Perseverancia

Perseverancia

Nuevas pautas 

 

Como estamos viendo, es tan posible comerse un elefante bocado a bocado como construir la gran muralla china ladrillo a ladrillo. Todo es cuestión de perseverancia y buen juicio; o dicho de otro modo, todo es cuestión de crear hábitos nuevos, de establecer nuevas pautas. Y, a la hora de consolidar compromisos eficaces, la perseverancia ha de constituir la base sobre la que se integren todos los demás componentes. Formular un compromiso se parece al hecho de abrir un sendero a través de un prado. En realidad, el establecimiento de hábitos nuevos implica la creación de una ruta neuronal nueva, a través de sinapsis, que desemboca en la automatización del comportamiento deseado: uno aprende a fumar forzando un “camino” a través de la incomodidad que produce el humo de las primeras caladas y si, más tarde, decide abandonar su hábito, tendrá que internarse por la incomodidad de abrir un nuevo camino a través de los impulsos a continuar con el hábito establecido.

Perseverancia

A veces (por el principio de plazos y resultados) es posible alcanzar un objetivo placentero en unos pocos pasos y dejar bien establecida una amplia autovía que nos conduzca hasta él con toda rapidez pero cuando, a largo plazo, constatamos que ese destino no era el lugar ideal que nos imaginábamos, tenemos que ponernos “pies a la obra” en la tarea de abrir un nuevo sendero. Abrir un sendero Imagina que, cada día, tienes que cruzar un prado. La primera vez que lo atraviesas, vas pisando la hierba, que queda aplastada en cada una de tus pisadas; al día siguiente, cruzas por el mismo lugar con lo que la señal de tus pasos queda más marcada sobre la hierba aplastada. A medida que, día tras día, sigues cruzando el prado por el mismo lugar, observas que se va abriendo una especie de surco que, con el tiempo, acaba por convertirse en el pequeño sendero que vas abriendo con tus pasos. Al final, el propio sendero que has abierto en el prado te facilita el camino: ya no tienes que levantar tanto los pies ni te resulta tan pesado moverte, enredándote en los rastrojos; simplemente caminas a lo largo del sendero que has ido abriendo día a día, paso a paso. Pero, a veces, ocurre que el sendero no desemboca en el lugar al que quieres llegar. Entonces, no queda más remedio que abandonar la comodidad del viejo camino y empezar a abrir un sendero nuevo.

Perseverancia

Camino viejo

Al principio, resulta pesado y es fuerte la tentación de volver a utilizar el camino viejo. Pero, si se quiere alcanzar el nuevo objetivo, es necesario dedicarse a abrir el nuevo sendero, día a día, paso a paso. En el comportamiento humano no existe tal cosa como el “desaprendizaje” (salvo lesiones cerebrales importantes); lo único que hay es “vías activas” y “vías muertas”; se hacen activas y se mantienen mediante el uso mientras que su desuso las convierte en caminos deteriorados –pero ya trazados y de más fácil reactivación que si hubiera que trazarlos partiendo de cero– por lo que tanto en la apertura como en el cierre de caminos, los dos factores esenciales son la voluntad y los hábitos que con su ejercicio se generan. En todo caso, a la hora de la formulación de compromisos que comporten una cierta incomodidad personal, es frecuente desarrollar una pauta como la siguiente:

a) se formula el compromiso

b) se rompe el compromiso

c) uno se siente mal por haber roto el compromiso

d) se abandona el compromiso.

 

Es la ruta que lleva a la renuncia frente a la frustración y los ex fumadores o quienes estén lidiando con algún hábito parecido conocen muy bien este sendero. Sin embargo, desde la filosofía de la aceptación, es posible añadir otra fase que puede concluir en el trazado de un camino diferente, la ruta de la perseverancia frente a la frustración:

a) Se formula el compromiso

b) se rompe el compromiso

c) uno se siente mal por haber roto el compromiso

d) se acepta el malestar por el fracaso y la incomodidad que entraña ajustarse al compromiso

e) se formula, de nuevo, el compromiso contando con la carga adicional de frustración y malestar que ahora lastra la mochila

f) se empieza a abrir una nueva vía de perseverancia, contando con esa frustración y malestar.

Los caminos vitales no se abren entre aplausos, enhorabuenas y complacencias sino mediante sudor, cansancio y agujetas. Es ley de vida, pese a lo que puedan decir en contra algunas escuelas psicológicas que se adscriben a los principios de la “trampa de la felicidad 1”.

 

La perseverancia es una cualidad poderosa que implica la persistencia y la determinación para superar obstáculos, resistir la adversidad y continuar avanzando hacia metas o sueños a pesar de los desafíos que puedan surgir:

  1. Resiliencia ante la adversidad: La perseverancia implica la capacidad de recuperarse de los contratiempos y aprender de las dificultades en lugar de ser derrotado por ellas. Es esa fuerza interior que te permite levantarte incluso cuando te enfrentas a fracasos o momentos difíciles.
  2. Enfoque en metas a largo plazo: La perseverancia se asocia con mantener la visión de tus objetivos a largo plazo, manteniendo la motivación incluso cuando los resultados no son inmediatos.
  3. Superación de obstáculos: Implica encontrar formas creativas de resolver problemas, adaptarse a los cambios y seguir adelante a pesar de los desafíos inesperados.
  4. Disciplina y consistencia: La perseverancia requiere disciplina para seguir trabajando hacia tus metas, incluso cuando no sientes la misma emoción o entusiasmo inicial. La consistencia en tus esfuerzos es fundamental.
  5. Aceptación del fracaso como parte del proceso: La perseverancia implica entender que el fracaso es una oportunidad para aprender y crecer, no un obstáculo insuperable. La capacidad de levantarse después de caer y seguir adelante es fundamental.
  6. Flexibilidad y adaptabilidad: A veces, la perseverancia implica ser flexible en tus métodos, estrategias o enfoques para alcanzar tus metas, especialmente cuando lo que estás haciendo no está funcionando.
  7. Pasión y determinación: La perseverancia se nutre de una fuerte pasión y determinación por lo que estás persiguiendo. Esta pasión actúa como un motor que impulsa tu voluntad de seguir adelante.

 

Editorial Luis Bonilla. Expertos en enseñanza, formación a distancia, tutores cualificados y con variedad de cursos online.

 

 

1. Redefinir el fracaso

El fracaso ya no debe verse como un obstáculo insuperable, sino como una oportunidad de aprendizaje. Hoy en día, muchas personas tienen miedo al fracaso, pero la clave está en verlo como parte del proceso y no como el final del camino. La perseverancia se construye a través de la resiliencia, es decir, la capacidad de recuperarse rápidamente de las adversidades.

Nueva pauta:

  • Reinterpretar los errores como escalones hacia el éxito. Aprender de ellos, ajustando tu enfoque y sigue adelante.

2. Flexibilidad en las metas

La perseverancia no significa insistir ciegamente en un camino que claramente no funciona. La flexibilidad es clave: si una estrategia no da resultados, es importante tener la capacidad de ajustar tus metas y métodos. La perseverancia efectiva implica adaptarse a nuevas circunstancias, lo que puede ser clave para superar obstáculos.

Nueva pauta:

  • Revisar y ajustar metas periódicamente, asegurando que sigan alineadas con tus valores y objetivos a largo plazo, pero sin perder de vista el propósito general.

3. Enfoque en el proceso, no solo en el resultado

La perseverancia no se trata solo de alcanzar la meta final, sino también de disfrutar el viaje y aprender durante el proceso. El camino hacia el éxito está lleno de lecciones que, si se aprovechan, pueden enriquecer la experiencia.

Nueva pauta:

  • Valorar cada pequeño avance, incluso los pasos más pequeños, ya que cada uno contribuye a tu crecimiento personal y profesional.

4. Autocuidado y equilibrio emocional

La perseverancia no puede sostenerse si uno se agota físicamente o emocionalmente. Es esencial cuidar de tu bienestar, tanto mental como físico, para mantener la motivación a largo plazo. La persistencia requiere energía y claridad mental, que solo se logra a través de un equilibrio adecuado entre trabajo y descanso.

Nueva pauta:

  • Incorporar el autocuidado como parte de tu rutina diaria, incluyendo descanso adecuado, ejercicio físico y momentos para la relajación mental.

5. Crear una red de apoyo

La perseverancia no es algo que necesariamente deba hacerse de manera aislada. A menudo, las personas más exitosas son aquellas que saben rodearse de una red de apoyo. Ya sea a través de compañeros, mentores, amigos o familiares, compartir tus objetivos y desafíos puede hacer una gran diferencia en tu capacidad para perseverar.

Nueva pauta:

  • Buscar apoyo y motivación en una comunidad que comparta tus intereses y valores. La interacción social fortalece tu compromiso y te ayuda a mantener la motivación.

6. Mindfulness y concentración

A medida que enfrentamos mayores distracciones y presiones, la perseverancia también se vincula con nuestra capacidad de mantener la concentración y claridad mental. La práctica de mindfulness o atención plena puede ser una herramienta poderosa para ayudarte a mantener el enfoque en el momento presente y gestionar las tensiones que surgen durante el camino.

Nueva pauta:

  • Practicar mindfulness para mantenerte centrado en tus metas, mejorar tu toma de decisiones y reducir el estrés asociado a las dificultades.

7. Celebrar los pequeños logros

En lugar de esperar hasta lograr el objetivo final para celebrar, es importante reconocer los pequeños éxitos a lo largo del proceso. Esta celebración constante refuerza la motivación y te da un sentido de progreso que te impulsa a seguir adelante.

Nueva pauta:

  • Establecer hitos intermedios y celebrar cada uno de ellos. Esto te dará una sensación constante de progreso y te ayudará a mantener el impulso.

8. Fomentar la automotivación

La perseverancia a menudo comienza con una automotivación fuerte. Depender de factores externos para mantenerse motivado puede ser inefectivo a largo plazo. Desarrollar hábitos que refuercen tu autodisciplina y te impulsen a continuar, incluso cuando los ánimos decaen, es fundamental.

Nueva pauta:

  • Desarrollar rutinas diarias de motivación, como la visualización de tus metas, la afirmación positiva y el establecimiento de intenciones claras cada día.

9. Aprender de otros ejemplos

Las historias de personas que han alcanzado el éxito a través de la perseverancia pueden ser una fuente de inspiración y motivación. Ver ejemplos de cómo otros superaron obstáculos similares puede ayudarte a encontrar estrategias o enfoques nuevos para tu propio camino.

Nueva pauta:

  • Estudiar historias de perseverancia en diferentes campos (deporte, ciencia, arte, etc.) y aplicar los principios que resonaron contigo.

10. La perseverancia consciente

Finalmente, es importante que la perseverancia sea consciente. No se trata solo de seguir adelante sin pensar, sino de hacerlo con claridad y propósito. La perseverancia consciente implica tomar decisiones informadas y ser consciente de la razón detrás de tu esfuerzo constante.

Nueva pauta:

  • Mantener una reflexión constante sobre por qué sigues adelante, asegurando que tus acciones estén alineadas con tus objetivos a largo plazo y tu bienestar.

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