¿QUÉ REPERCUSIÓN EMOCIONAL PROVOCA LA PRESIÓN?

RELACIONES
La repercusión emocional en las relaciones entre iguales es muy importante, tanto es así que configura nuestra identidad y valía. Sabemos que la autoestima se desarrolla a partir de las respuestas que percibimos de los demás, esto da pie a la creación de la metáfora del espejo, al considerar el conocimiento de sí mismo como una especie de reflejo de cómo somos vistos por los demás. Shrauger y Schoeneman (1999) confirmaron que lo que realmente influye en la autopercepción, no es la percepción real que los demás tienen de nosotros, sino la percepción que el sujeto cree o se imagina que los demás tienen de él. Cuando somos conscientes de que tendríamos que hacer ciertas cosas porque es lo que los demás esperan de nosotros y sin embargo no lo hacemos, se experimenta una ligera inquietud emocional, ya que nuestro actuar es dirigido por las expectativas de los demás, dejando a un lado nuestros deseos. Esa inquietud puede llegar a convertirse en un desasosiego inquietante.

Díaz Aguado (1996) señala que los chicos con problemas de integración tienen más dificultades para anticipar las consecuencias indeseables de sus propias conductas y, por tanto, no las tienen muy en cuenta porque les importa mucho más los refuerzos y halagos que pueden recibir de los demás por las conductas inadaptadas y antisociales que realicen. Cuando un adolescente tiene problemas de integración puede tener la sensación de que da más de lo que recibe y su balanza emocional está descompensada, pues ha dejado en un segundo plano sus sentimientos en un afán de complacer a los demás. Se crea una barrera que impide que sus necesidades emocionales sean satisfechas, y tarde o temprano empezarán a surgir indicios de insatisfacción, malhumor, disgusto o rabia. Por otra parte, el equilibrio emocional de un individuo respecto al grupo no podrá ser nunca reivindicado, pues no se puede exigir de los demás afecto y aceptación, de manera que la solución es seguir cediendo. Una de las razones de esa condescendencia es tener la sensación de que forma parte del proceso de integración en el grupo y se asume como un peaje en pro de la aceptación de los demás. La popularidad es señal inequívoca de integración.
Grupo
A los adolescentes les preocupa mucho sentirse aislados del grupo, pues el aislamiento te marca y con la popularidad la integración está garantizada. La integración reporta gran satisfacción, el individuo se siente parte del grupo y sus necesidades gregarias están satisfechas; pero, ¿qué pasa cuando el individuo percibe poca popularidad o aceptación? Además de la insatisfacción y el malestar emocional, o quizá por ello, se produce un desplazamiento del «centro de decisión» que pasaría de tener un carácter interno y singular, como debería ser, a ser externo y grupal.

El individuo actúa buscando caer bien a los demás y menos por iniciativa propia, las «demandas» percibidas del grupo condicionan sus decisiones y conductas, la opinión de los demás vendría a tener una significativa influencia en la propia y el individuo estaría a merced de exigencias de otros. El «locus control», es decir, el centro de decisión donde el individuo sopesa los pros y contras sobre la conducta a realizar, dejaría de ser de claro dominio interno y personal para ceder a favor de un control externo y grupal (McCusker, 2001).
La presión puede tener diversas repercusiones emocionales en las personas, y estas pueden variar dependiendo de la situación y la manera en que cada individuo la experimenta. Algunas de las repercusiones emocionales comunes de la presión incluyen:
- Estrés: La presión puede generar estrés, lo que a su vez puede desencadenar síntomas físicos y emocionales, como tensión muscular, insomnio, irritabilidad y ansiedad.
- Ansiedad: Las situaciones de alta presión suelen provocar ansiedad, que puede manifestarse en forma de preocupación constante, miedo o incluso ataques de pánico.
- Inseguridad: La presión puede hacer que las personas se sientan inseguras acerca de su capacidad para enfrentar desafíos o tomar decisiones adecuadas.
- Frustración: Las personas pueden sentirse frustradas cuando sienten que no pueden cumplir con las expectativas o superar la presión que enfrentan.
- Irritabilidad: La presión puede hacer que las personas se vuelvan más irritables y reactivas ante situaciones cotidianas.
- Depresión: En casos extremos o cuando la presión es sostenida en el tiempo, puede llevar a la depresión, lo que incluye síntomas como tristeza profunda, falta de energía y pérdida de interés en las actividades cotidianas.
- Autoexigencia: Algunas personas se imponen altos estándares y se exigen demasiado a sí mismas, lo que puede aumentar la presión y generar sentimientos de culpa y autocrítica.
- Pérdida de confianza: La presión constante puede minar la confianza en uno mismo, lo que dificulta la toma de decisiones y la ejecución de tareas.
- Repercusiones físicas: Además de las respuestas emocionales, la presión también puede manifestarse en el cuerpo a través de síntomas físicos, como dolores de cabeza, trastornos gastrointestinales y palpitaciones cardíacas.
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1. Efectos emocionales de la presión
📌 Estrés y ansiedad
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Sentimiento de estar sobrecargado o de no poder cumplir expectativas.
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Puede generar insomnio, irritabilidad y dificultad para concentrarse.
📌 Inseguridad y miedo al fracaso
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Se teme no estar a la altura de lo que los demás esperan.
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Puede provocar evitación de desafíos por miedo al error.
📌 Frustración y baja autoestima
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Si no se cumplen las expectativas impuestas, puede aparecer la sensación de fracaso.
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La autoconfianza se ve afectada, generando dudas constantes sobre el propio valor.
📌 Desmotivación y agotamiento emocional
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Cuando la presión es constante, se pierde el interés por las actividades.
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Puede llevar al burnout o agotamiento extremo.
2. Impacto en las relaciones interpersonales
🔹 Mayor irritabilidad y conflictos
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La tensión acumulada puede hacer que la persona reaccione de manera agresiva o impaciente con los demás.
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Las discusiones pueden volverse más frecuentes en casa, el trabajo o con amigos.
🔹 Aislamiento social
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La presión puede llevar a evitar interacciones para no sentirse juzgado o criticado.
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Se reduce la comunicación con el entorno cercano.
🔹 Dependencia emocional o necesidad de aprobación
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Algunas personas buscan constantemente la validación de otros para sentirse seguras.
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Esto puede generar relaciones poco saludables basadas en la necesidad de aceptación.
🔹 Dificultad para expresar emociones
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Se puede reprimir lo que realmente se siente para no mostrar vulnerabilidad.
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Esto genera distancia emocional con las personas cercanas.
3. ¿Cómo gestionar la presión de forma saludable?
✅ Identificar las fuentes de presión: Reflexionar sobre qué situaciones generan más estrés y cómo se pueden manejar.
✅ Aprender a decir «no»: No asumir más responsabilidades de las que se pueden manejar.
✅ Fortalecer la autoestima: Recordar que el valor personal no depende solo del rendimiento o la opinión de los demás.
✅ Fomentar la comunicación asertiva: Expresar emociones sin miedo y establecer límites en las relaciones.
✅ Buscar apoyo emocional: Hablar con amigos, familiares o un profesional puede ayudar a reducir la carga emocional.
✅ Practicar técnicas de relajación: La meditación, la respiración profunda o el ejercicio ayudan a reducir el estrés.