El Idealismo

El Idealismo

Ideas

 

Es la capacidad humana de llevar los sentimientos al mundo de las ideas, construyendo un concepto abstracto a partir del uso de símbolos. Por eso, para dar contenido a los pensamientos y conceptos a las intuiciones, debemos crear representaciones –el tiempo, la palabra, los números– que nos permitan idealizar estilos de vida. Idealizamos a partir de lo que observamos en el mundo físico o inmaterial, y así construimos la espiritualidad, la religión y la cultura, nutriendo nuestro acervo de valores éticos y morales, que constituyen el núcleo de nuestra individualidad. Estos valores son a nuestra personalidad lo que la estructura es a un edificio, porque componen la ideología, es decir, la particular manera de interpretar el mundo. Es a partir de percepciones racionalizadas –mediante símbolos convencionales acordados con los demás seres humanos con los que interactuamos– y de la cultura que nos transmite la sociedad, que construimos nuestra idealización.

 

En ese marco, el testimonio de vida es una manera de transmitir ideología, que sirve tanto para conocer y aprender, como para mostrar y enseñar. Sabido es que vale más un ejemplo que mil palabras, ya que un líder, para ser inspirador, debe no sólo ser un idealista, con objetivos morales y éticos, sino también, mostrar coherencia entre lo que dice y hace. Sobrados ejemplos hay de dirigentes que practican los “animémonos y vayan”, o “haz lo que yo diga pero no lo que yo haga”. Un líder inspirador debe decir lo que cree, no sólo lo que le conviene. Debe inspirar creando y mostrando el camino para alcanzar el bienestar prometido. Las primeras formas de idealización son, seguramente, la admiración o el amor por otra persona. Los padres o quienes nos cuidan en la niñez dejarán huellas profundas en nuestra personalidad. Así, el exceso o la falta de autoridad de un padre nos hace más o menos proclives a necesitar límites.

 

Actitudes

A través de las actitudes y dichos de otras personas, adquirimos las primeras nociones abstractas de ideales, identificando el mundo afectivo, lo bueno, lo malo, y así, hasta llegar a conceptos más complejos como la justicia, la equidad, etc. En mi niñez, mi tío Julio solía decirme: “Paraguayo pata pilas, cuando seas grande tenés que ser anticlerical librepensador”. Ese juego cariñoso e inocente que aludía a mi aspecto desaliñado, siempre despeinado y quemado por el sol, constituye mi primer recuerdo de un concepto ideológico, porque despertó mi curiosidad por el significado de cada palabra. Interrogué a mis padres y recibí explicaciones adecuadas. A pesar de que era un juego, influyó en mi vida y forma parte de mi acervo ideológico presente. Tendemos a idealizar a las personas, a transformarlas en modelos. Primero a los más próximos, padres, familiares, maestros; pero luego, especialmente a través de los medios de comunicación, aparecen deportistas, actores, políticos, personajes de ficción que se transforman en modelos y, en algunos casos, literalmente en ídolos. Idealizamos su vida, los tomamos como ejemplo y adoptamos su manera de vestir, hablar, actuar, pensar.

El Idealismo

En cierta manera, nos subimos a su carro con la esperanza de que nos transporte a ese mundo ideal que soñamos y que apenas percibimos. De esa manera, entregamos el control de nuestra vida, en parte o completamente, a la idealización de un otro, es decir, a la imagen que nos hemos formado de ese otro. Creo que esto no es bueno nunca, porque si bien los ideales son imprescindibles y los modelos necesarios, para convertirnos en seres humanos íntegros debemos mantener nuestra autonomía de criterio y construir una ideología propia que tome lo bueno de las personas, pero que sepa, también, distinguir los aspectos negativos para así poder evitarlos.

 

Libertad

Por aquello de estar condenados a la libertad o al libre albedrío que nos enseña la religión judeo-cristiana, debemos siempre tomar nuestras propias decisiones ideológicas, sabiendo que se hace camino al andar. Librepensador, decía el tío Julio. ¿Se entiende? Cuando perdemos autonomía de pensamiento, también cedemos en la acción. Es probable que el excesivo apego a los modelos o ídolos modernos nos hagan sentir la seguridad de la manada. Pero es a partir de sentimientos no suficientemente digeridos –que pueden parecer buenos por ser compartidos por otros–, que surgen las xenofobias y el sentido de clase o de clan, los mayores prejuicios que ha desarrollado la humanidad contra sus semejantes. Es necesario recordar que el mundo de las ideas también genera racismo, discriminación, odio.

 

El idealismo es una corriente filosófica que se ha desarrollado a lo largo de la historia y que sostiene varias creencias fundamentales. Aunque hay varias formas de idealismo, comparten la idea central de que la realidad y el conocimiento se basan en ideas o conceptos mentales en lugar de en la materia física:

  1. Primacía de las ideas: El idealismo sostiene que las ideas, las mentes o las conciencias son fundamentales en la creación de la realidad. Afirma que la realidad material es subordinada o derivada de las ideas y la conciencia.
  2. Realidad subjetiva: En el idealismo, se enfatiza la naturaleza subjetiva de la realidad. Esto significa que la realidad se experimenta y se entiende a través de la percepción y la conciencia individual.
  3. Mundo mental: Algunas formas de idealismo consideran que el mundo real es en realidad un constructo de la mente, y que todo lo que experimentamos es una representación mental de la realidad.
  4. Conceptos universales: El idealismo a menudo argumenta a favor de la existencia de conceptos universales o ideas abstractas que trascienden la experiencia individual y son la base de la realidad.
  5. Filosofía moral y ética: El idealismo a menudo se relaciona con una ética basada en la búsqueda de ideales morales y la perfección personal. Se enfoca en la aspiración hacia lo bueno, lo verdadero y lo bello.
  6. Inmortalidad del alma: Algunas formas de idealismo incluyen la creencia en la inmortalidad del alma o la existencia continua de la conciencia después de la muerte física.
  7. Idealismo trascendental: Una forma específica de idealismo, llamada idealismo trascendental, fue desarrollada por filósofos como Immanuel Kant. Sostiene que el conocimiento se construye a través de la interacción entre la mente y la realidad objetiva.
  8. Idealismo absoluto: El idealismo absoluto, asociado con filósofos como Georg Wilhelm Friedrich Hegel, postula que la realidad es una expresión de un único y absoluto espíritu o conciencia, y que todo en el universo está interconectado.
  9. Idealismo objetivo: Algunas formas de idealismo, como el idealismo objetivo de Berkeley, argumentan que la realidad existe en la mente de un ser supremo o en la mente de Dios.

 

 

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💡 Principales Características del Idealismo

  1. La primacía de las ideas: En el idealismo, las ideas o los conceptos son la realidad última. El mundo material no es lo más importante, ya que las ideas tienen una existencia independiente y constituyen la esencia de todo lo que existe. Esta perspectiva está en contraposición al materialismo, que sostiene que la materia es la realidad fundamental.

  2. La mente y la conciencia: En muchas formas de idealismo, la mente o la conciencia humana se consideran esenciales en la creación de la realidad. Según este enfoque, es a través de los procesos mentales que llegamos a comprender y dar sentido al mundo que nos rodea. Algunas versiones del idealismo sostienen que la mente no solo refleja la realidad, sino que la construye.

  3. La realidad es dependiente de la percepción: Según el idealismo, la realidad no es algo independiente que existe por sí misma, sino que está intrínsecamente vinculada a la forma en que la percibimos o interpretamos. La percepción humana y el pensamiento juegan un papel fundamental en la creación del mundo tal como lo conocemos.

  4. El mundo material como una manifestación de lo ideal: Para los filósofos idealistas, el mundo material es una manifestación imperfecta de un orden superior, espiritual o ideal. La realidad que experimentamos a través de los sentidos es solo un reflejo de un mundo de ideas más elevado, eterno e inmutable.

🧠 Formas del Idealismo

  1. Idealismo Objetivo: Esta corriente sostiene que la realidad es determinada por un pensamiento absoluto o un espíritu universal que trasciende a la conciencia individual. Georg Wilhelm Friedrich Hegel es uno de los filósofos más conocidos en este campo, ya que argumentaba que la historia misma es el desarrollo de un espíritu absoluto que se manifiesta a través de las ideas y eventos históricos. Según Hegel, el mundo material es el resultado de un proceso dialéctico, en el que las contradicciones y oposiciones se resuelven en una síntesis.

  2. Idealismo Subjetivo: En el idealismo subjetivo, la realidad depende de la mente del individuo. Filósofos como George Berkeley argumentaban que el mundo material no tiene existencia independiente de la percepción. Según Berkeley, «ser es ser percibido» (esse est percipi), lo que significa que los objetos materiales solo existen en la medida en que son percibidos por una mente, ya sea humana o divina. En esta visión, todo lo que existe es una idea en la mente de un sujeto.

  3. Idealismo Trascendental: Esta vertiente, popularizada por Immanuel Kant, sostiene que el mundo tal como lo conocemos está condicionado por las estructuras mentales humanas. Kant argumentaba que solo podemos conocer el mundo tal como se presenta a nuestra mente, y que la «cosa en sí» (la realidad última) es inaccesible para nosotros. Según Kant, nuestras percepciones y categorías mentales configuran la manera en que experimentamos la realidad, pero no conocemos la esencia última de las cosas.

  4. Idealismo Espiritual: Esta corriente se centra en la idea de que la realidad última es de carácter espiritual. La conciencia y las ideas son manifestaciones de un principio espiritual o divino que constituye el fundamento de todo lo que existe. Algunas tradiciones filosóficas y religiosas, como el Neoplatonismo y el Hinduismo, han desarrollado ideas idealistas en relación con la existencia de una realidad espiritual que trasciende la materialidad del mundo físico.

🏛 El Idealismo en la Historia de la Filosofía

El idealismo ha jugado un papel crucial en el desarrollo de la filosofía occidental, especialmente en los siglos XVIII y XIX, con filósofos como Immanuel Kant, Johann Gottlieb Fichte, Friedrich Schelling, y Georg Wilhelm Friedrich Hegel. Sus teorías sobre la mente, la percepción y la realidad influenciaron profundamente la filosofía moderna y contemporánea, y sentaron las bases para muchos debates sobre la naturaleza de la realidad, el conocimiento y la conciencia.

Kant y el Idealismo Trascendental:

Immanuel Kant, en su obra «Crítica de la razón pura», desarrolló una forma de idealismo conocido como idealismo trascendental, en la que sostenía que, aunque el mundo existe independientemente de nuestra mente, solo podemos conocerlo a través de las estructuras cognitivas que nuestra mente impone sobre los datos sensoriales. Para Kant, la realidad como la percibimos no es la «cosa en sí», sino una construcción basada en las capacidades de nuestra mente.

Hegel y el Idealismo Absoluto:

Hegel llevó el idealismo a nuevas alturas con su concepto del espíritu absoluto y su idea de que la historia es un proceso de autodesarrollo del espíritu. Para Hegel, el mundo es un proceso dialéctico en el que las ideas se desarrollan a través de la contradicción y la resolución de estas contradicciones, llevando a una síntesis que refleja un nivel más alto de comprensión de la realidad.

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