La ley de Henry
Leyes
Nunca hubiese imaginado que leyes, teoremas y otros artefactos científicos tuvieran tanto que ver con la experiencia humana, traspasando los muros de laboratorios y despachos para acabar dando una explicación al comportamiento. En este caso, la cosa iba de gases. Aquello de que un gas ocupa un determinado espacio en función del recipiente, tenía mucho que ver con cómo me sentía en ese momento. Pequeña, con muy poco margen de maniobra, encerrada en un espacio tan minúsculo que no me permitía desarrollarme. Como un genio encerrado en su lámpara, pero sin capacidad para conceder deseos. Hasta ese día no había sentido con tanta fuerza lo que me encorsetaba el recipiente en el que, por el mero hecho de ser mujer, se me había introducido.
Yo, que me consideraba libre, hija de una época en la que se hacía gala de la igualdad y la paridad. Pues ahí estaba. Otra bofetada más para recordarme que el recipiente en el que nos toca movernos ha sido y sigue siendo mucho más pequeño por cuestión de género. Pero lo más tremendo de todo era que no necesitaba a nadie para caer en esas trampas camufladas de igualdad y oportunidades. Mi propia mente era la que, tras años de entrenamiento, pensaba de manera automática en masculino. Tutor, maestro, psicólogo, trabajador social… Hasta que vi la noticia con los porcentajes.
Menciones
No era la intención del titular, ni siquiera lo mencionaba como algo sorprendente a lo largo del artículo. Pero los porcentajes eran abrumadores. ¿Así que más del 70% de los estudiantes universitarios relacionados con la ayuda eran mujeres? ¿Y apenas unas pocas referencias a las «tutoras de resiliencia»? Pues este gas, o sea yo, estaba a punto de hacer saltar su recipiente. Y ahora ya sabía cuál era el primer paso. Empezar por mis propias ataduras, por mis estereotipos, mis posiciones extremas y mis generalizaciones. Hacerlas conscientes para transformarlas en posibilidades y retos. Nada más y nada menos.
La Ley de Henry es un principio fundamental de la física y la química que describe cómo la cantidad de un gas disuelto en un líquido es directamente proporcional a la presión parcial del gas en contacto con el líquido. Esta ley lleva el nombre de William Henry, un químico inglés que la formuló en el siglo XIX. La Ley de Henry se expresa matemáticamente de la siguiente manera:
C=k⋅PC=k⋅P
Donde:
- CC es la concentración del gas disuelto en el líquido.
- kk es una constante de proporcionalidad que depende de la naturaleza específica del gas y del líquido.
- PP es la presión parcial del gas en la fase gaseosa sobre el líquido.
En resumen, la Ley de Henry establece que, a una temperatura constante, la cantidad de gas disuelto en un líquido aumenta linealmente con la presión del gas que está en contacto con el líquido. Esto significa que si se aumenta la presión del gas, se disolverá más gas en el líquido, y si se disminuye la presión, se liberará gas del líquido.
Esta ley es especialmente importante en química y en aplicaciones como la purificación de gases, la absorción de gases en soluciones, la carbonatación de bebidas y otros procesos que involucran la disolución de gases en líquidos. También se utiliza en campos como la química ambiental y la oceanografía para comprender cómo los gases se disuelven en cuerpos de agua.
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La Ley de Henry: Principios y Aplicaciones
La Ley de Henry es un principio fundamental en la química y la física que describe la solubilidad de los gases en los líquidos. Fue formulada en 1803 por el químico británico William Henry y establece que:
📌 «La cantidad de gas disuelta en un líquido es directamente proporcional a la presión parcial del gas sobre el líquido, a temperatura constante.»
Matemáticamente, se expresa como:
C=kH⋅PC=kH⋅P
Donde:
-
C = Concentración del gas en el líquido.
-
k_H = Constante de Henry (depende del gas y del disolvente).
-
P = Presión parcial del gas sobre el líquido.
🧪 Aplicaciones de la Ley de Henry
🔹 Buceo y enfermedad por descompresión → Explica cómo los gases (como el nitrógeno) se disuelven en la sangre bajo presión y pueden formar burbujas peligrosas al ascender rápidamente.
🔹 Carbonatación de bebidas → En refrescos y cervezas, el CO₂ se disuelve a alta presión y se libera al abrir la botella.
🔹 Intercambio de gases en los pulmones → Regula la solubilidad del oxígeno y el dióxido de carbono en la sangre.
🔹 Control de la contaminación atmosférica → Se usa en la absorción de gases contaminantes en soluciones líquidas.