¿Podemos aprender a ser flexibles y a manejar los conflictos?
Reconocimiento
El mejor marco para el reconocimiento y el tratamiento adecuado del conflicto es, sin dudas, la democracia, y los mejores actores, aquellas personas que estén dispuestas a ejercer un liderazgo moderno; líderes que no rehuyan el conflicto sino que lo utilicen como un estímulo para el proceso de desarrollo y aprendizaje social. Es imprescindible, entonces, adquirir el conocimiento para convertir demandas y motivaciones conflictivas en cursos de acción coherentes, que competirán en la arena social, necesariamente, con otras alternativas. La cantidad de opciones puede generar incertidumbre y ésta, ansiedad, pero la comprensión de los nuevos paradigmas y la aplicación de nuevas pautas permitirán adquirir nuevas seguridades que construirán confianza y ayudarán a moderar la inquietud.
Los líderes han de ser capaces de actuar como catalizadores de la experiencia y del manejo del conflicto, sin olvidar que se trata, también, de un proceso de construcción de la propia historia a través de opciones difíciles y problemáticas diversas. ¿Cómo hacerlo? No hay recetas universales ni soluciones mágicas. Hay que clarificar los dilemas que se plantean, las limitaciones y los condicionantes que conforman el caso, determinar los principales afectados y, con su concurso, intentar encontrar la mejor fórmula participativa que amplíe el debate y le dé una salida en la que todos puedan ganar algo. Esto y no otra cosa es el liderazgo social: la habilidad de lograr que la gente trabaje junta para resolver sus problemas. Es una tarea que implica reconocer las dificultades desde una perspectiva pública, explorar los costos y las consecuencias de los distintos cursos de acción, superar las reacciones enojosas de esas consecuencias y tomar las mejores decisiones para cada situación. Para transitar este proceso, es necesario que el líder esté involucrado en los problemas de su comunidad.
Comunidad
Un líder es alguien que ayuda a la comunidad a encontrar su voz y a orientar su dirección por lo que, si no está bien integrado a su comunidad, no podrá comprender lo que esa comunidad piensa y desea. Por otra parte, la sensación de empoderamiento que permite a la gente una acción efectiva viene sólo a partir de la experiencia de enfrentarse con los problemas reales en situaciones reales. Un buen líder siempre debe ser un buen ciudadano. Nos estamos desembarazando lentamente del “gobierno grande”, como dijo el presidente Bill Clinton en su discurso al Congreso en 1997, y entramos en la era de la “gran ciudadanía”, al decir de Hill Marshall, del New Democratic Progressive Policy Institute. Podemos aceptar convertirnos en un mundo conformista y rígido, de estímulos efímeros y de aislamientos recíprocos, o trabajar para un mundo de diversidad, de valores perdurables y que tienda la mano a la humanidad en su conjunto. Para esto debemos desarrollar hábitos de flexibilidad, de aprendizaje continuo y de aceptación del cambio como una oportunidad, tanto para los individuos como para las instituciones.
Viene al caso hacer referencia a los altos costos que se pagan en el mundo actual por actitudes de inflexibilidad. Un analista político español reflexionaba sobre la afirmación de una ministra: “De acuerdo: la España de ahora mismo no es la Argentina de 2001, pero ¿hay un lema más disparatado para un político democrático que el antes partía que doblá? ¿Es de fiar un político que adopta esa frase como lema? Y, puesto que la ministra Álvarez es una destacada dirigente del PSOE y un miembro destacado de su Gobierno, al que el presidente ha confirmado en su puesto, ¿debemos entender que el vehemente lema de la ministra se ha convertido, también, en lema del PSOE? Si es así, que se despidan de los votos del personal, que se despidan del Gobierno y hasta que se despidan del PSOE. Porque, a menos que yo esté muy equivocado, lo que cualquiera con dos dedos de frente exige de un político democrático es precisamente que se doble, para que nada se parta y el presidente del Gobierno no tenga que salir de su residencia en helicóptero. Lo que se exige de un político democrático es que no se parta, porque con él nos partimos todos; lo que se exige es que negocie, que escuche, que llegue a acuerdos, que conceda, que ceda en lo accesorio para que no se vea obligado a ceder en lo esencial”. (Javier Cercas, El País Semanal, 30 de diciembre de 2007).
Estrategias para mejorar tu capacidad:
- Autoconciencia: Comienza por entender tus propias reacciones y emociones ante situaciones conflictivas. Reflexiona sobre tus patrones de comportamiento y cómo respondes a la frustración y el estrés. La autoconciencia es fundamental para el crecimiento personal.
- Comunicación efectiva: Aprende a expresar tus pensamientos y sentimientos de manera clara y respetuosa. Escuchar activamente a los demás es igualmente importante. La comunicación efectiva es esencial para resolver conflictos de manera constructiva.
- Empatía: Practica ponerse en el lugar de los demás y tratar de comprender sus puntos de vista y sentimientos. La empatía puede ayudarte a relacionarte mejor con las personas y a resolver conflictos de manera más armoniosa.
- Toma de decisiones colaborativa: En lugar de imponer tu punto de vista, trabaja en conjunto con las personas involucradas en el conflicto para encontrar soluciones mutuamente aceptables. La toma de decisiones colaborativa suele ser más efectiva y promueve un ambiente de trabajo o relaciones más saludables.
- Habilidades de gestión emocional: Aprende a controlar tus emociones en momentos de conflicto. La gestión de tus propias emociones y la capacidad de manejar situaciones tensas de manera calmada son habilidades clave en la resolución de conflictos.
- Aprendizaje activo: Busca oportunidades para aprender de tus experiencias. Después de un conflicto, reflexiona sobre lo que funcionó y lo que no, y busca formas de mejorar en el futuro.
- Práctica: La práctica constante es esencial para desarrollar habilidades. Participa en situaciones que te desafíen y te permitan aplicar las estrategias de resolución de conflictos y flexibilidad que estás aprendiendo.
- Formación y recursos: Considera la posibilidad de asistir a talleres, cursos o terapia de resolución de conflictos para adquirir habilidades adicionales y herramientas para manejar situaciones difíciles.
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