo (o..o..) ni categorías que conlleven una implicación.

• Las preguntas deben enunciarse de tal manera que su respuesta no haya de ser obligatoriamente prolija. En caso de que la información que busca el entrevistador sea extensa o compleja, es conveniente que formule varias preguntas escalonadamente, recurriendo a varias interrogaciones independientes entre sí.(…)

• El enunciado de una pregunta no debe ser ni tan específico que pueda dar lugar a una respuesta irrelevante, ni tan general que promueva una respuesta estereotipada.

• Conviene prestar especial atención al marco de referencia implicado por el enunciado de una pregunta, de forma que éste quede explicitado e integrado en su formulación y no haya de ser inferido por el cliente.

• La estructura sintáctica y la selección léxica del enunciado de una pregunta deben realizarse buscando preferentemente la sencillez y la claridad, eligiendo por ejemplo, voces activas en lugar de pasivas y cuidando las implicaciones emocionales de los términos elegidos”. 15

Las preguntas sirven para muchas cosas. Pueden servir para que el profesor recabe información y se haga una idea de la situación, para que profundice en las ideas y sentimientos de sus alumnos, en una palabra para que los conozca mejor y averigüe qué quieren, por qué lo quieren y qué les impide alcanzarlo, y para explorar las creencias y los valores de cada uno de ellos y de cómo afectan al desarrollo de la clase.

Una de las mejores cualidades que tienen las preguntas es que no puedes dejar de responderlas, y además la mayoría te obligan a reflexionar sobre tu existencia.

Parte del arte de formular preguntas poderosas consiste en introducir las presuposiciones más potenciadoras y beneficiosas posibles para el interlocutor.

Estas presuposiciones no son más que suposiciones que tienen que ser 15 Roji Menchaca, Mª Begoña: La entrevista terapéutica: comunicación e interacción en psicoterapia. aceptadas como válidas por el interlocutor antes de emitir la respuesta.

Muchas personas formulan preguntas con presuposiciones inútiles o perjudiciales.

Por ejemplo, cuando el profesor pregunta al alumno, ¿qué es lo que esperas de esta clase?, presupone que el alumno espera algo. Éste puede responder con los objetivos que se ha marcado para esa asignatura o decir que no lo sabe. Ambas respuestas implican que el alumno ha aceptado la presuposición. Como alternativa el alumno podría contestar, “no espero nada”, lo cual responde a la pregunta de modo distinto, puesto que rechaza la presuposición implícita en ella. También podría cuestionar la propia presuposición preguntando, ¿qué te hace pensar que espero algo?.

Ante un problema en clase, la pregunta por parte del profesor: ¿quién ha sido el culpable?, tiene dos presuposiciones, la primera, que existe la culpa y la segunda, que hay alguien a quien se le debe atribuir.

 

«Saber preguntar» es una habilidad valiosa en la comunicación y el aprendizaje. Saber hacer preguntas efectivas no solo implica la capacidad de formular preguntas, sino también de seleccionar el tipo correcto de pregunta en el momento adecuado. Aquí tienes algunos consejos para mejorar tu habilidad para hacer preguntas:

  1. Escucha atentamente: Antes de hacer una pregunta, escucha activamente a la otra persona. Esto te ayudará a comprender mejor el contexto y a formular preguntas relevantes.
  2. Clara y concisa: Formula tus preguntas de manera clara y concisa para que sean fáciles de entender. Evita preguntas ambiguas o confusas.
  3. Abiertas vs. Cerradas: Considera si necesitas una pregunta abierta (que invite a respuestas más detalladas) o una pregunta cerrada (que obtenga una respuesta simple, como «sí» o «no»). Elige el tipo adecuado según tu objetivo.
  4. Secuencia lógica: En conversaciones estructuradas, plantea preguntas en una secuencia lógica para profundizar en el tema de manera gradual.
  5. Contexto: Asegúrate de que la pregunta esté relacionada con el tema en discusión y el contexto. Proporciona información adicional si es necesario para aclarar la pregunta.
  6. Evita preguntas trampa: Evita hacer preguntas con la intención de atrapar o hacer que la otra persona se sienta incómoda. En lugar de eso, busca preguntas que fomenten la comprensión mutua.
  7. Sé consciente del tono y la expresión facial: El tono de voz y la expresión facial pueden influir en cómo se percibe una pregunta. Mantén un tono respetuoso y abierto.
  8. Escucha las respuestas: Después de hacer una pregunta, escucha con atención las respuestas. No interrumpas y considera si necesitas hacer preguntas de seguimiento para obtener más información.
  9. Usa «por qué,» «cómo» y «qué»: Estas palabras son útiles para formular preguntas abiertas que fomentan la reflexión y la explicación más detallada.
  10. Adapta tu enfoque: Ajusta tu enfoque según la situación y la relación con la persona. En algunas conversaciones, puedes hacer preguntas más personales, mientras que en otras, es mejor mantener un enfoque más profesional.
  11. Preguntas de sondeo: Utiliza preguntas de sondeo para evaluar el conocimiento o la comprensión de alguien sobre un tema. Esto puede ayudarte a adaptar tu comunicación en consecuencia.
  12. Preguntas empáticas: En situaciones delicadas, muestra empatía al hacer preguntas. Puedes preguntar cómo se siente alguien o qué necesita para ofrecer apoyo.
  13. Practica: La práctica es clave para mejorar tus habilidades para hacer preguntas. Practica en conversaciones cotidianas y considera la retroalimentación de otras personas.
  14. Aprende de otros: Observa cómo otros hacen preguntas de manera efectiva. Puedes aprender mucho al prestar atención a cómo los buenos comunicadores formulan sus preguntas.

Recuerda que hacer preguntas no solo es una forma de obtener información, sino también de fomentar la conversación, la comprensión mutua y el aprendizaje. Una buena pregunta puede abrir puertas a nuevas ideas y perspectivas.

 

Editorial Luis Bonilla. Expertos en enseñanza, formación a distancia, tutores cualificados y con variedad de cursos online.

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