Ejemplos de interacciones
El uso de metáforas
El recurso a ejemplos, metáforas e ilustraciones retóricas está cada vez más extendido en el ámbito de las relaciones humanas. Su revalorización se debe, en parte, al “redescubrimiento” de la importancia de las funciones intuitivas dependientes del hemisferio cerebral derecho que están ligadas más directamente a la función motivadora inmediata que no necesita ser mediada por intrincados argumentos lógicos. La fuerza de los ejemplos y metáforas radica en su impacto visual, en su inmediata asequibilidad de manera que ayudan a aligerar la atmósfera “severa” que, muchas veces, impregna el marco formal del encuentro tutor-alumno y contribuyen a disipar parte de la resistencia que se produciría si el alumno llegara a interpretar que estaba siendo dirigido, aleccionado o coaccionado en algún sentido.
La fuerza gráfica de las metáforas facilita la comprensión del mensaje que se desea transmitir y facilita su retención en la memoria. Por eso mismo, en la entrevista tutorial conviene hacer un uso abundante de metáforas, ejemplos, temas de la realidad inmediata del alumno, recurriendo a casos o personas que el alumno conozca, a sucesos que le resulten familiares, a dichos o frases que le resulten impactantes. A veces, el profesor se puede mostrar remiso al empleo de tal tipo de recursos por parecerle más propio de niños pequeños. Puede tener dudas acerca de la reacción del alumno, de cómo se tomará el que su tutor le meta un cuento en medio de la conversación. Sin embargo, de la misma manera que recomendábamos aquilatar el efecto del silencio –por incómodo que pueda resultar en principio– también consideramos muy interesante constatar el efecto que puede tener el recurso de las metáforas sobre la relación que se establece con el alumno a lo largo de la interacción.
Experiencia personal
Desde luego, en nuestra experiencia personal, jamás tuvimos un caso de rechazo respecto a este recurso por parte de nuestros interlocutores, tanto alumnos como padres. Naturalmente, las metáforas tienen que resultar adecuadas al tema de conversación y se deben introducir en el momento oportuno. Su utilización no va a suponer una disonancia demasiado estridente en la entrevista cuando se introducen con naturalidad. Una forma sencilla de presentar una metáfora en medio de una conversación consiste, simplemente, en introducirla mediante alguna expresión del estilo de:
• Es como el caso de aquel que…
• Esto me recuerda aquello de…
• ¿Conoces el caso de…? Pues, mira, se parece a lo que estamos hablando.
• ¿Me dejas que te cuente un cuento?
La utilización de metáforas y ejemplos tiene el efecto inmediato de captar la atención del alumno con lo que se mejora la interacción, sirven para “quitar hierro” a una situación tensa y suponen un acercamiento entre entrevistador y entrevistado. En las páginas precedentes hemos introducido ya varias metáforas: El verdadero tesoro, la montaña de pan, el monstruo de hojalata, alimentar al tigre. Las metáforas se pueden adaptar de cuentos clásicos, de fábulas, de las noticias de cada día o pueden ser fruto de la propia creatividad. A continuación, vamos a presentar algunos ejemplos de metáforas que hemos empleado con frecuencia en las entrevistas con nuestros alumnos. Por supuesto, cada profesor puede buscar sus propios modelos, hacer las adaptaciones que sean necesarias o inventarse las suyas propias.
El camino de Santiago
El Camino es una metáfora muy adecuada sobre la vida y sobre cualquier actividad humana que se vaya a emprender. Un camino implica una meta final, la realización de valores personales, la división del trayecto en etapas, la diferenciación entre corto y largo plazo y la aceptación del esfuerzo y de las molestias en función de la meta final que se desea alcanzar. Por otra parte, muchos chicos han realizado alguna etapa del Camino de Santiago –al menos aquí, en Galicia– como actividad organizada por su propio colegio o instituto o por alguna institución cultural a la que pertenezcan. En todo caso, los alumnos tienen noticia de lo que es y en qué consiste el Camino de Santiago. Normalmente les presentamos a los chicos el tema del Camino de una manera un tanto sorprendente: la mayoría de las veces estaremos tratando de los problemas del alumno, de los resultados deseables y de los obstáculos que les impiden llegar a alcanzar tales resultados.
Entonces, por lo general, introducimos el asunto sin que parezca venir demasiado a cuento, casi como si estuviéramos cambiando totalmente de tema:
• ¿Tú hiciste alguna vez el Camino de Santiago? La respuesta, por supuesto, puede ser afirmativa o negativa.
En el caso de respuesta negativa, se puede abundar un poco más en el tema para poner al alumno en situación, para implicarlo en el argumento:
• ¿Conoces a alguien que lo haya hecho?
• ¿Alguna vez se te pasó por la cabeza la idea de hacerlo? Luego, examinamos los posibles motivos para hacer el Camino, aceptando cuantas razones “sensatas” se nos puedan presentar: tanto de tipo religioso como deportivo, afán de aventuras, relacionarse con otra gente, etc.
• ¿Por qué hiciste el camino?
• Si te decidieras a hacerlo, ¿cuáles serían tus motivos para hacerlo?
• ¿Qué motivos piensas que tiene la gente que hace el Camino para ponerse en marcha? Poco a poco, empezamos a considerar la “dura” realidad del Camino:
• Y, cuando uno lleva ya un par de días caminando, ¿Qué piensas que es lo más probable que le pase?
• Que se canse…
• Eso es: cuando uno lleva un tiempo caminando, le salen unas ampollas en los pies que no le dejan seguir andando; y, además, también se puede torcer un tobillo en la marcha. Y, cuando menos se lo espera uno, le cae un chaparrón de agua que lo deja tiritando; y, más adelante, se encuentra uno con un calor que lo abrasa… Y la necesidad de hacer un compromiso firme con la meta final:
• Ese es el momento de pararse un momento y volverse a preguntar: “Yo, en realidad, ¿quiero hacer el Camino o me quiero volver a casa?”. Y, ¿cuál te parece que debe ser la respuesta de quien tenga bien claro que quiere hacerlo hasta el final?
• Que va a seguir para delante.
• Pero, cuando decida seguir, ¿va a tener asegurado que ya no va a volver a tener ampollas en los pies, que no se va a torcer el tobillo, que no va a pasar frío o calor, que no se va a sentir solo o aburrido…?
• No; le puede seguir pasando todo eso.
• Y cuando ves a los peregrinos que llegan a la plaza del Obradoiro, frente a la Catedral de Santiago, así, todos desechos, cansados y demás y les preguntan: “¿Qué tal el Camino?”, ¿qué es lo que contestan, normalmente?
• Que muy bien, que están muy contentos y que lo van a repetir al año siguiente.
• Y tú, ¿qué piensas de todo esto? Cuál es tu “Camino de Santiago” en este momento? ¿Qué metas deberías marcarte? ¿Qué obstáculos te estás encontrando?…
Las interacciones pueden variar mucho dependiendo del contexto:
- Interacción Social:
- Conversación informal: Dos personas charlando sobre sus planes para el fin de semana.
- Saludo: Un encuentro casual en el que dos personas se saludan y preguntan cómo están.
- Interacción Profesional:
- Reunión de trabajo: Un equipo discutiendo ideas para un proyecto.
- Entrevista laboral: Un entrevistador haciendo preguntas a un candidato para un puesto de trabajo.
- Interacción en un Comercio:
- Compra en una tienda: Un cliente preguntando por un producto y el vendedor ofreciendo información al respecto.
- Pedido en un restaurante: Un cliente pidiendo comida y el camarero tomando el pedido.
- Interacción Virtual:
- Chat en línea: Dos personas conversando a través de un chat en internet.
- Videoconferencia: Un grupo de personas hablando mediante una videollamada.
- Interacción Familiar:
- Cena familiar: Todos los miembros de una familia reunidos compartiendo historias y noticias.
- Ayuda entre familiares: Un miembro de la familia ayudando a otro con alguna tarea o problema.
- Interacción Educativa:
- Clase en el aula: Un profesor dando una lección y los estudiantes participando con preguntas y comentarios.
- Tutoría: Un estudiante recibiendo ayuda de un tutor para comprender un tema específico.
Editorial Luis Bonilla. Expertos en enseñanza, formación a distancia, tutores cualificados y con variedad de cursos online.
1. La Metáfora del «Viaje» en el Aprendizaje
Interacción:
Un tutor puede describir el proceso de aprendizaje de un estudiante como un «viaje». En esta metáfora, cada concepto o habilidad que se va adquiriendo es una «parada» o «destino» en el camino hacia el conocimiento.
Ejemplo de uso:
«Imagina que el aprendizaje es como un viaje largo. Al principio, todo parece desconocido, pero a medida que avanzamos, pasamos por diferentes estaciones donde adquirimos nuevas herramientas, experiencias y conocimientos. En cada parada, tenemos la oportunidad de reflexionar sobre lo que hemos aprendido y de reabastecernos para continuar el camino.»
Impacto:
Esta metáfora ayuda a los estudiantes a entender que el proceso de aprendizaje no es inmediato ni lineal, sino que requiere tiempo, esfuerzo y reflexión. También les da la oportunidad de visualizar el aprendizaje como algo continuo y dinámico, lo cual puede aumentar su motivación.
2. La Metáfora de la «Construcción» del Conocimiento
Interacción:
En un contexto de tutoría o enseñanza, el conocimiento puede ser representado como un edificio o una estructura que se construye paso a paso, con cimientos sólidos y materiales que se agregan conforme se avanza.
Ejemplo de uso:
«Cada nuevo concepto que aprendemos es como un ladrillo en un edificio. Primero necesitamos poner los cimientos, que son las bases de la teoría, para luego agregar más ladrillos, que representan ideas más complejas. Si los cimientos no están bien establecidos, el edificio podría colapsar. Es importante que tomemos el tiempo necesario para comprender cada parte antes de pasar a la siguiente.»
Impacto:
Esta metáfora permite que los estudiantes comprendan que el aprendizaje debe ser progresivo y estructurado. También les ayuda a visualizar el conocimiento como algo que se va construyendo, lo que puede facilitar la comprensión de la importancia de los conceptos básicos antes de abordar temas más complejos.
3. La Metáfora del «Semillero» para el Desarrollo Personal
Interacción:
El tutor puede utilizar la metáfora de un «semillero» para hablar sobre el desarrollo personal y el potencial de crecimiento de los estudiantes. Cada habilidad, como una semilla, tiene el potencial de crecer y florecer con el cuidado adecuado.
Ejemplo de uso:
«Cada uno de ustedes es como una semilla en un jardín. Al principio, no podemos ver todo lo que tienen para ofrecer, pero con la educación adecuada, el esfuerzo y la práctica, sus habilidades crecerán y florecerán. A veces, el proceso lleva tiempo, pero con paciencia, ustedes desarrollarán su verdadero potencial.»
Impacto:
Esta metáfora promueve una visión positiva del desarrollo personal y del proceso educativo. Ayuda a los estudiantes a ser conscientes de que el crecimiento no siempre es inmediato, pero con cuidado y tiempo, el resultado será valioso. También fomenta la idea de que todos los estudiantes tienen el potencial de crecer y prosperar.
4. La Metáfora de la «Luz» para la Iluminación del Conocimiento
Interacción:
El tutor puede utilizar la metáfora de la «luz» para explicar el momento de comprensión o revelación en el que algo que antes era difícil de entender se vuelve claro.
Ejemplo de uso:
«Cuando logramos entender un concepto complejo, es como si se encendiera una luz en nuestra mente. Al principio, todo estaba oscuro y confuso, pero en el momento en que comprendemos, la luz ilumina todo y las piezas del rompecabezas encajan perfectamente.»
Impacto:
Esta metáfora ayuda a los estudiantes a visualizar la transición del desconocimiento a la comprensión, lo que puede hacer que el proceso de aprendizaje se sienta más satisfactorio. Además, refuerza la idea de que la comprensión no es algo instantáneo, sino que se logra gradualmente, con paciencia y dedicación.
5. La Metáfora del «Rompecabezas» para Resolver Problemas
Interacción:
El tutor puede utilizar la metáfora del «rompecabezas» para describir el proceso de resolución de problemas. Cada pieza del rompecabezas representa una pequeña parte del problema que, al juntarse, revela la solución completa.
Ejemplo de uso:
«Resolver este problema es como armar un rompecabezas. Al principio, las piezas pueden parecer desordenadas o no encajar, pero a medida que avanzamos, cada pieza tiene su lugar y finalmente, cuando las juntamos todas, veremos la imagen completa y clara de la solución.»
Impacto:
Esta metáfora ayuda a los estudiantes a percibir los problemas como desafíos que pueden ser resueltos paso a paso, en lugar de obstáculos insuperables. Les anima a ser persistentes y a ver cada parte del problema como una pieza clave que llevará al éxito final.
6. La Metáfora de «La Navegación» para Orientación en el Aprendizaje
Interacción:
El tutor puede usar la metáfora de la «navegación» para describir el proceso de orientación y dirección en el aprendizaje, comparándolo con la navegación en un barco a través de un mar lleno de incertidumbre.
Ejemplo de uso:
«El aprendizaje es como navegar en un barco a través de aguas desconocidas. A veces hay tormentas y momentos de incertidumbre, pero con una buena brújula (nuestras habilidades y conocimientos) y un mapa claro (el plan de estudio), podremos encontrar nuestro destino y superar cualquier desafío.»