¿QUÉ VARIABLES INFLUYEN EN LA PRESIÓN?

PRESIÓN
Una cosa es la presión que se ejerce sobre alguien y otra la que se percibe; esta es la realmente importante. La percepción de esa presión puede variar a lo largo de la adolescencia dependiendo de varios factores, tanto del contexto grupal como del propio individuo. La edad es una variable a considerar, ya que la vulnerabilidad a la presión alcanza su pico máximo de influencia hacia los 13-14 años, remitiendo paulatinamente después y pasando de presión normativa a influencia normativa. Ello se debe a que tiende a culminar el proceso de integración en los grupos y, a partir de ahí, se produce una diferenciación de intereses entre los adolescentes, surgiendo nuevos conglomerados grupales por afinidades compartidas: académicas, deportivas, culturales, de ocio, etc., facilitando la compenetración por confluencia de intereses. El grado de implicación que el individuo mantenga con el grupo de referencia es otra de las variables a considerar.

En este sentido son más vulnerables a la presión los individuos que sienten necesidad de integrarse que los que gozan de un mayor reconocimiento dentro del grupo. En un estudio clásico de Escámez (1990), los individuos menos integrados decían llevar a cabo conductas problemáticas, como consumir sustancias, para evitar rechazos de otros; en cambio, los más veteranos afirmaban que eso no era necesario. Otros autores explican el fenómeno aduciendo que los adolescentes buscan una especie de compensación afectiva, ya que primero alcanzan la autonomía emocional de sus padres, por lo que este logro de independencia les lleva a volcarse en los iguales para evitar el vacío afectivo parental. Es evidente que a los adolescentes les interesa mucho estar con otros y les preocupa la posibilidad de llegar a estar solos, lo cual es una motivación más para ceder a la presión, procurando ajustar su comportamiento al requerimiento de los demás (Sanabria, 1998).
Conducta
También se ha relacionado la susceptibilidad a la presión con el tipo de conducta, siendo más notoria e intensa cuando se trata de conducta de carácter desadaptativo, negativista y antisocial; en cambio, esa susceptibilidad es mucho menor cuando se trata de conducta adaptativa y prosocial, llegando incluso a ser neutra o desaparecer (Steinberg y Monahan, 2007). Así que el individuo sería más vulnerable a la presión cuando se trata de conductas censurables, prohibitivas e ilegales ante las cuales se demanda con más ímpetu la implicación del sujeto. El grupo puede llegar a ejercer tanta presión como para anular la capacidad de decisión y la responsabilidad individual, quedando neutralizada la autonomía personal.
La presión en una situación dada puede estar influenciada por una serie de variables que pueden variar de un contexto a otro. Algunas de las variables más comunes que influyen en la presión son:
- Expectativas Sociales: Las expectativas que la sociedad, la familia, los amigos, los colegas u otros individuos tienen sobre cómo debes comportarte o tener éxito pueden ejercer una fuerte presión. Estas expectativas pueden estar relacionadas con logros académicos, profesionales, personales o sociales.
- Tiempos y Plazos: Los plazos ajustados y las fechas límite pueden aumentar la presión, ya que la necesidad de cumplir con el tiempo puede generar estrés y ansiedad.
- Responsabilidades: Las responsabilidades en el trabajo, en casa o en cualquier otro ámbito pueden crear presión. Cuanto más grandes sean las responsabilidades, mayor será la presión para llevarlas a cabo con éxito.
- Competencia: La presión puede aumentar cuando estás en una situación competitiva, ya sea en el ámbito deportivo, académico o profesional. La necesidad de superar a otros puede aumentar la presión.
- Recursos Limitados: La falta de recursos, como tiempo, dinero o apoyo, puede aumentar la presión, ya que debes encontrar formas de lograr tus objetivos con recursos limitados.
- Necesidad de Rendimiento: La presión puede surgir cuando existe una necesidad de demostrar un alto rendimiento, ya sea en un examen, en una presentación, en una competencia deportiva o en una evaluación laboral.
- Experiencias Pasadas: Experiencias pasadas de fracaso o éxito pueden influir en la presión que sientes en situaciones similares en el futuro. El miedo al fracaso o la necesidad de mantener el éxito anterior pueden aumentar la presión.
- Percepción de Consecuencias: La forma en que percibes las consecuencias de tus acciones puede influir en la presión que sientes. Si crees que las consecuencias negativas son significativas, es más probable que sientas presión.
- Autoexigencia: La tendencia a imponer altos estándares y expectativas personales puede aumentar la presión, ya que te exiges a ti mismo un alto rendimiento.
- Apoyo Social: El nivel de apoyo y comprensión que recibes de amigos, familiares, colegas u otras personas puede influir en la presión. Un fuerte sistema de apoyo puede ayudar a reducir la presión.
- Circunstancias Inesperadas: Eventos imprevistos, como crisis familiares, problemas de salud o desafíos inesperados, pueden aumentar la presión al agregar complejidad a una situación ya estresante.
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1. Variables que influyen en la presión
🔹 1.1. Factores externos (sociales y ambientales)
📌 Expectativas sociales y culturales
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Normas impuestas por la sociedad sobre lo que significa ser «exitoso».
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Modelos de perfección en redes sociales que generan comparación constante.
📌 Presión académica o laboral
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Altas exigencias en la escuela, universidad o trabajo.
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Evaluaciones constantes, plazos ajustados y competencia con los demás.
📌 Influencia familiar
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Expectativas de los padres sobre el desempeño o el futuro de sus hijos.
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Comparaciones con hermanos o familiares exitosos.
📌 Grupo de pares y amigos
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Necesidad de encajar en el grupo, adoptar ciertos comportamientos o tomar decisiones influenciadas por otros.
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Miedo a la exclusión o rechazo si no se cumplen ciertas normas del grupo.
📌 Factores económicos y de estabilidad
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La incertidumbre económica o la necesidad de mantener un nivel de vida genera presión en adultos y jóvenes.
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Sentimiento de responsabilidad en el sustento de la familia.
🔹 1.2. Factores internos (psicológicos y emocionales)
📌 Autoexigencia y perfeccionismo
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Expectativas personales demasiado altas.
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Sentimiento de que nunca es suficiente o miedo al fracaso.
📌 Baja autoestima e inseguridad
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Sensación de no ser lo suficientemente bueno o competente.
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Necesidad constante de aprobación de los demás.
📌 Manejo del estrés y resiliencia
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Algunas personas tienen más dificultad para afrontar la presión debido a un bajo desarrollo de estrategias de afrontamiento.
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Quienes no practican técnicas de relajación o manejo del estrés pueden experimentar mayor impacto emocional.
📌 Experiencias previas de fracaso o éxito
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El miedo al fracaso pasado puede aumentar la presión ante nuevos desafíos.
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Experiencias de éxito previas pueden generar una carga extra por la expectativa de repetir los logros.
📌 Personalidad y temperamento
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Personas ansiosas o con tendencia al perfeccionismo sienten más presión.
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Las personas con mayor confianza en sí mismas pueden gestionar mejor la exigencia.
2. ¿Cómo manejar estas variables para reducir la presión?
✅ Replantear las expectativas: No exigirse más allá de los propios límites. Aceptar que el error es parte del aprendizaje.
✅ Evitar comparaciones: Cada persona tiene su propio ritmo y camino. No todos deben cumplir con las mismas metas.
✅ Aprender a priorizar: No todo tiene la misma importancia. Identificar qué situaciones realmente requieren esfuerzo.
✅ Fortalecer la resiliencia: Enfrentar los desafíos con una mentalidad de crecimiento en lugar de verlos como amenazas.
✅ Buscar apoyo emocional: Hablar con amigos, familiares o profesionales puede ayudar a reducir la presión.
✅ Practicar técnicas de relajación: La meditación, el ejercicio y la respiración consciente son herramientas efectivas para gestionar el estrés.