¿CUÁLES SON LAS BASES?

CULTURA
En nuestra cultura, un individuo que se encuentra en la etapa de la adolescencia se considera como un proyecto vital que hay que orientar y pulir. Los adolescentes son conscientes de sus limitaciones, se dan cuenta de que ya no son los niños que fueron, ni todavía lo adultos que desean ser. Constantemente se están mirando, comparando y valorando, intentando determinar su valía personal en relación a los demás. Los grupos sociales de las urbes modernas tienen un elevado nivel de complejidad dado que los individuos interactúan en contextos sumamente estructurados y «artificiales», rodeados de excelentes inventos, tecnologías y aparatos que permiten la interacción y comunicación no presencial. El modo de vida que tienen los adolescentes de hoy determina, como nunca, los procesos para elaborar su autoestima.
Para ayudar a comprender esos procesos básicos no estaría de más echar una mirada retrospectiva en los agrupamientos humanos poco complejos y estructurados para observar en ellos la construcción de la autoestima. En este sentido, la antropología nos puede ayudar a comprender cómo los seres humanos han ido tejiendo su autoestima en sociedades muy básicas, como eran los primeros agrupamientos de campesinos, de pastores, de nómadas. Los antropólogos consideran que en estas sociedades lo que configura la valía de los individuos tiene que ver con la honra o su antónimo, la deshonra. La valía de la persona en estos grupos gira en torno al pundonor y ello supone poner la propia valía en relación con los demás. El pundonor equivale a sentirse orgulloso y que ese sentimiento tenga un reconocimiento por parte de los demás; de manera que el individuo se ve obligado en todo momento a demostrar su valía y a afirmarse a sí mismo frente al resto.
Escenario
El grupo representa para el individuo una especie de escenario en el que tiene que demostrar sus cualidades para granjearse la buena opinión y estima de los demás, imprescindible para definir su propia valía (Peristany, 1974). Las pandillas adolescentes también son agrupaciones muy básicas, no en vano los seres humanos inician la socialización independiente a través de ellas; por tanto, podemos observarlas y ver qué función desempeña el pundonor en el desarrollo de la autoestima adolescente. Lo primero que se observa es que el adolescente necesita el grupo para existir, a estas edades si no viven en relación a un grupo es como si no existieran, los adolescentes enseguida captan ese estar en referencia a los demás, de manera que cuando un adolescente carece de amigos o es desplazado por ellos, enseguida es considerado «raro» en su lenguaje, pero con significado de antisocial o marginado.

El caso es que para los demás no cuenta y el sujeto vive esta consideración con mucha angustia y preocupación, forzado a llevar una existencia no social. De alguna manera, dejar de contar para los demás es como dejar de existir para uno mismo; por el contrario, sentirse como «algo» que contribuye con su mera presencia a aumentar, aunque nada más sea en una unidad que incrementa los componentes de un grupo, produce satisfacción, ya que uno suma, uno cuenta, uno existe. Pero además el adolescente necesita sentirse «alguien» en el grupo y mensajes como no ser un cobarde o un «rajao», son expresiones dirigidas a la línea de flotación del propio pundonor. El pundonor llega a convierte en el argumento motivador de muchas conductas y en la base de muchos de sus códigos éticos, que inspiran a los adolescentes en el qué hacer y por qué hacerlo. Los adolescentes tienen muy interiorizada la idea de verse a través de los ojos de los demás, muchas cosas las hacen por agradar a sus iguales y eluden las que son censuradas; se piensa y actúa por los demás. Adaptativamente es un buen mecanismo, considerando que los adolescentes todavía no tienen plenamente interiorizados ni operativos mecanismos de control y guía sobre sus conductas, necesitan el eco de los demás como guía y orientación de sus actos.
Valoración
Harán lo que está bien visto y considerado por los demás, lo que les reportará mayor valoración también. Su propia identidad tiene un alto componente de lo que los demás le dicen; este hecho a veces se ve reflejado en los apodos que se asignan los propios adolescentes, suelen referirse a características notorias del individuo que el interesado asume como algo que define su identidad, desplazando, en algunos casos, al propio nombre. El pundonor también juega un papel muy importante en los grupos a la hora de clarificar el poder y las jerarquías. Los adolescentes con mayor reconocimiento, en su lenguaje los más populares, son los que acaban ejerciendo más influencia sobre el resto y son reconocidos con más liderazgo. Su vida social está rodeada de un halo de prestigio, fama y simpatía, sus opiniones son tenidas en cuenta, sus decisiones inclinan la balanza y marcan pautas que son seguidas por el resto. Esta posición jerárquica supone un atractivo más y suelen ser individuos más buscados y deseados, incluso con más posibilidades para «ligar». Por otra parte, hay que tener en cuenta que en los agrupamientos humanos muy poco estructurados, el poder no es una categoría estática ni estable, es algo dinámico que necesita renovarse y redefinirse con mucha frecuencia, cosa que en los grupos bien consolidados no ocurre, ya que se otorga por otros mecanismos preestablecidos y cada miembro sabe cuál es su puesto y su función.

En las pandillas de adolescentes el individuo se ve abocado a demostrar en todo momento su valía, hay inquietud por autoafirmar la cuota de poder que los demás le otorgan, lo que le mueve a orientar su conducta hacia actividades desafiantes que constituyen un mayor reconocimiento por parte de los demás. Con frecuencia los adolescentes se implican en conductas atrevidas, con más o menos riesgo, y en las que la osadía les acerca a la categoría de héroes. Hacer cosas como escalar torres, subirse a grúas o plataformas sin medidas de seguridad y grabarlo con sus móviles son cosas que «molan» a los adolescentes y se sienten orgullosos por hacerlo. Así pues, para los adolescentes tiene gran importancia el honor como uno de los principios básicos para empezar a construir su valía. No dudarán en ignorar las demandas de los adultos que les prohíben actividades de riesgo si con ellas obtienen mayor reconocimiento de sus iguales.
Las bases de la cultura son los fundamentos y los componentes esenciales que conforman una sociedad y su forma de vida. La cultura es un concepto amplio que abarca aspectos como las creencias, los valores, las normas, las tradiciones, el lenguaje, las costumbres y las prácticas de una comunidad o grupo de personas. Las bases de la cultura se encuentran en la interacción de estos elementos y en cómo influyen en la forma en que las personas se comportan y se relacionan entre sí. A continuación, se describen algunas de las bases clave de la cultura:
- Valores: Los valores son creencias fundamentales que guían el comportamiento y las decisiones de una sociedad. Estos valores pueden incluir la igualdad, la libertad, la justicia, la honestidad, la lealtad, entre otros.
- Normas: Las normas son reglas y expectativas sociales que dictan cómo deben comportarse las personas en una sociedad. Pueden ser normas formales, como las leyes, o normas informales, como las prácticas comunes de cortesía.
- Religión y creencias espirituales: Las creencias religiosas y espirituales a menudo son un componente fundamental de la cultura. Determinan las creencias sobre la vida, la muerte, el propósito y el significado de la existencia.
- Lenguaje: El lenguaje es una parte esencial de la cultura. La forma en que las personas se comunican, los idiomas que hablan y las expresiones que utilizan son aspectos centrales de la identidad cultural.
- Tradiciones y rituales: Las tradiciones y los rituales son prácticas culturales que se transmiten de generación en generación. Pueden incluir celebraciones, festivales, ceremonias y eventos especiales que tienen un significado cultural y simbólico.
- Costumbres: Las costumbres se refieren a las formas comunes de comportamiento en una sociedad. Esto puede incluir cómo se saluda a las personas, las prácticas alimenticias, el vestuario y otras convenciones sociales.
- Arte y expresión cultural: El arte, la música, la danza, la literatura y otras formas de expresión son manifestaciones culturales que reflejan la creatividad y la identidad de una sociedad.
- Educación y sistemas de conocimiento: Los sistemas educativos y las formas de adquirir y transmitir conocimiento son fundamentales en la cultura. Esto incluye la educación formal, así como las prácticas de aprendizaje informales.
- Estructura familiar y organización social: La estructura familiar y las relaciones sociales son importantes en la cultura. La forma en que las familias se organizan y las jerarquías sociales influyen en el comportamiento y las expectativas de las personas.
- Historia y memoria colectiva: La historia y la memoria colectiva son componentes culturales que influyen en la identidad y la narrativa de una sociedad. La forma en que se recuerda y se interpreta la historia puede ser fundamental en la cultura de un grupo.
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1. Lengua
La lengua es uno de los pilares más importantes de la cultura. A través de ella, las personas se comunican, transmiten sus pensamientos, emociones y tradiciones, y mantienen la cohesión dentro de la comunidad. La lengua no solo es un sistema de comunicación, sino también un vehículo de transmisión de valores, creencias y conocimiento.
2. Valores y Creencias
Los valores y creencias compartidos en una comunidad forman la base de las actitudes y comportamientos sociales. Estos son los principios fundamentales que guían la vida de los individuos y son aprendidos a través de la socialización en la familia, la escuela y la comunidad. Los valores pueden incluir la familia, la justicia, el respeto, la libertad, entre otros.
3. Normas Sociales
Las normas sociales son las reglas y expectativas que regulan el comportamiento dentro de una sociedad. Estas normas determinan lo que es aceptable y lo que no lo es, y pueden variar significativamente de una cultura a otra. Las normas sociales incluyen el comportamiento en público, la moralidad, el respeto hacia los demás, entre otros.
4. Religión y Espiritualidad
La religión o las creencias espirituales juegan un papel fundamental en muchas culturas, proporcionando un marco para la ética, el propósito de la vida y la explicación del mundo. Las prácticas religiosas, rituales, festividades y símbolos son fundamentales para la identidad cultural de muchas comunidades.
5. Arte y Expresión Creativa
El arte, la música, la danza, la literatura, el cine y otras formas de expresión creativa reflejan la cultura de una sociedad. A través del arte, las personas comunican sus experiencias, emociones y visiones del mundo. Las tradiciones artísticas también pueden ayudar a preservar la historia y las creencias de una cultura.
6. Costumbres y Tradiciones
Las costumbres y tradiciones son prácticas heredadas de generación en generación que representan la forma en que una comunidad celebra, se relaciona y organiza su vida social. Estas prácticas pueden incluir celebraciones, comidas típicas, rituales de paso (como bodas, nacimientos, funerales), y festividades.
7. Historia y Patrimonio
La historia y el patrimonio cultural son esenciales para comprender la identidad de un grupo. Los relatos históricos, las leyendas, los monumentos y las tradiciones orales ayudan a las personas a conectar con su pasado, aprender de él y transmitirlo a las futuras generaciones.
8. Tecnología y Conocimiento
El conocimiento acumulado y la forma en que una sociedad usa la tecnología también son componentes clave de su cultura. Las herramientas, las invenciones y las formas de abordar problemas prácticos reflejan las creencias culturales sobre la naturaleza, el progreso y el trabajo.
9. Instituciones Sociales
Las instituciones sociales, como la familia, la educación, el sistema político, el sistema legal y la economía, son fundamentales para el funcionamiento de la sociedad. Estas instituciones regulan cómo se distribuyen los recursos, se toman las decisiones y se organizan las relaciones sociales.
10. Identidad Colectiva
La identidad colectiva es la manera en que las personas de una comunidad se ven a sí mismas como un grupo. Está basada en las experiencias compartidas, los símbolos y los valores comunes. La identidad cultural fortalece los lazos dentro de la comunidad y crea un sentido de pertenencia y orgullo.
11. Interacción y Adaptación
Las culturas no son estáticas; evolucionan y se adaptan a medida que las personas interactúan entre sí, ya sea a través del contacto con otras culturas o por cambios internos en la sociedad. Las migraciones, los intercambios comerciales, y las influencias externas pueden enriquecer y transformar una cultura.