Compartir los errores con otros

Compartir los errores con otros

Aprendizaje

 

Se aprende del camino recorrido, de la propia experiencia, de los errores cometidos, pero también de escuchar experiencias de otros. Un proyecto, empresa, sociedad o emprendimiento (incluso el matrimonio) es exitoso, cuando tiene “muchas transacciones que agreguen valor”. A mayor cantidad de transacciones, más exitoso el proyecto.

Compartir los errores con otros

Para que haya transacciones tiene que haber una estructura y un modelo de gestión. No olvidemos una visión o sueño compartido por todos los que trabajan o interactúan en su logro. Finalmente, lo más importante: ¡no hay transacciones sin diálogo! El diálogo o la conversación es la unidad mínima necesaria para que haya transacciones. Siendo éste mi primer libro –aunque en realidad sea un capítulo de un libro compartido con otros 25 líderes–, quisiera decirles que estoy muy contento de poder compartir esta experiencia con ustedes.

 

Aprendiendo 

Quiero que sepan que mientras escribía, me equivocaba y corregía, y mandaba una nueva versión y volvía otra vez a mí… y así fui corrigiendo y aprendiendo de mis errores. Fui mejorando y creciendo. Siempre con la misma consigna, con la misma convicción. A veces más cansado, ya que esto fue hecho en mis ratos libres y me costó concentrarme y dedicarle tiempo, quería hacerlo… ¡y lo hice! Consciente de que cometería errores, decidí, de todas maneras, actuar. Me quedo contento con el resultado. Espero que ustedes también. ¡Gracias!

 

Compartir los errores con otros es una práctica valiosa en diversas áreas de la vida, ya sea en el ámbito profesional, personal o en las relaciones interpersonales. Hacerlo puede tener varios beneficios:

  1. Aprendizaje: Compartir errores con otros proporciona una oportunidad de aprendizaje. Puede ayudarte a comprender lo que salió mal, por qué ocurrió y cómo evitar que vuelva a ocurrir en el futuro. Además, otras personas pueden ofrecer perspectivas y consejos útiles.
  2. Fomenta la humildad: Reconocer y compartir tus errores demuestra humildad. Aceptar que no somos perfectos y que cometemos errores es un signo de madurez y autenticidad.
  3. Mejora la comunicación: Compartir errores puede fortalecer la comunicación en relaciones personales y profesionales. Puede abrir un canal de diálogo y construir confianza al mostrar transparencia.
  4. Evita repeticiones: Compartir errores con otros puede ayudar a prevenir la repetición de los mismos errores. Al hacerlo, te comprometes a no cometer el mismo error y te responsabilizas de tus acciones.
  5. Promueve la resolución de problemas: Discutir errores con otros a menudo implica buscar soluciones y formas de evitar problemas similares en el futuro. Esto promueve la resolución de problemas y la toma de decisiones más informada.
  6. Construye relaciones más fuertes: Compartir errores y superarlos juntos puede fortalecer las relaciones. Cuando otros ven que estás dispuesto a admitir tus errores y trabajar en su corrección, es más probable que desarrollen un sentido de conexión y comprensión contigo.
  7. Inspira a otros: Tu voluntad de compartir tus errores y cómo los enfrentaste puede inspirar a otros a hacer lo mismo. Puedes servir de ejemplo y alentar a otros a ser más honestos consigo mismos y con los demás.
  8. Reduce el estrés y la culpa: Mantener errores en secreto puede generar estrés y culpa. Compartirlos puede aliviar esta carga emocional y brindar un sentido de liberación y alivio.

Sin embargo, es importante considerar cuándo y cómo compartes tus errores. No todos los errores necesitan ser compartidos públicamente, y algunos pueden abordarse de manera más discreta. Aquí hay algunas pautas para compartir errores de manera efectiva:

  • Elije el momento y el lugar adecuados: Asegúrate de que la conversación sea apropiada y privada si es necesario.
  • Sé honesto y directo: No minimices ni justifiques tus errores. Sé honesto acerca de lo que ocurrió.
  • Proporciona contexto: Explica las circunstancias que llevaron al error, para que otros puedan comprenderlo mejor.
  • Enfócate en las soluciones: No solo describas el error, también comparte cómo planeas abordarlo y evitar que vuelva a suceder.
  • Aprende y sigue adelante: Después de compartir un error, concéntrate en aprender de la experiencia y avanzar de manera constructiva.

 

Editorial Luis Bonilla. Expertos en enseñanza, formación a distancia, tutores cualificados y con variedad de cursos online.

 

 

 

🌱 1. El error como fuente de aprendizaje

  • Los errores son puntos de inflexión: momentos donde se revela una limitación, una falta de información o una suposición equivocada.

  • Al analizarlos, se pueden identificar causas, patrones y alternativas, lo que fortalece el aprendizaje futuro.

  • No se trata de evitar el error, sino de aprender a equivocarse mejor.


🧩 2. Cultura del error compartido

Cuando los errores se comparten con otros en un espacio seguro, se promueve:

  • Aprendizaje colectivo: Lo que aprende una persona al equivocarse puede prevenir que otros repitan el mismo error.

  • Desarrollo de pensamiento crítico: Analizar juntos qué pasó, por qué y cómo se podría haber hecho distinto.

  • Reducción del miedo: Compartir normaliza el error y reduce la ansiedad ante el fracaso.


🫂 3. Vulnerabilidad como fortaleza

  • Un líder, docente o miembro de un equipo que comparte sus errores con humildad da permiso a otros para hacer lo mismo.

  • Esto fortalece la confianza y la autenticidad en las relaciones.

  • La vulnerabilidad bien gestionada no debilita la autoridad, la humaniza.


🔄 4. Del error al aprendizaje: condiciones necesarias

Para que compartir errores sea realmente formativo, se requiere:

Elemento Explicación
Espacios seguros Sin juicio, donde se valore la intención de aprender.
Reflexión guiada No basta con contar el error: hay que analizarlo. ¿Qué falló? ¿Qué se aprendió? ¿Qué harías distinto?
Apoyo del grupo Escuchar, hacer preguntas y construir desde el aporte del otro.
Cultura del proceso Valorar el camino más que solo el resultado final.

🧠 5. En educación y liderazgo

  • En educación, hablar de errores ayuda a los estudiantes a entender que el aprendizaje no es lineal ni perfecto.

  • En liderazgo, compartir errores fortalece la cultura organizacional, impulsa la innovación y evita repetir fallos estructurales.

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