Agente de Cambio
Proyecto personal
Un buen líder es aquel que no se conforma, que no acepta que la sociedad le diga qué hacer y cómo actuar. Busca el cambio y es capaz de soñar con un futuro mejor a partir de sus ideales. Comprende la realidad que lo rodea y a partir de ella edifica propuestas factibles para poder modificarla. Tiene objetivos de vida claros que fortalecen su visión y definen su accionar, porque sólo en la acción se realiza como hombre. Un líder es optimista, porque sólo así puede creer en la factibilidad del cambio. Y flexible, para adaptarse a las variaciones permanentes que sufre la realidad. Pero especialmente, debe comprender el mundo como un todo. Las visiones parciales o sectoriales deforman la perspectiva y afectan los resultados de las acciones. No podemos pensar que cuidando nuestro jardín estamos salvando la naturaleza.
Podremos sentirnos mejor, pero sólo si actuamos pensando en el ser humano como parte del Universo lograremos cambios que se consoliden y lleguen hasta lo más profundo de las personas. Otro requisito del líder es tener visión estratégica, que proyecte el accionar en el tiempo, única manera de adaptarse a la velocidad de los cambios. Debe poder anticipar y prevenir las transformaciones, y encontrar respuestas coherentes con el proyecto de vida. La determinación es otro valor importante en el carácter de un líder, ya que deberá trabajar fuertemente para concretar sus objetivos, poniendo el alma y el cuerpo, sin desfallecer ante las adversidades. Debe ser sincero consigo mismo, sin mentirse para disimular fracasos ni acrecentar los éxitos. Por último, es fundamental desarrollar la capacidad de diálogo y comunicación con las personas que lo acompañan, para que cuando surja la necesidad de un cambio, se puedan afirmar los valores en conexión, no en aislamiento.
Lider
Y ahora sí, para terminar, me gustaría contarles la vida de un líder del siglo XVI, Ignacio de Loyola, reconocido en la historia como un poderoso agente de cambio. Nacido noble, su destino natural parecía la milicia. Herido en combate, casi pierde una pierna. Durante su convalecencia, siente que está desperdiciando la vida, por lo que decide dedicarla al servicio de Dios. Marcha a París a estudiar Teología en La Sorbona. Allí conoce a quienes con el tiempo fueron sus compañeros de Orden. Después de graduarse, viaja a Roma donde se ordenará como sacerdote y creará la Compañía de Jesús.
Hombre de físico menudo y gran determinación, forjó su ideal dentro de los principios fundamentales del Catolicismo y luchó por ellos enfrentando, incluso, a la Inquisición. Sus valores le permitieron ser el artífice principal de la Contrarreforma, movimiento que renovó a la Iglesia para enfrentar la reforma de Lutero. Su visión realista lo llevó a fundar la Nueva Orden bajo principios innovadores, que incluían la condición de contar con una educación de posgrado, no aceptar cargos jerárquicos en la Iglesia, trabajar en equipo para desarrollar los planes de expansión y autonomía de cada Misión. Esta organización, que empezó con apenas cuatro discípulos, en diez años se difundió por todo el mundo, incluso por China y Japón, con un esquema organizativo innovador y efectivo, tanto, que doscientos años después, la misma Iglesia y los reyes de España tomaron medidas para limitar su poder e influencia en América.
Coordinación
Loyola fue capaz de crear en esa época una organización global coordinada por correspondencia, dirigida por menos de diez hombres, basada en la educación, la moral individual, la ética social y el desarrollo comunitario. Su peso político fue tal, que desde entonces al superior de la Compañía se lo llama “el Papa Negro”.
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